Durante un tiempo se pensaba en Movistar como una oportunidad, una forma de iniciar en el ciclismo World Tour y aprender de ciclistas top que luchaban por las mejores victorias del panorama ciclista internacional. Y lo era. El problema llegó con el techo bajo para un número de corredores que se quedó a medio camino entre convertirse en una gran estrella y un mero gregario sin más proyección que ofrecer. Casos como los de Carapaz o Soler, que o bien se encontraron con que su crecimiento no era ya compatible con el espacio de los líderes del conjunto telefónico, o cuando tuvieron la ocasión no la aprovecharon. Otros jóvenes también tuvieron dificultad para despuntar entre una multitud de figuras y o bien tuvieron que emigrar o que conformarse con un rol bastante secundario.
Einer lleva unos años adquiriendo un nivel interesante para comenzar a plantear quebraderos de cabeza con los liderazgos. La ventaja es que en estos momentos, con las presumibles bajas en su escuadra y tras haber renovado su contrato, se postula como uno de los hombres importantes en el grupo. Segundo en el Baby Giro, nivel ha demostrado también en el Giro absoluto, en el que ha sido uno de los más ofensivos en la búsqueda de fugas y victorias de etapa, aún sin suerte. Ese tú a tú con los grandes que poco a poco va siendo su día a día indica que hay nivel y que el de Boyacá tiene en las piernas muchos momentos de gloria por vivir, como los que ha vivido como ciclista sub-23 en la cima de la Marmolada, por ejemplo.
Gran escalador, ha disputado y terminado dos ediciones de la ronda transalpina. Si todo va bien, tomará mayores responsabilidades y conocerá la Vuelta a España la próxima temporada. Aunque la plantilla aún está en composición. Es un ciclista llamado a ser protagonista de las montañas en los próximos años, por lo que será llevado con mimo. La experiencia con Nairo Quintana puede servir de referencia en esta ocasión. Si Einer rompe con un estado de forma imparable, poco podrán detenerle en su progresión, como pasó con el vencedor del Giro y la Vuelta, también de Boyacá. Ese paralelismo en la tipología de corredor nos puede dar una idea de la calidad de Rubio, pese a que sus trayectorias tengan que ser forzosamente diferentes.
El Tour de Polonia mostró la clase de ciclista que es. Atacando en todo momento en la búsqueda del ansiado triunfo que todavía no ha podido regalar a los ‘azules’, su equipo. Ya lo tuvo bien cerca en las Lagunas de Neila, donde sólo Hugh Carthy fue capaz de batirle. Cinco segundos le separaron de devolver parte de la confianza que Movistar tiene en este pequeño, pero bravo corredor. A sus 23 años tiene el mundo ante sus ojos y una situación ideal para marcar territorio y empezar a seguir construyendo un legado cada vez más imparable de grandes escaladores colombianos.
Escrito por Lucrecio Sánchez (@Lucre_Sanchez)
Foto: Bettini Photo / Movistar Team