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El reto de Remco Evenepoel: ganar el Giro 2023 a lo Induráin

No sólo hay que basarse en los excelentes resultados de Remco Evenepoel en la crono inaugural del Giro de Italia 2023, sino en la actitud mostrada en los dos primeros días en línea, donde ha intentado bonificar y obtenido tiempo extra sobre todos sus rivales. Sí, sobre Roglič ha sido sólo un segundo, pero tacita a tacita… Al igual que las bofetadas de realidad son más dolorosas que las físicas, los golpes psicológicos son más golpes que los reales.

Sin dejar de tener en cuenta que un mal día puede tirar abajo todo este castillo de naipes y que el Giro es una carrera tan especial y difícil que los cuentos de la lechera no son mejor idea que ir día a día, el reto de Remco Evenepoel de conquistar la maglia rosa pasa por ejercer un dominio estilo al que mostraba Miguel Induráin, que sentenciaba en los primeros días clave una carrera que después terminaba de conquistar por inteligencia, desactivando rivales y orientando sus voluntades y querencias hacia objetivos secundarios. Como desviar la trayectoria de un cometa.

No sonará muy extraño el plan, ya que fue exactamente el que empleó para derrotar precisamente a Primoz Roglič en la pasada Vuelta a España. Sí, el esloveno terminó por hincar la rodilla de forma literal, sobre el asfalto. Porque de forma figurada ya había depositado su rodillera en tierra mucho antes, en una primera semana donde el ciclista belga fue absoluto dominador, exhibición tras exhibición. La segunda mitad fue una cuestión de inteligencia, de cálculo, de partida de ajedrez.

El inicio del Giro, además, le ha permitido dar el primer golpe, muy duro, sobre todos sus rivales. Algunos venían muy crecidos por las victorias previas al mes de mayo, aunque su táctica era pasar desapercibidos antes de su zarpazo, por lo que su plan sigue en pie. Lo positivo para Remco del recorrido de estas tres semanas es que responde al perfil de la pasada Vuelta a España en el orden de los factores. Es decir, la primera semana ya incluye crono y montaña en la que ir a obtener la mayor renta de tiempo posible.

Soudal Quick Step ha echado sus propias cuentas. Si aprietan en las cronos, donde en teoría debería ser superior a todos, y obtiene algo más de renta subiendo en los dos finales en alto que restan y quizá en la etapa de media montaña que precede a la crono, daría un golpe de autoridad tal que de un plumazo se libraría de todos los rivales… menos uno, Primoz Roglič. Que nadie dude que el esloveno se conforme con algo que no sea la primera posición.

Hasta el rabo todo es toro, y el ciclista de Jumbo-Visma no va a descansar por buscar el rosa aunque en la clasificación aparezca a diez minutos. Incluso en esas situaciones es más peligroso porque buscaría la carrera desde más lejos. Por ello, a Evenepoel le tocará otra táctica Induráin, que fue ponerse la máscara del disimulo mientras cuele. Nada de declaraciones muy altisonantes, nada de alaridos de superioridad. Todo lo contrario. Exaltaciones del esfuerzo y cansancio que acumulan las piernas. Que el lobo vea a Caperucita a golpe de carrera hasta la casa de su abuelita.

De la novena etapa, la contrarreloj, el belga debería salir como líder. Al igual que las dos llegadas en alto le convienen e intentará si puede ampliar todas la distancia que le sea posible. Al igual que hizo en Pico Jano y las etapas asturianas de la Vuelta. Al igual que Miguel Induráin dejaba sentenciado medio Tour de Francia entre la primera crono y la primera llegada en alto. Esa táctica aniquila el ánimo de muchos rivales y sus equipos, que empiezan a mirar el podio como una posibilidad más realista. Ése es el objetivo.

En un mano a mano con Roglič todo es diferente, porque al final es simplemente marcar una rueda y que Dios reparta suerte. En etapas como la 13ª, con paso a Suiza a través de colosos altos y empinados como esperan ese viernes, evitar rivales de largo alcance como si fueran misiles intercontinentales es clave. Su equipo no es el CSC de antaño o el Sky/Ineos de la actualidad, por mucha voluntad que vayan a emplear en la empresa que persiguen. Que sí, que la actitud multiplica. Y con ella hay que contar.

Y la actitud en algunos casos es la mera renovación de cara a 2024. Un buen rendimiento en el Giro en favor de Remco puede provocar que la dirección del conjunto belga tome la decisión de prolongar la relación contractual del ciclista en cuestión. De lo contrario, en plena fase renove del Soudal Quick Step para rodear a su líder mejor en la alta montaña, los emperadores pueden mostrar el pulgar hacia abajo. No hay mejor motivación para darlo todo por la consecución de la maglia rosa. Ese plus puede ser importante.

Es otro aspecto que se compara al de Miguel Induráin, que en la mayoría de situaciones delicadas se enfrentaba a ellas en soledad, por mucho gregario célebre como Delgado o Bernard que tuviese a su lado. Los gregarios le ayudaban a alcanzar la distancia de despegue o a imponer un ritmo cuantioso en watios para convertir las alegrías de los demás en penas de arrastre. Así llegaba el momento de valerse por sí solo, de marcarse un objetivo en el horizonte y contrarreloj hasta la meta. Es la dificultad de batirse con este ciclista, que si toma un metro de ventaja le ves ya en meta.

También habrá que tener en cuenta esos marginal gains que denominaron los Sky para justificar su gran rendimiento la década pasada. Todo detalle puede ser clave. Todo aprovechamiento de cada movimiento para obtener réditos, también. Un abanico, un corte en un sprint, una bonificación de aquí, de allá… Todo hasta noquear a su rival principal y dejar anestesiados al resto. El peligro está en el esfuerzo de la tercera semana, que nada tendrá que ver con la Vuelta que consta en su palmarés. Los puertos no serán Piornal y Cotos, sino Giau y Bondone, absolutamente temibles.

Lo estrafalario de la puesta en escena de Remco en la crono dista de la normalidad de Induráin, pese a que el navarro en ocasiones lucía llamativos cascos en contrarreloj. El casco de Evenepoel parecía más sacado de un video de Daft Punk o del armario del corredor suizo Bisseger que un complemento ciclista. El resultado fue excelente, así que un punto más en el casillero del equipo belga, que exprimió también ese marginal gain, esa ganancia de los pequeños detalles, el hacer euros céntimo a céntimo, mucho más trabajoso, pero en ocasiones más efectivo y en todas ellas la única posibilidad.

Escrito por Jorge Matesanz

Fotos: RCS/LaPresse

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