No cabe duda de que Lotte Kopecky está entre las mejores ciclistas del mundo. Sus prestaciones en las pruebas de un día así lo avalan, siendo de las mejores ciclistas de cada ranking de corredoras a final de año y uno de esos apellidos que poco a poco se van filtrando entre los aficionados a este deporte. La ciclista belga, sin embargo, está viviendo un mes de marzo de 2023 un tanto aciago, no es el año que ni mucho menos hubiese deseado vivir.
Se las prometía muy felices por haber firmado una temporada anterior muy respetable, dominando clásicas como Ronde Van Vlaanderen o Strade Bianche. Ahora, ante las pruebas grandes de las piedras, su nombre es uno de los más recurrentes en las quinielas para ambos fines de semana, con pocas ciclistas capaces de superarla en ese favoritismo y muchas menos con capacidad para evitar su victoria. Kopecky está hecha para este tipo de carreras, siendo además la líder del poderosísimo SD Worx, uno de los considerados mejores equipos del mundo, sino el mejor.
Al igual que febrero y su temporada empezaron de la mejor forma con victoria en Omloop Het Nieuwsblad, la llegada de marzo trajo los problemas. En primer lugar, la controvertida resolución de la Strade Bianche, donde Demi Vollering llegó en primer lugar con toda la polémica de si debía haber sido Kopecky la designada por el equipo para ganar, ya que ambas compañeras de equipo alcanzaron la meta juntas y sin ningún tipo de amenaza que pusiese en riesgo la victoria del equipo. Lotte presuntamente pensaba que la orden de equipo iba a prevalecer y también presuntamente Demi se la saltó para adjudicarse ella la victoria.
Se le quitó hierro al asunto, aunque en caso de haberse disputado la llegada de forma real entre la neerlandesa y la belga, Kopecky hubiese tenido poca rival por ser una de las ciclistas más rápidas del pelotón. Pero el hecho es que las sensaciones fueron geniales, esa prueba ya constaba en su palmarés y se dejó el asunto estar de puertas para afuera. Sin embargo, no ha sido lo peor que ha acontecido durante este mes de marzo, ya que escasas fechas después se conocía el inesperado fallecimiento de su hermano, de 29 años, dos años mayor que la ciclista.
Un golpe durísimo que llegará más allá de este marzo de 2023 que, sin embargo, continuó con un sabor al menos agridulce. Tras el trágico suceso familiar, fue momento de seguir pedaleando. La normalidad de la vida tiene que seguir y siguió, cumpliendo su cometido, que era ganar para dedicárselo de alguna forma a Seppe y así mantener la cabeza distraída. Se puso un dorsal en la Danilith Nokere Koerse y el resultado no podía ser otro, ganando tras un ataque en los últimos kilómetros.
Nunca hubo una victoria más triste. Su rictus inmóvil, serio. Una manera de seguir adelante que casi la expuso más, con más atención mediática, ceremonias protocolarias, etc. En Gante Wevelgem, en cambio, finalizó en la 70ª posición. Muy meritorio haber logrado esa victoria con un estado anímico que hubiese lastrado las piernas de cualquiera. Pero Lotte no es una cualquiera. Ya lo había demostrado, pero mucho más tras esta carrera, donde tocó doblegar al cansancio, a las rivales y al dolor. Su victoria fue mucho más, fue un ejemplo para ciclistas, deportistas y personas, que ante las dificultades ofrecen luchar. Y lo consigue, que no siempre es fácil.
De no haber logrado la victoria, el aplauso se lo hubiese llevado igual, ya que el resultado fue lo de menos. Ahora con el final del mes de marzo, sería esperable que el rendimiento de Lotte Kopecky siga estando influenciado por todo esto, que el estado emocional afecta mucho al estado físico. Flandes, Roubaix y la presión de ser la favorita en ambas carreras. Por un lado, esto resta presión. Y por otro, una cosa ayuda a olvidarse de la otra, a evadirse. Sea cual sea el resultado, Kopecky ha demostrado ser una ciclista de otro nivel, de otra pasta.
Escrito por Lucrecio Sánchez
Fotos: Nokere Koerse / Van Bon