Imanol Erviti, navarro, pamplonés, camino a los 40 años de edad, cumple en 2023 diecinueve temporadas como ciclista profesional. Desde 2005 y en la misma estructura, que ha vivido el paso de muchísimos corredores y del que desde la retirada de Alejandro Valverde es el ciclista más que durante más tiempo ha permanecido en la escuadra del Movistar si contamos las diferentes denominaciones de Illes Balears o Caisse d’Epargne. Es el capitán del equipo, la referencia, una prolongación del volante de dirección dentro del pelotón, una autoridad máxima y una voz más que respetada.
Su trayectoria está fuera de toda duda y su futuro en cierta cuestión, pues no se ha conocido una renovación para su contrato toda vez que finaliza a la conclusión de 2023. Se podría pensar que el navarro, que cumplirá las cuatro décadas en su DNI en noviembre, podría concluir aquí su trayectoria profesional. Bien es cierto que se ha quedado fuera del equipo del Tour, una hecho que no tenía lugar desde el año 2009, aunque más parece que debido a la lesión postural que le tuvo dos meses en el dique seco. Considerado como uno de los mejores gregarios de siempre en el equipo español, las incógnitas crecen en torno a su figura.

Coincidencia o no, la retirada de su íntimo amigo y del que fue fiel escudero, Alejandro Valverde, ha podido afectar a su rol dentro de un equipo que va incorporando savia nueva y va renovando a ciclistas de vital importancia como Erviti. Lo lógico sería que, después de una vida en el equipo, le ofrezcan seguir una temporada más, cumpliendo ya las 20 temporadas como ciclista profesional. Un reto bonito y que redondearía una cifra mágica para un ciclista que ha gozado de ciertas parcelitas de atención mediática individual, y no solo por su labor de gregario, no siempre suficientemente reconocida.
Imperdonable sería que no tuviese la opción de continuar en su casa durante toda su trayectoria deportiva. Imposible imaginar una situación similar. Por ello, salvo que la decisión del ciclista sea bajarse de la bicicleta este año, algo que quizá hubiese sido anunciado con antelación, hacerlo en 2024 supondría una enorme gesta. O, por qué no, extender su vida ciclista profesional mucho más allá, ojalá. El navarro es un corredor que genera alegría con su cercanía, por lo que sería muy celebrado por todos los estamentos del ciclismo que este fiel y estable corredor en el conjunto Movistar siguiese más años.

Lo normal sería que formase parte de la Vuelta a España, a finales de agosto. Al no haber sido seleccionado para el Tour y con el objetivo del equipo de pelear por la victoria con Enric Mas, Erviti podría realizar un trabajo excepcional, no cabe duda. Presencia que con la crono inicial y esas etapas de posible viento en la Meseta norte quedaría más que justificada. Y es que en la Vuelta ha conseguido sus dos únicas victorias parciales a lo largo de su carrera, con victorias en los años 2008 y 2010, en Las Rozas y Vilanova i la Geltrú respectivamente.
Dos días donde demostró que lo que vendría después en las clásicas fue de todo menos una casualidad. Estar peleando el top ten ante ciclistas muchísimo más especializados en esas clásicas de pavés tiene mucho mérito, más aún cuando el resto del año se ha dedicado siempre a ayudar a sus líderes en toda carrera en la que haya lucido un dorsal. Ya en 2023 no ha tomado la salida en esas grandes clásicas, si bien una ligera incursión belga tuvo en Omloop y Kuurne Bruselas Kuurne, la apertura de la temporada de clásicas de primavera.
Escrito por Lucrecio Sánchez
Fotos: Getty Images / Movistar