El italiano Andrea Tonti (Osimo, 1976) fue uno de los gregarios más fieles de comienzos de los 2000. Di Luca, Simoni, Cunego, Bettini, Boonen, Ballan… muchos grandes nombres a sus espaldas para conseguir los mejores triunfos: dos veces el Giro de Italia, tres Campeonatos del Mundo para la selección transalpina (Bettini en dos ocasiones y Ballan), clásicas de primer nivel, entre otras muchas carreras que ayudó a ganar. Fan de Maurizio Fondriest y Miguel Indurain, este ciclista de Osimo hizo carrera en muy buenos equipos y compartió vivencias con muchos de los mitos de la época, siendo después director y actualmente dedicándose a la organización de eventos ciclistas y al marketing deportivo.
¿Cómo empezaste en el ciclismo?
Empecé con 10 años, porque a mi padre le gustaba mucho el ciclismo y me aficioné viendo el Giro de Italia en la televisión y cuando pasaban cerca de casa. Un día conocimos en una carrera a Maurizio Fondriest y nuestras familias trabaron amistad.
En 1999 pasas a profesionales con Cantina Tollo y un año después ya debutas en el Giro. ¿Cómo fue la primera experiencia en una grande?
Una experiencia muy satisfactoria. La primera mitad de la carrera corrí para el equipo, no para mí, porque teníamos a Di Luca, pero se tuvo que retirar por una tendinitis y pude probar a hacer la general. Siendo mi debut en una gran vuelta, logré terminar en el 23º puesto de la general, que creo que es un gran resultado.
¿Pensaste en que podrías ser un líder para las generales después de ese buen estreno?
Por entonces no. Mi sueño era correr en los grandes equipos. A final de año me contactó Saeco para ayudar a Gilberto Simoni en el Giro y decidí dar el paso. En 2003 ganamos con Simoni, en 2004 con Cunego, en 2005 Simoni fue segundo… Después pasé por Lampre y QuickStep. Cuando estás en esos grandes equipos, sabes que habrá corredores muy fuertes a los que apoyar.
Cuando corres con Simoni, Cunego, Bettini, Boonen, Astarloa, Di Luca, Celestino, Mazzoleni… tienes grandes campeones alrededor. Puedes elegir estar en un equipo más modesto e intentar hacer cosas, o correr las carreras más importantes del mundo trabajando para otros líderes más fuertes.
¿Cómo fue la experiencia de correr con Simoni y ganar el Giro?
Ganar el Giro con él en 2003 fue un gran momento. Hubo que trabajar mucho desde el primer día, porque éramos el equipo favorito. Siempre fui cara al viento. Ganamos cuatro etapas y la general, así que mereció la pena.
El año siguiente ganáis con Cunego, pero teníais dos corredores importantes como él y Simoni. ¿Fue difícil gestionar esa bicefalia?
Sí. Empezamos la carrera con Simoni como capitano, pero a lo largo de las etapas se fue demostrando que Cunego estaba mejor, con más explosividad y fuerza. La última semana fue complicada, con mucho nerviosismo. Creo que los directores tuvieron mucho trabajo que hacer esos días.
¿Entre dos grandes campeones como Gilberto Simoni y Damiano Cunego, con cuál te quedas?
Son dos ciclistas completamente diferentes. Suponen como un cambio de generación, dos caracteres y mentalidades diferentes. Simoni era experto, reservado y no hablaba mucho. Cunego tenía 23 años y era mucho más espontáneo y expresivo, sin miedo en decir lo que pensaba. Sigo teniendo muy buena relación con ambos.
En 2006 logras tu primera victoria profesional, en España con Acqua & Sapone. ¿Cómo recuerdas ese momento?
Fue una etapa en al Bicicleta Vasca. Un día muy difícil, toda la carrera a tope. En País Vasco siempre son jornadas con muchas subidas cortas y explosivas que hacen mucho daño por los cambios de ritmo. Había muchos corredores españoles muy fuertes esa temporada: Contador, Valverde, Koldo Gil… gente de mucha calidad. En España siempre se iba muy fuerte.
Me encontraba bien pero no contaba con ganar la etapa. Lancé un último ataque a 2 kilómetros de meta con Samuel Sánchez, Felix Cárdenas y otros cuatro corredores. Nos la jugamos al sprint y pude llevarme mi primer triunfo.
Era el primer año que corría con más libertad, sin un jefe de filas claro, y pude conseguir mejores resultados. También gané el GP Fred Mengoni y la general del Tríptico Lombardo. Conseguí además mi primera selección en el equipo nacional para el mundial, y ganamos el arcoíris con Bettini.
Tras ese buen año fichas por el potente QuickStep en 2007. ¿Qué tal es trabajar con Lefevere?
Patrick Lefevere es una persona que siempre dice lo que piensa, sin filtros. Es un equipo muy exigente con una mentalidad muy competitiva. Todo el grupo tiene pensamiento vencedor, todos pueden ganar. Cuando llegas al equipo descubres la importancia de esos colores, el gran impacto que tiene en el público belga. Además, con la presencia de Tom Boonen, todo se amplificaba mucho.
Con Boonen, Bettini, Devolder… era un equipo de auténticos campeones, que hacían cosas increíbles incluso en los entrenamientos. Cuando entrenas al lado de corredores de tanta clase y calidad, te sirve para mejorar mucho. Además, son corredores muy amables y accesibles y siempre dispuestos a darte consejos, lo cual ayuda mucho al equipo.
De los corredores con los que has corrido, ¿qué alineación harías para una semana de Tour de Flandes y París-Roubaix?
En QuickStep casi cualquiera. Podría decirte un ocho con Stijn Devolver, Tom Boonen. Matteo Tosatto, Steven De Jongh, Wouter Weylandt, Bram Tankink, Gert Steegmans y Kevin Van Impe.
¿Cuál dirías que ha sido tu mejor y tu peor momento sobre la bicicleta?
El mejor momento, mi primera victoria en Italia en 2006 en el Gran Premio Fred Mengoni.
El peor, una caída en el inicio del Giro de Italia de 2007 en Cerdeña, donde me fracturé el tabique nasal.
¿Qué es el Giro de Italia para ti?
Exactamente lo que dice su lema: “la carrera más bella del mundo en el país más bello del mundo”.
Después de colgar la bicicleta ejerciste como director deportivo. ¿Cómo fue la experiencia?
Estuve cuatro años como director en un equipo continental de cerca de mi casa que tenía como patrocinador principal la marca asiática Nippo. Ganamos muchas carreras y encabezamos el ranking de la UCI en Asia. Teníamos grandes ciclistas como el colombiano Julián Arredondo.
Una experiencia interesante que ocupaba mucho tiempo, siempre de viaje de un lugar a otro. Mucho tiempo fuera de casa, como cuando era ciclista profesional.
¿Quiénes eran tus ídolos ciclistas cuando empezabas?
Maurizio Fondriest en las clásicas y Miguel Indurain en las grandes vueltas.
¿A qué se dedica ahora Andrea Tonti?
Tengo una empresa de cicloturismo llamada Bike Division Tour Operator con mi esposa y hago también consultoría de marketing orientado al ciclismo y organización de eventos.
Entrevista Jorge Matesanz (@jorge_matesanz)
Transcripción Víctor Díaz Gavito (@VictorGavito)
Foto: Sirotti