Giro HC

Einer Rubio (Movistar) gana en Crans Montana #Giro2023

Ganó Einer Rubio. Al final la tormenta no llegó del cielo, sino de las redes, donde prácticamente unánimemente no se entendía la decisión de los ciclistas. La etapa reina era degradada a princesa entre justificaciones de que la etapa, reducida a 74,6 kilómetros sería así más intensa y emocionante. El primer puerto fuera, pese a estar seca su bajada y registrarse mínimas de 8º en él, cuando en realidad las quejas iban por el segundo, cuyo descenso, decían, entrañaba demasiado riesgo.

Subir a balón parado a Croix de Coeur era mucho mejor idea, con menos espacio entre grupos, para descender más juntos, lo ideal en esas carreteras tan estrechas. Los coches estarían más cerca por estar la carrera más controlada, menos disgregada. Todo para correr en manga corta. Sí, esa etapa dantesca que los sádicos habíamos diseñado, con cicloturistas subiendo gratis el primer puerto entre la llovizna, casas decoradas con motivos rosas y gente haciendo cortes de manga a los autobuses. Así se gana afición al ciclismo, desde luego.

La 14ª etapa trae consigo una subida, el Sempione, en la primera parte de la etapa. ¿Se subirá? ¿Se neutralizará? Porque las previsiones dan lluvia. Los autobuses irán calentando, por si la carrera se transforma en una crono por equipos motorizada. Como ya se ha abierto la lata, a ver quién es el bueno que le dice al pelotón que se hace una sola de las etapas que restan al completo y con mal tiempo, que por otra parte es lo que espera el resto del Giro, según muestran los partes meteorológicos.

Aceptamos pulpo. Etapa de 75 kilómetros. Una escapada, el pelotón dejando hacer y los 74,6 kilómetros de etapa para registrar el único movimiento importante de Damiano Caruso a dos kilómetros de la meta y que fue neutralizado a los 200 metros. Entre los favoritos no hubo nada más. Así se gana afición al ciclismo, desde luego. En la fuga hubo más tomate. Resultó en una disputa por la victoria entre tres hombres: un ecuatoriano, Cepeda, del EF, Thibaut Pinot, francés del Groupama FDJ, y Einer Rubio, colombiano del Movistar.

Los dos primeros iban constantemente discutiendo. En la recta final, mientras el galo iba poniendo marcheta para no subir a base de arrancadas y que le hicieran un dos contra uno, uno de los ciclistas iba reservando energías. Ni un relevo, ni un ademán de ataque. Cepeda lanzó un duro ataque al que respondió Pinot. Rubio llegó con más problemas aparentemente, y esperó. El de EF lanzaría otra ofensiva con la meta ya a la vista. Parecía que el triunfo era suyo, pero se le hizo muy largo el tramo y Rubio le dio alcance.

Thibaut no se dio por vencido y se fue a por el de Movistar, que ya era inalcanzable para alguien que había hecho más gasto durante la subida final. Einer Rubio consigue el mejor triunfo de su carrera y la general sigue igual, sin mayor cambio. Se intuye que Ineos ha declarado a Geraint Thomas su única baza y pone a su equipo al servicio del galés. También asomó mucho maillot amarillo del Jumbo, pero sin mayor intención que permitir el desgaste de Arensman y ni siquiera pelear el sprint final.

¿Y ahora qué? Con un pelotón notablemente tocado, con (dicen) muchos ciclistas enfermos resistiendo como pueden y que en la carretera no se van a recuperar aunque sea a base de critériums, la sartén por el mango y las etapas más duras por llegar, es difícil pensar cuál va a ser el destino de esta edición del Giro. Seguramente más debates, más disputas y el deporte en un segundo plano.

Muy alentador para seguir el Giro de Italia de cerca. Mientras tanto, seguimos a la espera de que los favoritos tengan un tanteo en montaña. Habrá que esperar a la cronoescalada final, si es que se celebra. Pero la culpa es de los que no entendemos que esto es el ciclismo del siglo XXI. Que a 40º y ni una sombra se puede correr un día y otro, pero a 8º y con ligera lluvia, no. En Andorra se puede salir a entrenar con nieve y subir orgullosos selfies, pero en Italia debe estar prohibido.

Escrito por Jorge Matesanz

Fotos: RCS / LaPresse

Una respuesta

  1. Sobran las palabras. Totalmente de acuerdo, sobre todo con lo del selfie en Andorra vs la tiritona en Italia. Vaya ejemplo.

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