Será su 43ª temporada en el circuito internacional. El Movistar 2022 continuará siendo el único representante con licencia española Word Tour. Y digo licencia, porque la escuadra “telefónica” mantiene una base de ciclistas nacionales, pero su carácter más internacional se pone de manifiesto en el nuevo plantel que presenta para la temporada que se avecina.
Las sonoras bajas de M.A. López y Marc Soler, entre los ciclistas, y la de Arrieta en la dirección deportiva, todas por la puerta de atrás y con algún escarceo mediático e incluso judicial, denotan que las aguas siguen bajando revueltas en los dominios de Eusebio Unzue. El mánager general, con casi más años en el convento pamplonica que el mismísimo San Fermín, mantiene la calma desde la tranquilidad que da tener amarrado el contrato de Movistar dos temporadas más. Todas estas marejadas las ha despachado con lacónicos comentarios de aparente normalidad, de cosas que habitualmente pasan en el deporte, y en cierto modo, no deja de tener parte de razón.
Porque es cierto que cuando se compite al máximo nivel de exigencia y presión, como lo hacen los corredores del Movistar, es lógico que salten chispas, pero igual de cierto es que la polémica y la rumorología se ha adueñado del equipo azul en las últimas temporadas, y eso, normal, lo que se dice normal, no debería ser.
Con esta atmósfera cargada ha empezado el nuevo Abarca Sports, recuperando la tradicional concentración en Pamplona, algo que no sucedía desde el 2019. Un plantel que cuenta con novedades como los jóvenes Oscar Rodríguez y Alex Aramburu, y regresos cantados como el curtido Gorka Izaguirre; un trío procedente del Astana.
Oier Lazkano (Caja Rural), otro jovencísimo, el alemán y el prometedor Max Kanter (Sunweb), fichado para aspirar a alguna victoria al sprint si es que dan con un buen lanzador. Will Barta (EF), todoterreno americano contrarrelojista, la postrera apuesta del colombiano Iván Ramiro Sosa (Ineos), que buscará encontrar en su nuevo equipo la brújula a su carrera deportiva, y el sub 23 Vinicius Rangel, brasileño para más señas, que, después de una fulgurante temporada, completa los refuerzos para el 2022.
Estos fichajes pretenden compensar los desequilibrios de una temporada que acabó siendo muy escasa en resultados. Las apuestas de Aramburu y Barta buscan completar las bazas para las Clásicas de Erviti, diecisiete temporadas en la brecha, y de un Iván García Cortina que ha rendido más bien poco en su primera temporada de azul.
Las etapas de montaña se confían a Izaguirre, a Iván Sosa y su compatriota Einer Rubio, que ya se ha dejado ver en alguna etapa de montaña. Einer está llamado a ser la gran baza de Enric Mas para las grandes vueltas. Y después, el eterno Alejandro Valverde, que merece un punto y aparte.
Valverde ha anunciado hace pocos días que la del 2022 será su última temporada. Es difícil compendiar la magnitud de la obra ciclista del murciano. No se encuentran ejemplos comparables con su trayectoria de éxitos y ejemplo de superación. Valverde no solo ha ganado mucho durante mucho tiempo, es que después de caídas y lesiones que a cualquier otro le hubieran supuesto un antes y un después, el “Bala” las ha convertido en un motivo para reconstruirse y volver con más fuerza. Simplemente, encomiable el amor que siente este ciclista por el ciclismo y su profesión.
Las urgencias apremian a este Movistar que no deja de ser una incógnita en cuanto a los resultados que puede ofrecer su renovada propuesta. Mientras sus rivales se transforman en super equipos, con una estrategia definida, líderes combativos y alternativas que crecen a la sombra de sus campeones, desde hace años la escuadra española está inmersa en un interrogante que deambula entre la nostalgia y la expectativa.
Creo que la nueva línea del Movistar 2022 conduce a definir ― este año sí ―, a Enric Mas como el líder incontestable del equipo. Sus últimos dos Tour y Vuelta, siempre situado con el grupo de favoritos, disputando los puestos de honor, ambasconcentradas en menos de 12 meses, le convierten por derecho propio en ese jefe de filas definido que tanto necesita el Movistar. Es su turno y el momento de aprovecharlo. Las oportunidades están para aprovecharse. Y si se falla, mala tarde, pero si la desaprovecha, las expectativas se tornarán en lanzas insalvables.
Por último, queda por despejar si habrá o no un cambio en la estrategia del equipo en las carreras. El ciclismo actual y los principales rivales que tiene el Movistar entienden este deporte desde una filosofía de ataque. Movistar, durante muchos años dominador del escenario, no goza en estos momentos de esta situación. Los tiempos cambian. El ciclismo también ha cambiado con ellos. Y los rivales a batir asumen riesgos, en momentos determinados, aún a costa de fallar en el intento. Esos riesgos los han rentabilizado y son ellos quienes dominan actualmente la escena ciclista. Si Movistar quiere que las cosas cambien deberá hacer algo diferente para que no se repita la historia de los últimos años. Mimbres y experiencia tienen. A ver si consiguen añadir la estabilidad necesaria para conseguirlo.
Escrito por: Fernando Gilet (@FernandoGilet)
Foto: BettiniPhoto / Movistar Team