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El doblete Tour – Vuelta de Vingegaard

Hasta que el británico Chris Froome logró la gesta de conquistar Tour y Vuelta en un mismo curso ciclista, el reto parecía un imposible. El ciclista del Team Sky lo hizo a la tercera, puesto que pese a llevarse el Tour, nunca pudo conquistar la Vuelta hasta 2017. Por lo tanto, el reto de Jonas Vingegaard no es nada sencillo. Sería junto al campeón de cuatro ediciones del Tour el único en lograrlo con la Vuelta a España en septiembre. El danés tiene la ventaja de correr junto a Roglič en una aventura donde ambos son los máximos y más claros favoritos al triunfo. Entre los dos pueden asegurar que al menos gane uno de los dos.

Pero, claro, eso supone control sobre sus rivales. ¿Y sobre ellos mismos? El mayor enemigo de Vingegaard puede ser él mismo. El ciclista comenzó ganando en O Gran Camiño, allá por el mes de febrero, y pretende continuar la racha enfilando la recta final de septiembre. Después de una temporada intensa como nunca, repleta de éxitos. Ese cansancio que no le ha pasado factura hasta la fecha podría aparecer en algún momento. El peor de todos sería la dupla de etapas asturianas, con el Angliru en primer término y una de las etapas reina después. Un desfallecimiento ahí puede ser la tumba de las opciones del líder del Jumbo Visma.

Por ello y para ir sobre seguro, seguro que sus directores tienen en mente intentar poner la carrera en su favor primero y sentenciarla después, para que los rivales empiecen la lucha por la segunda posición (o la tercera, según se valga la dupla ‘holandesa’ para dominar por completo la Vuelta). Viniendo del Tour, la teoría sostiene que esas dos primeras semanas serán la clave para ver al danés en todo lo alto del podio de Madrid. Todo lo que no consiga en ellas, será complicado en la última.

Los Pirineos ofrecen puertos ideales para él, por lo que si sobrevive con las opciones intactas o algo a su favor en Andorra, Javalambre, Xorret de Catí y la crono, será el rival a batir. Ya en la crono por equipos inicial el equipo es de los grandes favoritos. Las ventajas, por pequeñas que sean, pueden permitir ligeros errores que cuesten segundos, como una bonificación de algún rival, o pequeños desfallecimientos en ciertos escenarios. La Vuelta, a diferencia del Tour, suele ser una prueba que se decide por segundos, por pequeños detalles. Por eso, en puertos como Tourmalet y Larrau puede marcar la diferencia. Es terreno Tour y ahí ya hemos visto cómo se las gasta Jonas.

Lo más peligroso para el danés puede ser, sin duda, el epílogo madrileño. Una etapa larga, con nueve pasos de montaña de escasa entidad, más pensada como una clásica y donde los favoritos pueden sufrir emboscadas por parte de sus rivales. En ese movimiento explosivo y táctico también se deben ganar las carreras. No sería la primera vez que la clasificación vive un vuelco en etapas disputadas por este mismo entorno.

Todo contando con que los Jumbo llegarán por delante, que es algo que habrá que comprobar cuando llegue el momento. El tiempo, ya metidos en septiembre, será otro factor. Vingegaard ha demostrado que con calor es imbatible y que con el tiempo más frío o lluvioso pierde efectividad. Por ello, el clima jugará un papel en la decisión de esta Vuelta. Un doblete el que quiere intentar que no será nada fácil. Es más, será mucho más complicado de lo que cualquiera se podría pensar, porque la actitud de los ciclistas en la carrera es diferente a la del Tour y el resto de la temporada.

Las urgencias aparecen y los ciclistas que han podido guardar un gramo de fuerza más durante los meses anteriores acaban por marcar la diferencia. Ciclistas en su propio equipo como Attila Valter o Steven Kruijswijk tendrán mucho que decir dadas esas circunstancias. Porque corredores que hayan competido poco o hayan esquivado las grandes vueltas previas tendrán ese plus de frescura que puede marcar la diferencia. Aunque para ello, primero tendrán que responder los líderes.

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Escrito por Lucrecio Sánchez

Fotos: ASO / Ballet

Una respuesta

  1. Bueno. Durante la Vuelta de 2017 Froome presento unos de Salbutamol en orina brutales, muy superiores a lo permitido. Pero dado el poder e influencias del equipo Sky, la UCI no lo sancionó, hecho calificado por muchos como inaceptable. A cualquier otro ciclista se le hubiera descalificado de la prueba,

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