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Argentina: el hoy del ciclismo argentino

El ciclismo argentino viene tratando de despegar en estos últimos años, de por lo menos despegarse de lo que sucede en el Cono Sur, lo que es Sudamérica. Está creciendo el número de pruebas con puntuación UCI, ya sea para hombres como para mujeres, comenzando a desarrollar más eventos, entendiendo que esa etiqueta de puntos es lo que manda hoy día. La situación económica y financiera del país hace difícil salir con un equipo o selección a competir a diferentes lugares del mundo, y también se hace difícil sumar puntos porque todavía los corredores argentinos aún no tienen ese golpe de pedal para hacerlo. Lo vivimos en la Vuelta a San Juan a principio de temporada. Muy poco después se corría la Vuelta del Porvenir, donde los equipos del World Tour se midieron con equipos locales, y lo cierto es que la carrera se desdibujó desde el primer día porque aquellos que venían de la Vuelta a San Juan venían con otro ritmo de competición e hicieron sentir el rigor al resto.

Qué bonito sería tener a lo largo del año dos o tres de estos eventos para que vengan ciclistas europeos para darle un poco más de ritmo a nuestro pelotón, porque en definitiva eso eleva el nivel. Se ha programado para este año también la Vuelta a Catamarca, Vuelta a Formosa, que también podría contar con su versión femenina, y hay alguna otra vuelta más que se quiere sumar, que quiere dar ese salto. Es una oportunidad para Argentina, pero también para otros países como Uruguay, Brasil, Colombia, Chile… de venir a sumar puntos a Argentina y eso va a suponer una coincidencia muy interesante para los ciclistas locales. No es que la competencia local no alimente, pero alimenta menos que una competición internacional, sin duda.

La Vuelta a Argentina quedó ahí. Se han realizado algunas gestiones para devolverla con alguna intermitencia. En el año 2000 fue la última vez que se organizó, con aquel accidente que se cobró la vida del español Saúl Morales, y que en definitiva marcó a la carrera. Nos falta todavía sobre todo en la proximidad a las grandes ciudades en materia de seguridad en la ruta y en infraestructura para poder dividir el tráfico, la producción y el turismo, que no se pueden detener, y por este otro lado va una carrera de bicicletas. Necesitas tener vías alternativas, varias opciones para la gente que necesita la ruta paralelamente a una carrera ciclista. Creo que vienen de ahí varios de los problemas. Lo veo lejano y complejo porque además tenemos un país que es demasiado grande.

Mapa de la Vuelta Argentina del año 2000, en su última edición © Wikimedia Commons

Si uno lo piensa, Argentina tiene el mismo tamaño que dos o tres países europeos juntos, por lo que para ir de norte a sur es complicado en unas pocas etapas. Ello obligaría a plantearse por dónde se hace y cómo se hace. Hoy por hoy, complicado. Sí veo más estas pequeñas vueltas a comarcas. Como también la Vuelta a Mendoza, pese a no tener puntuación UCI, es una carrera muy internacional, con mucha montaña, tradicional que tiene uno 40-50 años y que recibe equipos y corredores de Ecuador, Colombia, Costa Rica, Bolivia…

En cuanto a corredores profesionales en Europa, destacó Maximiliano Richeze. Lo vamos a echar de menos. Ya tenía la intención de dejar la bicicleta, de estar más en casa, de pasar más tiempo con la familia, etc. Pero le llegó la posibilidad de firmar por el B&B al que supuestamente iba a llegar Cavendish y con el proyecto de buscar el récord de etapas en el Tour, que es muy seductor. Finalmente no se dieron las circunstancias y Max se dio cuenta de que era el momento de dejarlo. Tener una despedida en casa, como en la Vuelta a San Juan, con el pasillo que le hizo el pelotón, con la presencia de su familia, llevando la bandera en la circunvalación final… Creo que es algo que va a recordar y es un recuerdo bonito.

Cuántos corredores se han retirado en eventos que no son en su país y que han pasado mucho más desapercibidos. Max ha tenido la posibilidad de cerrar su historia ciclista de una gran forma y hoy tiene la posibilidad de hacer algo que le gusta, que es proyectar en los jóvenes la posibilidad de llegar a Europa, a probar suerte. Este año tenemos varios ciclistas que están intentando la aventura por la ventana que se ha abierto en Portugal y están yendo a probar su suerte. Tomas Conte y Nahuel D’Aquila se marcharon al Louletano, Emiliano Contreras, que es el campeón panamericano, también Lucas Dondic, que es un corredor muy joven, Nicolás Tivani, que volvió al ciclismo europeo a través del Corratec italiano, está Eduardo Sepúlveda en el Lotto Dstny, otros se encuentran en Cantabria buscando su oportunidad…

Evenepoel saluda a cámara en la Vuelta a San Juan 2023 © Getty Images

A diferencia de los últimos cuatro o cinco años, esta temporada estamos teniendo muchos chicos que están intentándolo, romper el cascarón y probar suerte. Hay que aprender mucho, adaptarse a mucho, pero hay que hacerlo. El que tiene sueños tiene que ir a por ellos.

En Argentina es complicado desarrollar equipos porque en primer lugar falta un calendario que se pueda articular en el Continente, ya sean de Argentina o de países de alrededor. Hay que ir cogiendo experiencia, irse adaptando a diferentes terrenos. Una carrera argentina tiende a tener mucho terreno llano, pero si viajas a Colombia, a Chile u otros, es todo subida, por lo que hay que ir conociendo esas otras carreras e ir creciendo para plantearse poco a poco ir a dar el salto más tarde. Así empezó el Team Medellín en Colombia y tras correr en Estados Unidos y algún otro país del entorno ya ha comenzado a recibir algunas invitaciones de Europa. También hay que tener con qué responder a la invitación, con qué responder al desafío, cómo estar a la altura, porque al final más que una suerte, la invitación acaba siendo sino una mochila.

Escrito por Adolfo Carrizo (@infoadolfo)

Foto de portada: ASO / Broadway

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