Femenino

El mérito de Joane Somarriba

Las lituanas rompieron la hegemonía de Luperini y las corredoras del este se impusieron. Era una época en la que Italia era el centro del ciclismo femenino. Los equipos importantes estaban allí y si querías dedicarte al ciclismo tenías que irte a vivir allí. Viví tres meses en un equipo por probar. Me volví, el equipo no terminó. 

Todo era muy amateur, compartías un piso, te daban de comer y a entrenar. Las cosas no estaban muy reguladas y la UCI intervenía poco en estas cuestiones. Había también mucho fraude. Las corredoras del este quizá estaban más acostumbradas a esta forma de trabajar. El ciclismo español empezó a sonar gracias a Joane Somarriba. El Tour eran quince días con etapas muy largas, un día de descanso y subir casi los mismos puertos que los chicos. 

La repercusión mediática fue mínima. Cuando Joane ganó el primer Giro o Tour, pensé que TVE lo comenzaría a retransmitir. Pero no. Fue muy decepcionante. Los tiempos cambian. Hoy día hubiese sido diferente. Aún así es difícil encontrar medios para ver las carreras. La vida de Joane ha sido de auténtica superación. La salud no la ha respetado y aún así, admiro lo que ha sido capaz de lograr. Éramos rivales en la carretera, pero éramos amigas, compartimos muchos momentos como los Mundiales, donde estábamos en la misma habitación. 

 El Tour tenía mucho mérito. Era horrible por la organización. El club que lo llevaba era un tanto amateur y dormíamos en albergues, colegios, reformatorios, etc. Los traslados eran larguísimos y llegábamos a dormir sin apenas comer lo que podíamos encontrar en las furgonetas porque a las diez de la noche es ya difícil encontrar nada abierto en Francia. Al día siguiente levantarte otra vez pronto, otro desplazamiento y a correr. Hacíamos Pirineos y Alpes, sin un respiro y dando la vuelta entera a Francia. No teníamos masaje, lo que querías era irte a dormir para reponer fuerzas. 

Las del este eran muy duras y tenían costumbre de soportar condiciones durísimas. Sin ducharte, sin más que un yogur o unas pechugas de pollo en el cuerpo. Junto a las italianas era muy duro luchar contra todas ellas. El nivel era muy alto. En ese contexto ha ganado Joane y creo que quizá no se le haya dado el reconocimiento que merecía fuera del circuito ciclista. Los entrenamientos los hacía de tú a tú con muchos otros profesionales. Se concentraba en Navacerrada con su familia y compartía entrenamientos con más ciclistas y todos hablaban maravillas de ella. 

Me gustaría que las chicas de ahora conocieran las historias que hemos vivido y los éxitos que se han podido lograr. Es lo que yo llamo el ciclismo silencioso.

Escrito por: Dori Ruano (@doriruano)
Foto: Sirotti

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