Que el Tour de Mikel Landa ha sido decepcionante es un hecho. Sin acudir al resultado, que ha sido ciertamente gris para lo que se esperaba de un ciclista cuyo gran objetivo del año residía en estas tres semanas del mes de julio, ni siquiera ha regalado buenas sensaciones a sus aficionados. La euforia recorría las carreteras de la primera etapa, con riadas de aficionados enloquecidos con su ídolo. Y eso que no empezó mal la cosa, con el ciclista del Bahrain Victorious resistiendo en los selectos grupos cabeceros. Pero sería sólo un espejismo, un azucarillo disuelto en un Tour que ha quedado lejos de formar parte de los grandes éxitos de su carrera.
Tan solo un día el otrora podio del Giro de Italia y sólido top ten del Tour se dejó ver, en esa escapada que coronó a su compañero de equipo Wout Poels en la cima de Le Bettex, a los pies del Mont Blanc. Fue quinto, no hubo opción real de optar a la victoria.
La valoración de su participación en el Tour no se ha visto ayudada por la comparación con su coequipier y amigo Pello Bilbao, antagonista involuntario y habitual del vasco, sin hacer ruido y consiguiendo mucho más. La buenísima actuación del guipuzcoano, bastante protagonista durante las tres semanas, ha puesto contraste a todo lo que no hemos visto de Mikel Landa, quien ha finalizado entre los veinte mejores de la clasificación general meramente por no dejarse ir del todo, finalizando a más de una hora de Jonas Vingegaard.

Por delante de él ha estado incluso Jonathan Castroviejo, quien ha resistido en la general con mérito por haber realizado un trabajo excelente para Carlos Rodríguez. Unos números que no ayudan para nada la imagen del vitoriano, quien había dado de lado el Tour en los últimos años forzosamente o, con buen criterio, por considerar que estaba ya fuera de su alcance. En su día sí fue un buen hombre Tour, rozando el podio o presentando batalla en la alta montaña. En la actualidad, a sus 33 (de camino a los 34), parece que sus mejores días en la ronda gala pasaron.
Los hombres-Tour suelen estar en el candelero a su más alto nivel en torno a los cinco ó seis años. Landa lleva ya demasiado en liza como una eterna esperanza y ya es momento de que adquiera otro rol más ocasional, menos protagonista, si bien es algo complicado por las pasiones que su propio apellido levanta entre el mundillo del #landismo, movimiento que siempre se da por caducado hasta que por enésima vez resucita y vuelve a ilusionar a la gran multitud que sigue a Mikel de un modo u otro.
Gente como Poulidor, Zoetemelk, si acaso Valverde, dieron esa oportunidad de prolongarse en el tiempo como candidatos al podio. Pero Landa no pertenece a esa liga, ni de regularidad ni, parece, de longevidad.

En 2023 había pretexto por partir el Tour de País Vasco en sus primeras etapas, que ha sido un elemento decisivo a la hora de elaborar su propio calendario. En la actualidad es un ciclista hecho por y para el Giro, donde la participación tiene un punto inferior a la que se va a encontrar en pleno mes de julio. Hecho que, añadido a los recorridos montañosos que la corsa rosa suele presentar, hacen más recomendable su inscripción y preparación de una carrera que históricamente se le ha dado mucho mejor. La Vuelta a España no cuenta porque la explosividad de sus etapas se le adaptan poco.
Se encuentra en un punto decisivo de su carrera profesional, con el final de su contrato con Bahrain Victorious y rumores de fichaje por parte de AG2R y Astana. Es verdad que Landa, aún no garantizando ningún tipo de resultado visto lo visto, sí ofrece atención mediática y debate, porque el poder mediático de Mikel es innegable y un valor que es sucede por muchos factores entre los que no se encuentra la casualidad.
Ahora se abre la posibilidad de que Landa corra la Vuelta, algo que parece el equipo le ha pedido. Pero él, al parecer, no ha mostrado su mejor voluntad…
Escrito por Jorge Matesanz
Fotos: ASO / Charly López / Ballet
Pues yo creo que muchos pensamos, desde hace varios años, que se había convertido en un ciclista del montón y que era impensable que optara al podio en una gran vuelta.
Lo que me maravilla es que los equipos siguen pagándole como un top cuando hace tiempo dejó de serlo.
El no se parará a pensar que está engañando a quien le paga ????
Hola Jorge:
La pregunta clave, y a la que solo puede responder Landa, es:
Cómo es posible que de febrero hasta el 19 de abril estés “top” (Andalucía, Tirreno, Cataluña, Itzulia en incluso 3o en la Flecha Walona) y que a partir de ahí absolutamente un cero en todas las carreras donde participa.
O sea, teniendo todo el tiempo para preparar, entrenar y focalizar en el TdF, no le sale absolutamente nada.. y en total contraste con los 3 primeros meses del año.
Solo Landa lo sabe. Soy un fan enorme de Landa pero muy muy decepcionante los meses de Mayo, Junio y Julio. No lo entiendo..
Un saludo,
Paco Avila
Se acerca Agosto y empiezan las fiestas patronales por todo Euskadi. Mucho me temo que, como casi todos los años, le va a dar pereza entrenar para la Vuelta. Fin de temporada. El año que viene, más. Bueno, menos.