En marzo de 1999 la Italia ciclista tenía un ídolo absoluto, un referente a la altura de Fausto Coppi y Gino Bartali en carisma y veneración de los tiffosi. Marco Pantani venía de hacer el doblete Giro-Tour, un hito que han conseguido pocos en la historia y hasta hoy ha sido el último en hacerlo. Pantani también participó en la Milán San Remo de esa temporada 99, una carrera que se adaptaba muy poco o nada a sus características de puro escalador, pero el Pirata estaba en estado de gracia. En la ascensión a la Cipressa, penúltima ascensión de la jornada antes del célebre Poggio, Pantani lanza un demarraje y rompe una carrera que marchaba controlada por los equipos con hombres rápidos en sus filas. El ataque no llega a mas, pero mete el miedo en muchos de los interesados en el triunfo y un grupo de ocho ciclistas toma ventaja, entre ellos Bartoli uno de los grandes favoritos al triunfo. En el Poggio no ocurre nada relevante, y se acaban fusionando los dos grupos, Erik Zabel, vencedor en las dos anteriores ediciones, se frota las manos ya que es uno de los integrantes del citado grupo. El sprint está lanzado en la Vía Roma, pero un invitado se ha colado en la fiesta de los velocistas puros. El hombre de las cinco nacionalidades, Andrei Tchmil, clasicómano del Lotto que se ha convertido en noticia estos últimos días tras afirmar su antiguo rival Johan Museeuw que se marchaba a combatir a la guerra de Ucrania, se alza con la victoria por delante de Zabel y el polaco Spruch y se convertía en el ciclista más longevo en vencer la Primavera desde su creación, con 36 años y 57 días, un record que podría batir Philippe Gilbert en 2022, con sus 39 años.
Pero el ciclista belga tiene ante sí un reto mucho más grande que el convertirse en el ciclista con más edad en vencer la Milán San Remo y superar a Andrei Tchmil. Hablamos del único corredor en activo con posibilidad de conquistar los denominados cinco monumentos del ciclismo, una proeza que solo han conseguido tres corredores en la historia, todos compatriotas suyos, Rik Van Looy, Roger De Vlaeminck y por supuesto Eddy Merckx. Gilbert ha sido capaz de dominar los mal tirados adoquines de la Paris-Roubaix, de dar una autentica exhibición con una formidable y larga escapada en el Tour de Flandes, de vencer al sprint en Lieja a los hermanos Schleck cerrando el tríptico de las Ardenas en su sensacional temporada 2011, y por si esto fuera poco ha conquistado en dos ocasiones la Clásica de las Hojas Muertas, Il Lombardía. Obviamente al corredor valón solo le falta un triunfo en la Milán San Remo para completar el anhelado quinteto de carreras.
Un triunfo en la Vía Roma de San Remo que se le ha resistido, a pesar de que ha tomado la partida en esta prueba en nada menos que en 17 ocasiones. No obstante, en dos ediciones ha estado muy cerca del triunfo tras subir al podio en la tercera posición. En 2008 llegó en el grupo perseguidor de un invencible Fabian Cancellara, que había puesto tierra de por medio a dos kilómetros de la llegada. Allí el entonces ciclista de Française des Jeux solo pudo hacer tercero justo detrás del italiano Pippo Pozzato, en ese mismo grupo viajaba por ejemplo Oscar Freire.
Fue tres temporadas más tarde, en su glorioso 2011, cuando el corredor belga repetía podio y en la misma posición. Aquel año Gilbert figuraba en la nómina de grandes favoritos al triunfo y fue de los más activos en la lucha por tirar abajo alguna de las escapadas de los últimos kilómetros. Sin embargo, aquella tarde se produjo una victoria poco esperada, como fue la del australiano Matthew Goss en las filas del HTC Columbia, al sprint en un grupo en el que marchaban los principales favoritos a la victoria, como Pettachi o Ballan.
Este sábado Philippe Gilbert tomará parte de su última Milán-San Remo, ya que está prevista su retirada al final de la temporada. La realidad es que los mejores tiempos del corredor belga ya han pasado y tiene muy difícil conseguir el triunfo que le alzaría al olimpo de los dioses del ciclismo como vencedor de los denominados cinco monumentos, y más teniendo en cuenta la concurrencia que está prevista en la próxima Classicissima. No obstante, habrá que estar atentos a un ciclista que siempre se ha caracterizado por su espíritu ofensivo en carrera.
Escrito por Alberto Díaz Caballero (@Sincadenablog)
Foto: Gian Mattia D’Alberto / RCS Sport