En este pequeño artículo os quiero acercar cómo es mi dedicación al ciclismo desde la perspectiva de un ciclista amateur como yo. Mi preparación física en esta fase del año se enfoca hacia los días 23, 24 y 25 del mes de julio. La cita es la Campilaro, una prueba de cuatro etapas que transcurre por los Pirineos franceses. Cuando en el mes de noviembre nos sentamos con el entrenador para ver cómo planificar la temporada, pensamos en conservar un buen pico de forma para Navidades para competir en las Carreras del Pavo.
Pero desgraciadamente por culpa de la pandemia no se celebró ninguna. Posteriormente llegó el Covid y tuve que parar durante dos semanas en la preparación. Una vez recuperado, empecé los entrenos con unos intensos enero y febrero. Ya en marzo es momento del trabajo más específico de cara a carreras como Villalpando, de categoría máster. De nuevo, suspendida. La motivación cuando te llegan estas noticias decae, aunque en ningún momento quise tirar la toalla. Cuido al milímetro la alimentación y seguí con mis rutinas de nutrición. Todo cambió cuando la organización del Memorial Víctor González, de Tres Cantos, confirmó su celebración.
El día que nos volvimos a poner el dorsal fue especial, pues era emocionante y esperanzador por ver el fin de tanto sufrimiento. A día de hoy ya hemos disputado varias pruebas dispersas por toda la geografía y las sensaciones han sido y son buenísimas. Ahora estamos con la recta final de la preparación de la Campilaro, con la motivación al 100% y deseando recuperar la sensación de sentirnos otra vez algo parecido a un ciclista profesional. ¡Os contaré a la vuelta!
Por Javier López
Soy ciclista máster, sobre todo por el gusanillo que crea la competición, ya que engloba un poco a todos los ciclistas que lo tienen y que también tenemos esas circunstancias laborales y familiares. Todos tenemos nuestro trabajo, nuestras dedicaciones aparte de esto y creo que es una categoría que lo engloba muy bien. Es cierto que últimamente se está aumentando el nivel y cada vez es más complicado poder competir en ella, ya que las velocidades que se llevan conllevan mucho entrenamiento y cuidado de la nutrición, descansar… Y si alguien quiere optar por participar en estas pruebas para divertirse, se lo tiene que tomar en serio de todas formas en ese sentido. Sino, irías a penar y para eso no se va a este tipo de carreras. En resumen, soy ciclista máster porque me crea esa sensación de medirte con otros rivales, también porque creo que es en la que tengo que estar, es la que por mis circunstancias se adapta mejor a mí. A veces me he planteado correr en la categoría élite, pero bueno, se ría mucho más esclavo para mí y tendría más preocupaciones en el día a día. Sobre la alimentación, me cuido muchísimo. Es algo que para mí es fundamental hoy en día. Calculo mucho las calorías que consumo, las que gasto en los entrenos, y en relación a ello me hago mi propia dieta ayudándome de algunas aplicaciones para gestionar lo que comentaba, buscando ese peso óptimo que una vez alcanzado te da el mayor rendimiento.
Por un lado está el aspecto nutricional (a mejores alimentos, mejores prestaciones), pero otro aspecto fundamental en el ciclismo es estar bastante fino. Si bien es cierto que no hay grandes subidas en esta categoría, sí que cuanto más fino estés, mejor las afrontas encima de la bicicleta. Todas las mañanas las dedico a entrenar. Suelo hacer una hora y media si salgo a soltar piernas, unas cuatro o cinco otros días. Madrugo bastante para desayunar sobre las siete y sobre las nueve estoy iniciando el entrenamiento. Lo hago en la sierra de Madrid porque además de terreno para hacerlo tenemos una grupeta llamada Wednesday Cycling Club, que se creó porque los miércoles nos solíamos juntar a hacer entrenos de calidad.
Por eso la creación de este club. Lucimos el naranja. Sacamos la licencia con esta ropa y competimos con ella en muchas pruebas. Paramos para tomar el café a las dos horas y después de ducharme, toca preparar la comida y, si puedo, descanso por la tarde, aunque siempre hay muchos recados que hacer. Esto contando con un día libre. Por supuesto, tengo mi pareja, convivo con ella y creo que esto debe ser un hobby, un sacrificio y un equilibrio con todo lo demás.
Además, tienes que dedicarle tiempo a tu gente y a muchas más cosas. Es sacrificado en tiempo mi día a día. Tengo mis turnos de noche o de mañana en el trabajo, soy funcionario. La gran diferencia con respecto a un profesional es la dedicación exclusiva y absoluta. Es su trabajo y tienen además preparadores físicos y nutricionistas alrededor. Nosotros al final buscamos obtener el mejor rendimiento a través de todo ello, pero lo haces tú. Ir los más rápido es el objetivo. Nosotros dependemos de más cosas, al final para ellos es su vida. En rendimiento físico tienen mucha mejor genética y por ello han llegado donde lo han hecho. Lo que más me gusta de estas experiencias en la competición es que disfrutas de tu hobby, pero tienes la motivación para rendir, para cuidarte.
Me hace levantarme por las mañanas con muchas ganas de estar bien en las carreras. Me hace muy feliz y es la gran aportación. ¿Podría dedicarme al ciclismo sin la competición? Sí, pero mi cuerpo es lo que me pide y lo que quiero hacer. Mejorar físicamente es algo que me implica día a día y desde hace un año y medio noto que estoy alcanzando el nivel para poder disputar títulos con los mejores máster de España. Fui tercero en Mallorca y sexto en Copa de España. Es lo que me hace seguir, poder conseguir lo que hace un tiempo pensaba inalcanzable.
Por Javier Torres
En mi caso el día a día se complica por tener turno partido en el trabajo, que es lo primero lógicamente, aunque con la cabeza puesta en el tiempo libre del que dispondré después para poder entrenar. Lo que se viene denominando de forma coloquial como encaje de bolillos. Diferencio entre salir a montar en bicicleta o entrenar. Para correr en la categoría máster no basta con salir a disfrutar del paisaje, los amigos y la grupeta. No. En una categoría donde el nivel es tan alto, hay que entrenar muy duro. Como todos sabemos, está estrechamente relacionado con sufrir, con poner el cuerpo al límite, y eso al final es a lo que llamamos sacrificio. Intentar cuidar la alimentación para mí también supone un gran sacrificio, y no hablo de llevar un plan específico de alimentación, simplemente no abusar de todo aquello que nos gusta y que sabemos que no nos hace ningún bien. No ya sólo pensando en la bicicleta o tener un buen rendimiento, sino en nuestra propia salud.
Cuidar la alimentación también se complica porque afecta a la familia y la condicionas. Lo más complicado es sacar los entrenos adelante cuando no se dispone de mucho tiempo. Salgo a optimizar el poco del que dispongo haciendo entrenos muy específicos en función de la época de la temporada en la que nos encontremos. Es decir, si consigo una hora para entrenar, caliento diez minutos y hago 30-40 de trabajo específico. Más otros 5-10 de enfriamiento. Hay que tener claras las prioridades y contar con una familia comprensiva es clave. En mi caso, mi mujer y mi hijo también salen en bicicleta, y además les gusta acompañarme a las carreras, por lo que entienden perfectamente el sacrificio que supone prepararse para competir. Respecto al trabajo, suelo llegar a casa sobre las 18:15, por lo que en invierno en muchas ocasiones estoy obligado a salir a entrenar de noche en una urbanización cercana a mi domicilio con muy poco tráfico y dando vueltas a un circuito de apenas cuatro kilómetros, con dos repechos a los que hace años bauticé como el “tontódromo”.
Me gusta el ciclismo, la sensación de libertad, el aire en la cara, compartir un día de fondo con los amigos y la parada, por supuesto, a tomar un café en medio de la ruta. También viajar con los amigos a las carreras y, por cierto, parece que hemos corrido carreras diferentes. Al menos eso parece en el viaje de vuelta, en el que las impresiones de cada uno son tan distintas… También me gusta ver cómo te arrastras en un puerto al principio de la temporada y cómo conforme pasan los meses subes ese mismo puerto mucho mejor. Una de las mejores cosas de la bici es irte de vacaciones con ella y descubrir rincones que sólo puedes conocer dando pedales. Se pueden mejorar muchas cosas en el ciclismo, no sólo dentro de la categoría máster. A mí no me importaría pagar más por la inscripción a una carrera si con ello se realizaran controles antidopaje con el fin de cambiar la imagen que tiene esta categoría. Y, repito, no sólo hablo de ciclismo, ni de la categoría. Tramposos hay en muchos otros deportes.
Por Fran Vecino
Fotos: Javier López, Javier Torres, Fran Vecino
Incluido en el nº4 de HC