Ciclistas

El nuevo rol de Wilco Kelderman

El eterno aspirante. Lo que sucede en el Stelvio se queda en el Stelvio. Es un principio que no nos permite bucear en demasía en la forma en la que el neerlandés de Utrecht se dejó una oportunidad de ganar el Giro de Italia en las curvas del gigante alpino. ‘Su majestad’ separó a los aspirantes de los que tenían que seguir rascando en busca de la suerte. Wilco torció su cuerpo para intentar culminar una operación que en la salida de aquella etapa parecía factible. Irónicamente, pese al fallo, fue el mejor día de su carrera, luciendo un rosa del que era consciente no ser el más factible favorito. De ese modo, subió al podio final, sí, su mejor logro en lo que va de carrera. 

Las acusaciones de ser un corredor gris son ciertas. Ningún ataque recordado, siempre a la expectativa, esperando lo que otros proponen para contraprogramar. Bien en las contrarrelojes, donde tiene buenas expectativas. Su problema es haber nacido a contraestilo, ya que las cronometradas han dado varios pasos atrás. La montaña es una asignatura pendiente en una modalidad explosiva, el modelo contrario a lo que le podría interesar, más diésel, más de cilindrada prolongada. 

Por ello, ya que nadie cree en sus opciones por encima de corredores que le han adelantado claramente para postularse como líderes de los equipos que se presentan con aspiraciones en la salida de las grandes vueltas, su rol ha cambiado. Bora-Hansgrohe le convirtió en un top-cinco del Tour de Francia, lo que puede ser considerado su techo. El logro le garantiza tener motivos para convencer a los directores técnicos de cualquier equipo World Tour para que confíe en su buen hacer en este tipo de clasificaciones. Sin embargo, pocos se acuerdan de su paso por la ronda gala en 2021. 

Ninguna victoria desde 2015, cuando lograse el Nacional de Países Bajos en la modalidad de contrarreloj. Ha llovido desde entonces. Así es difícil, por no decir imposible, dejar poso en los aficionados, que gustan más de ciclistas que son más visibles, que protagonizan momentos de riesgo, aunque no triunfen en dichos intentos. 

Y es que Bora ha conseguido darle un nuevo giro a la orientación profesional de Kelderman. Si como líder ya se ha encontrado su límite, como gregario y director de pelotones, puede ser apoteósico. Así destrozó la carrera en la etapa que llegaba a Turín o se filtró en una escapada más que interesante que relanzó las alarmas de los equipos en punta de la clasificación general. Doble baza con Buchmann para sorprender en el marcaje a Hindley, el gran capo del conjunto alemán. Wilco ha jugado un papel muy importante por el australiano en la consecución de un enorme Giro por parte del segundo clasificado en 2020, compañero de podio de Kelderman en Milán en aquella edición y, sobre todo, también de equipo en el antiguo Sunweb. 

Wilco en ese rol puede funcionar muy bien. Tiene potencial para poner nerviosos a los mayores favoritos. Una auténtica delicia rodando en cabeza de un grupo y decidiendo el paso que más interesa a su escuadra. Una maravilla contar con un croner capacitado para la escalada a nivel de top ten, pero con la constancia que sólo un hombre capaz de mantener esfuerzos altos de 40-50 minutos puede aportar con brillantez. 

Escrito por Lucrecio Sánchez
Foto:  RCS Sport

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