El histórico Caja Rural tuvo una época dorada en los clásicos y añorados 80. Unos años donde nacieron muchos mitos hoy vigentes y que crearon gran nostalgia en los aficionados que esperan atentos nuevas glorias que seguir. Bajo esa misma denominación continuó el proyecto, más orientado a las categorías inferiores. Una fábrica que dio como resultado el salto de ciclistas como el popular Txente García Acosta, los vencedores del prestigioso Tour del Porvenir, Egoi Martínez e Iker Flores, o el polémico y sorprendente Aitor González, vencedor de una Vuelta a España. Ese equipo aficionado nacido en 1992, apoyado por el Club Ciclista Burunda, con sede en Navarra, ha sido capital en la consecución años después de una estructura sólida que se ha permitido volver al profesionalismo.
Si bien es cierto que su inscripción fue como equipo continental en 2010, la apuesta fue clara. Siguiendo con la trayectoria de grandes talentos forjados bajo su paraguas, pasó por las filas verdes el polaco Michal Kwiatkowski, a la postre campeón del mundo y uno de los ciclistas más importantes de la última década. El ascenso de categoría a continental-profesional permitió a Caja Rural tomar parte de la Vuelta a España en 2011, aunque no se les cursó invitación. Justo un año más tarde, aprovechando la euforia que produjo en el equipo la invitación para disfrutar de la salida de la Vuelta por las calles de Pamplona, lograron su mejor victoria hasta la fecha. Un debut soñado. Antonio Piedra, escalador andaluz, cruzó primero la línea de meta de los Lagos de Covadonga, tras culminar una escapada de la que fue el más fuerte.
Después llegaron fichajes importantes como el de David Arroyo, que dio al equipo mucha consistencia en las vueltas por etapas, consolidando el proyecto en la segunda élite del ciclismo, donde aún se mantiene con holgura, contando con el mejor escaparate al que pueden aspirar, que no es otro que la participación anual en la Vuelta. En la carrera española son uno de los grandes animadores, dando batalla en las escapadas e incluso en las etapas llanas.
El conjunto navarro se ha convertido en una fuente inagotable de talento para otras escuadras del World Tour. A los pasos este año de Oier Lazkano (Movistar) o Marc Brustenga (Trek-Segafredo) a la máxima categoría, hay que añadir los anteriores de Alex Aranburu (Astana), Jaime Rosón (Movistar) o Lluis Mas (Movistar), entre otros. Ciclistas que además de talento ofrecen regularidad y garantizan un enorme trabajo colectivo. Ya sólo con eso estarán más que rentabilizados en sus escuadras de destino.
Ese papel de alimentación de grandes equipos hará de sus categorías inferiores una de las más llamativas para jóvenes talentos. Al igual que sucediera con otras estructuras amateur que tenían conexión directa con equipos de primer nivel, como en su momento fueron Iberdrola, Cafés Baqué, Orbea, etc, Caja Rural-Seguros RGA puede tomar este rol para los próximos años y hacer que sus corredores den qué hablar por los logros de sus ciclistas en la actualidad y en el futuro. Habrá que seguir atentos este 2022 para conocer quiénes serán los próximos en dar el salto al estrellato y a las mejores carreras.
Escrito por: Lucrecio Sánchez (@Lucre_Sanchez)
Foto: @ACampoPhoto