El ciclista afincado en Alicante ha superado todas las expectativas con creces en esta Vuelta a España 2022. Tras las dudas que ofreció la participación del segundo clasificado en el Tour de Francia, la dirección deportiva del UAE decidió que era el momento de lanzar a Juan Ayuso como lo que es, una de las bazas más sólidas del ciclismo no sólo español, sino internacional. El tercer puesto del joven corredor trae consigo muchos mensajes e hitos importantes en la historia del ciclismo. El primero puede ser que se trata del único ciclista en las 291 ediciones de las tres grandes vueltas por etapas que ha pisado el cajón a una edad de 19 años. La precocidad parece la norma en este nuevo ciclismo, con el ejemplo de los jóvenes españoles que finalizan la Vuelta con auténtico éxito.
No le falta razón a quienes explican que el ciclista no está maduro hasta una edad superior a los 25-26 años, que al menos hace un tiempo era la creencia sobre los talentos que emergían. Indurain fue de esa escuela, explotando a los 27. O muchos otros que han tenido carreras progresivas hasta ese punto. Con Nairo Quintana y algún otro, esa tendencia cambió. El colombiano con apenas 22-23 años ya estaba disputando el Tour de Francia a un más maduro Chris Froome o peleándose en las carreras más prestigiosas. Ahora ya se ha llevado al extremo, con corredores bien jóvenes que no necesitan ni siquiera conocer las carreras previamente para triunfar en ellas.

Evenepoel, que gana la Vuelta, no acumula más de 22 años. Tadej Pogačar finalizó tercero en la misma carrera con 20, ganó el Tour con 21 (tan sólo un día antes de cumplir los 22) y siguió dominando el ciclismo con 23. Aún le queda recorrido, si bien se sospecha que estas edades tan tempranas de debutar y triunfar conllevará consecuencias y afectaciones en la longevidad de sus carreras. Muchas teorías sobre ello y ninguna evidencia por no haber vivido un fenómeno igual en muchos años. Sólo hay que recordar que en campeones de la talla de Hinault o Merckx no se vivió una transición para pasar de ser meras promesas a grandes dominadores. Simplemente, fueron.
Ahora que la “ayusomanía” ya comenzó, hay que ajustarla a la realidad. Juan todavía no es un ciclista que tenga la fiabilidad que pueda tener, por ejemplo, Enric Mas en cuanto a grandes vueltas se refiere. Este magnífico resultado no implica que el año que viene tenga que ir a por la victoria, ni que tenga que presentarse en la salida del Giro a intentar ganar. Implica únicamente que las condiciones para este tipo de pruebas las tiene. Y que tiene la consistencia mental también para enfrentarse a grandes rivales como han sido Remco Evenepoel, con mucha jerarquía en carrera, y Primoz Roglic.
Sin complejos, lo ideal sería que fuese descubriendo más carreras. Por ejemplo, las de una semana de mayor prestigio como la París-Niza o Tirreno-Adriático, las clásicas de primavera que tengan sentido para su formación, etc. Parece que será una de las bazas de la Selección española en el Mundial de Wollongong (Australia), una experiencia nueva que añadir al currículum para seguir su progresión. ‘Matxin’, que es experto en estas lides, también sabe que los talentos a veces se gestionan solos y que éstos no se pueden frenar.

No se debe olvidar que este tercer puesto viene dado por una serie de circunstancias. Simon Yates, que aspiraba a entrar en el podio y se encontraba en buena condición, tuvo que abandonar debido al positivo en Covid. Igual caso el de Sivakov, con el que Carlos Rodríguez, de no haber mediado su terrible caída, quién sabe si hubiese resistido delante del ciclista del UAE. Por no hablar de la baja de Primoz Roglic, que hubiese terminado con el español al menos en cuarta posición de haber continuado todo de forma normal.
Prudencia con este ciclista, que lo que está logrando es muy importante y cargarle a él en solitario el peso de las malas decisiones tomadas por el ciclismo español sería injusto. Abraham Olano sufrió durante toda su carrera la persecución de los titulares de prensa que le comparaban con Miguel Indurain y le obligaban a seguir con el legado del navarro. No hay dos ciclistas iguales, ni los ciclistas son responsables de quién haya venido antes o venga después. Ellos simplemente son lo que ellos son capaces de demostrar sobre la carretera.
Escrito por Lucrecio Sánchez
Fotos: ASO / Sprint Cycling Agency