Juanpe López ha sido para mucha gente uno de los descubrimientos de la temporada 2022. Fue bonita su defensa de la maglia rosa en el Giro de Italia, justo reconocer a su vez que en ese momento de los ciegos cualquier tuerto iba a ser rey, en un ciclismo español repleto de grises nubarrones que fueron despejando en la recta final del año. La gesta de lucir diez días el maillot de líder de una gran vuelta no es moco de pavo, es algo que ya de por sí será recordado como uno de los highlights de estos años de transición entre una guerra y otra. Lo que tal vez no quede en la memoria del aficionado menos evidente es la forma de defenderla, liberado de complejos y con el mundo por montera.
Trek Segafredo tenía claro que el sevillano de Trebujena tenía calidad para entrar en el World Tour, pero el escaparate que ha supuesto el ciclista español durante esos diez días han superado las expectativas. Ahora llega el momento más complicado, que es el después del éxito, ese momento que te termina por definir como un aspirante a campeón o un mero buen ciclista. En la indefinición se pierden muchas plumas, como le sucede a otros varios corredores no tan lejanos, y conviene decidir qué quiere ser de mayor.
Con 25 años y camino ya de los 26, está en edad de tener unos objetivos más concretos que simplemente buscar sensaciones y ver qué pasa. Más aún cuando ha demostrado que puede aspirar a protagonizar momentos dentro de la temporada. De momento no ha levantado los brazos, un listón que tiene que derribar más pronto que tarde, porque sería síntoma de una evolución de menos a más, que es justo lo que Juanpe necesita. La palabra presión debe quedar fuera del vocabulario, pero ya está en edad de dar un paso adelante hacia el siguiente escalón.
El menú para 2023 intercambia el Giro de Italia por el Tour de Francia, en una carretera que tendrá como final la Vuelta a España. Esta vez no se dará un baño de multitudes en la misma, puesto que Andalucía no está en el mapa propuesto por la carrera para su edición 2023, pero con un trazado eminentemente montañoso, bien haría en afilar las piernas para aprovechar los minutos de gloria que la grande española repartirá entre los escaladores.
El camino al Tour de Francia, donde debutará, tendrá escollos muy interesantes como la Volta a la Comunidad Valenciana, la Volta Catalunya y la Itzulia. No estaría de más que en alguna ocasión elija la ronda de su tierra, la Vuelta Andalucía, en lugar de dejarse caer por el Algarve portugués. Es una carrera en la que aún no ha debutado y, vista la admiración que despertó en sus paisanos, debiera participar de vez en cuando. También para apoyar el ciclismo y las carreras de su Andalucía natal y cuya bandera ha asumido por aclamación popular.
Como este calendario es inédito en el ex ciclista de la Fundación Contador, habrá que valorar sus avances y retrocesos a final de año, si bien la mentalidad debe girar en torno a buscar victorias, como hizo en el Giro de Italia. La búsqueda de una etapa de montaña le llevó al rosa y al estrellato, por lo que aún con más motivo pueden caer premios interesantes por el camino. Lucir el maillot de la montaña en el Tour, luchar por una etapa o ser nombrado el ciclista más combativo pueden ser ideas perfectamente asumibles por Juanpe López, más allá de que el equipo le pueda pedir que asuma los galones en la general.
Con contrato hasta 2025, el corredor perteneciente a Trek Segafredo será una de las puntas de lanza en la carrera francesa junto a la estrella del equipo, el danés Mads Pedersen, el italiano Giulio Ciccone, el teórico líder y algún otro como el también danés y prometedor Mattias Skjelmose, que también debutará en el mes de julio. Razones tiene el conjunto americano para creer en una buena actuación, mimbres parece que va a alinear para ser protagonistas. Veremos a qué escala.
Escrito por Lucrecio Sánchez
Foto de portada: LaPresse / RCS