El tiempo pasa después de Wollongong y todavía resuena en el horizonte el apellido Bäckstedt. Si en Australia era Zoe quien con su doble victoria tanto en la prueba en línea como en la modalidad en ruta de juniors, acaparando todos los titulares, ahora es su padre, el sueco Magnus, quien pasa a un primer plano. Ex ciclista profesional, pedrusquero, campeón de la Roubaix entre otras, ha sido quien ha arrebatado esa primera plana a su hija debido al fichaje por Canyon-Sram, incorporándose a la nómina de directores deportivos de una escuadra que veremos si consigue dar ese salto de calidad que le falta.
Tienen una de las escuelas más potentes y si algo se les puede achacar es lo mismo que a la mayoría: rematar, que no es nada fácil. Semanas antes de Wollongong era otra Bäckstedt, Elynor, la mayor de las hermanas, la que anunciaba su renovación por tres temporadas con Trek. Con el anuncio de Magnus, se juntan los tres eslabones de una misma familia en el pelotón femenino, si bien ninguno en el mismo equipo, una peculiaridad bastante notable y poco habitual en el mundo del ciclismo.

Si uno echa la memoria atrás, o en el presente, encontramos numerosos casos de hermanas que han compartido ya sea equipo o, como en el caso de las Bäckstedt, pelotón, pudiendo ser incluso rivales. Por ejemplo, las hermanas Barnes, que han llegado a coincidir en la misma alineación y que actualmente no comparten equipo. También tenemos el caso de la poli-campeona del mundo, que ha anunciado su fichaje por Ineos a partir de la temporada próxima, Pauline Ferrand-Prevot. Compartió pelotón, que no equipo, con su hermanastra.
Otro caso puede ser el de las también británicas Elinor, la campeona olímpica y que fue madre hace recientes meses y que acaba de regresar a la competición, y Megan Barker. Llegaron a compartir equipo y después han sido incluso rivales, aunque sin verse duelos directos. El caso más evidente y destacado ha sido el de los hermanos Druyts. Son seis hermanos, cinco de ellos han hecho ciclismo, siendo cuatro hermanas las que han competido en categoría élite. Llegaron a estar al menos tres de ellas en un equipo patrocinado por los sponsors de Lefevere, siendo Kelly la más aventajada. Puede ser el de las belgas el caso más extremo, pero no es excesivamente común que la afiliación padre e hija aparezca en el pelotón. Se ha visto el caso de Ina Teutenberg, que fue una de las más destacadas de su generación y ahora como directora del Trek coincide con su sobrina Lea aunque en diferentes equipos, ya que está en el Ceratizit.

En este caso es algo similar al de las Bäckstedt, rivalizando entre ellos. También lo es si lo comparamos con el caso de las Fidanza, que han compartido equipo con su padre (con Ariana primero y posteriormente ambos en otro equipo también con Martina) y han rivalizado. Incluso en este caso han sido corredoras muy similares a su padre, que fue un hombre rápido. Esta temporada el padre sigue dirigiendo, Ariana forma parte del Bike Exchange y Martina del Ceratizit.
Lo más interesante del caso de los Bäckstedt es saber qué pasará en un futuro. Esta situación puede ser coyuntural y en un futuro poner en común sus situaciones profesionales, algo que no sucedería, como hemos visto por primera vez y que no sería tan extraño. Sería curioso verles coincidir en la pelea por alguna victoria. Daría pie a bastantes titulares, no cabe duda.
La ä con diéresis ha llegado para quedarse, busquemos los atajos de teclado para escribirla, porque parece que las hermanas van a estar unos cuantos años dando guerra en el pelotón. Su calidad así lo asegura.
Escrito por Diego Martín
Fotos: Getty Images / UCI