La situación de su equipo le dejaba fuera del Campeonato del Mundo. Tras la baja de última hora de Juan Ayuso forzó la convocatoria del gijonés, que ahora se convierte en el líder del equipo de cara a la prueba en línea. Su quinto puesto en el GP Quebec debería darle moral para hacer un gran papel en la lucha por el arco iris. García Cortina no entra en los pronósticos, nos podríamos atrever a decir que a muchos del pelotón les suena su nombre sin saber realmente quién es. Precisamente ese desconocimiento le otorga la oportunidad de correr más libre, de vestir de incógnito. Un tanto como cuando Óscar Freire terminó por levantar los brazos en la línea de meta de Verona, la cual cruzó el cántabro siendo para muchos un auténtico desconocido. El tricampeón tuvo la habilidad para elegir el momento oportuno en un grupo en el que Frank Vandenbroucke y Jan Ullrich, los grandes favoritos en la línea de salida, copaban todas las miradas. El resultado fue que nadie salió por él y así cambió su carrera y comenzó una leyenda.
Iván no está gozando de buenos resultados en el Movistar. Desde que pasó como staggiare al equivalente al actual Quick Step, ha estado siempre en equipos punteros que le han garantizado participar en los mejores escenarios. Es más, ha pisado todos ellos a excepción únicamente de Lieja-Bastogne-Lieja y Giro de Lombardía. Se observan pequeñas mejoras, como su octavo puesto en la Gante-Wevelgem o la constancia en las piedras. Actualmente se ha estabilizado en rondar el top veinte en los dos monumentos de adoquines. Tanto en Flandes como en Roubaix no parece por el momento tener el nivel para llegar más allá y siempre le faltan varios puntos para seguir a los mejores.

Se las prometía muy felices cuando recién llegado del Bahrain, en el año 2021 que no fue precisamente un año nada fácil para buscar evoluciones, el staff de Movistar le concedía el papel de líder en las pruebas de un día. Desde entonces ha acumulado un total de cero victorias, siendo su mejor posición un cuarto puesto en una etapa del Tour de Francia. Y ese es su lugar en estos momentos. El corredor, nacido en 1995, no parece tener el potencial necesario para progresar mucho más allá. Se debe ser realista y en un mundo como el de las clásicas donde los rivales son Van Aert, Van der Poel, Pidcock y todo ese listado de voraces campeones, el rol de intentar el tú a tú contra ellos es absolutamente un imposible.
Sus bazas pasan por cambiar de estrategia. Si no puedes ser el más fuerte, al menos sí puedes ser el más valiente, o intentar ser el más listo. O el primero en moverse, en llevar la iniciativa. Ahí al menos dará visibilidad al equipo y dejará su sello, su impronta, aunque el resultado después no valga para absolutamente nada. Igualmente un top veinte poco puede aportar ni siquiera en la consecución de puntos por parte de su equipo. Ser realistas es clave en este momento de su carrera. Freire lo fue y obtuvo un gran rédito. A veces dar primero es dar dos veces. Que se lo digan a Van Aert, que acumula numerosas segundas plazas por permitir una y otra vez que sean otros los que le hagan correr a la contra.

El rol de Iván en cada carrera en la que salga debería ser convertirse en un auténtico francotirador que busque la victoria día tras día. No es el más rápido al sprint, pero sí tiene nivel para estar en un top cinco si la llegada tiene cierta dureza (si no más arriba). En el Tour o en el Giro debería ser un obligado cada año. Al igual que Flecha buscaba sus oportunidades en esas etapas de transición y después rendía en las clásicas. García Cortina necesita triunfos, levantar los brazos, cambiar de mentalidad. Es cierto que Movistar precisamente no es la quinta esencia de la valentía en sus tácticas en carrera. Tendrá que salir de él pues. Rebelarse contra cualquier orden que vaya en contra de su interés. Freire, Flecha y otros nunca quisieron estar en equipos españoles porque sabían de la dificultad extra que suponía afrontar las pruebas de un día desde equipos con mentalidad de grandes vueltas.
Y en el Mundial tiene una opción. Está en buena forma, como demostró en Canadá. No quiere decir que tenga opciones realistas (reales las tiene) de vestir el arco iris. Hablamos de un objetivo para el que los mejores del mundo se preparan a conciencia y la mayoría ni siquiera lo consiguen una sola vez. Su casi ya ex compañero Alejandro Valverde lo logró in extremis tras toda una carrera de lucha por hacerse con ello. Y muchos tiros al palo. El asturiano tiene madera para estar ahí y estar en ese grupo de candidatos menos evidentes. Es más, si todo va bien, ahí estará. El circuito de Yorkshire, en Reino Unido, donde las condiciones climatológicas fueron más adversas que el propio recorrido, sirve de ejemplo del tipo de carrera que se debe buscar. Pascual Momparler es muy listo en ese aspecto y seguro que andará en la busca de ello. Los tres medallistas entonces se lanzaron muy a lo loco, desde lejos. Parecía que no gozarían de opciones, no eran ni mucho menos favoritos. Y se llevaron el gato (literalmente) al agua.
Aprovechar la invisibilidad no valdrá para siempre, está claro. Ese ‘plan Freire’ es válido toda vez que nadie sabe de tu potencial para saltarte las defensas enemigas y capturar el trofeo. Por ello, Wollongong le ofrece a García Cortina una ocasión única de cuanto menos intentarlo.
Escrito por Jorge Matesanz
Foto de portada: Sprint Cycling Agency / Movistar