Portugal es un país del que es muy difícil no enamorarse. Un pequeño paraíso de la sencillez, la hospitalidad, la tradición y la saudade que mira al mar con ese orgullo de tiempos de Imperio y grandeza. Su historia, su arte, su gastronomía, sus paisajes y sus gentes abrazan al visitante en todos y cada uno de sus variados lugares. Pero también es un territorio plagado de misterios y leyendas, de profundos arcanos sin aparente o fácil respuesta. Uno de ellos es su ciclismo, uno de los más arraigados y espectaculares del viejo continente, pero con una proyección internacional bastante escasa.
¿Por qué un país con más habitantes que Eslovenia, Dinamarca, Noruega o Suiza tiene tan pocos nombres en la élite? Aunque actualmente contamos con el espectacular y batallador João Almeida, o los últimos shows del ex campeón del mundo Rui Costa; los grandes campeones lusos de la historia ciclista no son multitud. Por ejemplo, solo Joaquim Agostinho, Acácio da Silva, Paulo Ferreira, Sergio Paulinho y el citado Rui Costa han ganado etapas en el Tour de Francia en su larga historia.
Actualmente, siete son los corredores portugueses en el WorldTour, y no hay ningún equipo con bandera verdirroja en las dos primeras categorías de la UCI. Números habituales en la última década, donde el récord de ciclistas en el grupo de elegidos se sitúa en ocho en las temporadas 2015 y 2017. Además, si nos fijamos en las carreras deportivas de estos corredores, vemos que la gran mayoría se han formado fuera, creciendo en potentes estructuras de cantera como las del Hagen Bermans de Axel Merckx en los casos de Almeida y Guerreiro. Sintomático es el caso de Amaro Antunes, gran escalador que saltó a la fama en Volta ao Algarve de 2017, pero que tras un testimonial paso por el WorldTour de la mano de CCC, terminó volviendo a casa para recuperar la grandeza en el calendario nacional. O el del reciente vencedor de esa misma carrera, el imponente João Rodrigues, actualmente máximo exponente del rodillo del W52 Porto en Lusitania, y que llegó a sonar para todo un Movistar Team.
En cuanto a los equipos, solo el FC Porto se asomó a la segunda división en 2019, para volver de nuevo al circuito continental el año pasado. Si utilizamos nuestra Vuelta a España como referencia, veremos que la década de los 2010 ha sido la primera sin ningún equipo luso en alguna edición desde los años 50. Lejos quedan los tiempos de los Coelima-Benfica, Sicasal-Acral o, más recientemente Maia-Milaneza.
En cambio, intramuros, el ciclismo del país vecino sigue gozando de una salud más que aceptable. Nueve equipos de categoría continental garantizan un pelotón numeroso y competitivo en las carreras del calendario local. Con A Grandissima Volta a Portugal, garantía de batallas encarnizadas y ciclismo épico, al mando, y un gran número de clásicas y pruebas dentro y fuera del circuito UCI, no faltan opciones para los corredores ibéricos. Quizás la garantía de buenos contratos que nos contaban Gustavo César Veloso o Ángel Edo en pasada entrevistas, se haya visto resentida con la sucesión de crisis económicas y sociales de los últimos años, pero sigue siendo una dignísima vía de escape para aquellos que sueñan con prolongar su carrera deportiva.
Además, según se puede observar en las memorias de actividades de la Federación Portuguesa de Ciclismo, el número de licencias se ha multiplicado a más del doble en la última década: de 8.547 federados en 2012 a los 16.927 del año 2019.
¿Por qué no explota este ciclismo a nivel internacional? Las razones son múltiples y diversas, y cambiarán según quién o cuándo las analice. Por un lado, podemos pensar en ese calendario más o menos asentado y la coyuntura económica actual. En ese contexto, podría ser incluso más rentable para un equipo portugués mantenerse como continental acumulando competición en la Península, que invertir más y aumentar por tanto el nivel de exigencia.
Y, por supuesto, tampoco podemos obviar la sombra del dopaje, que ha dañado muchísimo al ciclismo portugués. Casos como el más reciente de Raúl Alarcón, positivo tras haber dominado de cabo a rabo todas las carreras, no ayudan a limpiar esa enorme y sucia mancha pese a los esfuerzos de equipos y autoridades por limpiarla.
¿Volveremos a ver un equipo portugués en una gran vuelta? El objetivo parece lejano, pero sin duda los éxitos de João Almeida, Rui Costa, Ruben Guerreiro, o Nelson Oliveira, tienen que servir de semilla para nuevas generaciones de ciclistas aguerridos y ambiciosos.
Escrito por Víctor Díaz Gavito (@VictorGavito)
Fotos: @ACampoPhoto
Tanta coisa para comentar…
A W52 baixou de escalão devido às novas regras da UCI. O plano da equipa era ser convidada para a vuelta no médio prazo mas com as novas regras isso tornou-se quase impossível. O segundo escalão do ciclismo deixou de valer a pena para equipas que não sejam de Espanha, França ou Itália se não conseguirem um orçamento que permita lutar pela vitória no seu ranking.
Outro problema do ciclismo português é o perfil das empresas portuguesas. O ciclismo pode tornar uma marca desconhecida num nome familiar em toda a Europa. As maioria das empresas portuguesas não trabalha muito a sua relação com o consumidor focando-se mais na relação produtor/distribuidor. A excepção até são as maiores empresas do país (distribuição, banca. seguros, energia, etc) mas essas ou são multinacionais ou só estão presentes no mercado nacional e só têm estado no ciclismo com patrocinadoras da volta. As que patrocinam equipas portuguesas só têm expressão a nível nacional sem grandes planos de expansão para o mercado europeu, daí não terem interesse em investir mais para uma subida de escalão.
Quanto aos ciclistas, os bons não saem logo para um patamar superior (ou saem e regressam pouco depois) porque tem havido sempre 2 ou 3 equipas que pagam bem. Não é por caso que W52 e Efapel tinham 3 candidatos à volta cada. Os que têm qualidade e ambição saem de Portugal logo nos sub-23 ou até antes.
Outras equipas pagam mal e é um favor chamar-lhes profissionais.
Muito obrigado pelos seus comentários, Tiger! Uma panorâmica muito interessante da situação das equipas lusas