Ángel Casero nació en septiembre de 1972. Un mes con el que de un modo u otro iba a estar muy relacionado por haber vivido en él sus mejores días sobre la bicicleta. El valenciano compitió durante once años en los que formó parte de los mejores equipos españoles. Curiosamente, sus mejores días en la Vuelta a España vinieron luciendo los colores del Festina. Campeón de España, acumuló ocho victorias y brilló en el Tour, aunque no quedase tan lejos de pisar el podio de París. Un ciclista que convivió con Pedro Delgado, con Miguel Induráin, con Chava Jiménez, con Abraham Olano… y que aprendió de todos ellos para después ponerlo en práctica y ser uno de los corredores más importantes de su generación.
Pregunta: ¿Cómo empezaste en el mundo de la bici?
Ángel Casero: «Mi abuelo alquilaba bicicletas cuando era un artículo de lujo. Fíjate si había afición desde casa. Como yo vivía en un pueblo pequeñito en el que podías salir con la bicicleta, poco a poco me fue entrando el veneno de la bici»
P: ¿Con qué ídolos crecías?
AC: «El ídolo era Bernard Hinault por aquel entonces. Cuando era niño y veía las carreras, era el que ganaba todo. A partir de ahí vinieron el resto, pero principalmente fue él»
P: Luego empezaste con Miguel Induráin en el año 1994, ¿puede ser?
AC: «Sí, estuve desde el 91 al 93 en Banesto amateur. Y un año más tarde pasé a profesionales con Banesto»
P: Último año de Pedro Delgado… Induráin, Chava, Olano, etc. Casi nada.
AC: «Correcto. Viví en el campo amateur los tres primeros Tour de Miguel. En el 94 ya estaba con él y la primera carrera que hice en profesionales, que fue la Vuelta a Mallorca, donde creo recordar que hice cuarto o quinto. Estábamos empatados a tiempo y en el último sprint me lanzó Miguel para intentar mejorar la posición por el puestómetro. Aquello fue maravilloso. Sobre todo el poder estar con todos mis ídolos. Genial coincidir el último año con Perico, aunque ya iba más a participar que a competir, y con Induráin en esa época dorada de los cinco Tour. Así que fue una época bonita porque además era gente que quería enseñar a los jóvenes y nosotros lo aprovechamos»
P: ¿Tienes alguna anécdota con ellos?
AC: «Con Chava coincidí dos años de amateur y luego tres de profesional. Con él, la verdad, fue muy divertido. Era un chaval al que le gustaba mucho el cachondeo, le gustaba amenizar las comidas y las cenas y fue divertido. Con Miguel tengo una anécdota de la Midi Libre que acabó ganando, pero me pegó una bronca de la leche. Llevaba yo las bolsas de avituallamiento del coche y se me ocurrió tirar dos porque no podía con ellas y resulta que él no había cogido. Así que bueno, una pequeña bronca que te vale para aprender, está claro»
P: ¿Qué tipo de consejos te dieron en Banesto desde la parte de dirección?
AC: «Sobre todo a tener paciencia e ir creciendo. Hasta el año 1996 no corrí mi primera gran vuelta, que fue la Vuelta a España en la que se retiró Miguel»
P: Menuda grande para debutar…
AC: «Nosotros nos encontramos por el pinganillo un mensaje que decía “Chava y Ángel, sois los líderes del equipo, que Induráin se ha bajado”. Nos quedamos los dos con cara de haber pasado del nada al todo. Intentamos hacerlo lo mejor posible y ya está»
P: Después te marchas al Vitalicio de Javier Mínguez.
AC: «Me marché porque quería más oportunidades en cuando a ser líder en las grandes vueltas y en Vitalicio pensé que las iba a tener. Me la jugué en ese aspecto, pero creo que me salió muy bien»
P: ¿Cómo de diferente es Javier como director?
AC: «Mínguez te lo dice todo a la cara, te guste o no. Los demás van un poco a sermonear. Es distinto. El mensaje es mucho más directo con Javier»
P: El Tour de 1999 fue tu despegue definitivo, ¿no?
AC: «Sí, correcto. Fui quinto. En el Tour de 1998 iba entre los diez primeros cuando pasó todo aquello de la retirada de los equipos españoles. Fue un palo y un Tour raro y distinto. Al año siguiente era volver otra vez a la normalidad y poder estar ahí disputando con Dufaux, Virenque, Armstrong, Escartín… Pude haber hecho podio, pero por una etapa lo perdí. La etapa de Pau, en la que los mejores arrancaron la moto y Virenque y yo nos quedamos un poco rezagados. Él no quería tirar, yo no podía subir más rápido, y nos cogieron una diferencia que después en la crono yo no pude recuperar. Me quedó esa espina clavada de no haber hecho mejor puesto en el Tour. Pero bueno, como después conseguí primer y segundo puesto en la Vuelta, se alivia un poco»
P: ¿Sería posible que hoy día aspirases a lo mismo?
AC: «Ha cambiado bastante el ciclismo en cuanto a mentalidad, en alimentación y demás. Se está viendo que los grandes ciclistas consiguen aguantar mucho más tiempo en forma. ¿Hubiésemos hecho lo mismo? Es que nunca se sabe. Hay que estar contento con el desarrollo y lo obtenido. Ahora también hay gente que no soporta esa presión de medir todo, de pesarse, comer y demás. Cada época tiene lo suyo»
P: Fuiste 24 meses campeón de España…
AC: «Fue un gustazo. Ganar dos años seguidos fue bonito. Sobre todo por el pique con Mínguez, que decía que no lo iba a ganar otra vez y lo conseguí. Correr dos Tour con la bandera de España en el maillot fue algo muy bonito»
P: En el año 2000 llegas a Festina y todo cambia.
AC: «Sí, porque en Vitalicio no me ofrecían la continuidad en el contrato que yo quería. De hecho, hicieron un año más y desaparecieron. Con Festina sí que tenía esa posibilidad y había además un buen equipo para hacer cosas importantes en Tour y Vuelta, como finalmente hicimos. Había que probar suerte y me fue muy bien»
P: Aquel año 2000 fue un gran año para el equipo. Y sin Angliru a lo mejor era todavía mejor…
AC: «Sin Angliru igual tenía dos Vueltas. El equipo que tenía Kelme era de escaladores muy, muy rápidos y en aquella Vuelta del 2000 no tenía un gran equipo y allí me dieron la puntilla. Perdí mucho tiempo y no fui capaz de recuperarlo en la crono final. El problema de ese puerto era que cuando mides 1,80 y tantos y no te puedes levantar de la bicicleta porque además no había los desarrollos que hay ahora. El Angliru no lo conozco en seco, resbalaba mucho la rueda y ahí un escalador tenía ventaja. Y si ese escalador es Roberto Heras, no te digo nada, que no era precisamente un cualquiera»
P: En 2001 ganas la Vuelta, pero no terminas de arrancar en el Tour. ¿Qué pasó?
AC: «En el 2000 tuve una caída muy fuerte y en 2001 creo recordar que tuve una tendinitis y al final no pude ni terminar. He padecido siempre mucho de las rodillas desde pequeñito y ha sido también otra cosa que me ha traído de cabeza, claro. De hecho, me tuve que retirar por una lesión en la rodilla»

P: ¿En qué consistió ese problema?
AC: «Siempre he padecido mucho de los meniscos. Luego en el año 2000 me operaron de la plica sinovial. Luego me diagnosticaron una necrosis en la intersección del cuádriceps con la rótula. Ha sido un calvario. Me sentía limitado. Cuando no vas al 100% te quitan las pegatinas, como se suele decir. Ahora para hacer una vida más o menos normal, bien. Pero bueno, hay limitaciones»
P: ¿Cuándo viste que podías ganar la Vuelta que ganaste?
AC: «Pasó en Andorra. En la cronoescalada vi que Sevilla no me cogió tiempo y me encontré bien en la montaña. Sin una montaña tan exigente como el Angliru, con puertos un poco más estilo Pirineos, y esos puertos a mí me van bien. Con muchos kilómetros, pero sin esa dureza excesiva. La etapa que salía de Valencia y llegaba a Aitana fue tal vez la que me dijo que esa Vuelta era mía. Ataco subiendo y me acabo dando cuenta de que con la crono final lo tenía todo a mi favor»
P: Hubo un momento en Envalira que os cargasteis a Joseba Beloki para la general. ¿Hubiese sido más rival?
AC: «Él en Andorra lo pasó muy mal, creo que pagando el esfuerzo del Tour. Por eliminación van cayendo los rivales en las grandes vueltas»
P: ¿Te sentiste lo suficientemente reconocido?
AC: «Me sentí a gusto. Son muchos años de sacrificio para intentar conseguir el objetivo. Esa última semana tuve muchos nervios, fue complicada. Pero al final en la última crono lo conseguimos. Me hubiese gustado tener ese paseo triunfal de la última etapa, pero ni en el Tour del Porvenir ni en la Vuelta a España que gané pudo ser porque ambas terminaron con crono y no tuve esa posibilidad»
P: Ganaste a Óscar Sevilla, que era muy querido por la afición.
AC: «Todavía está corriendo. A lo mejor yo no era tan mediático como él. Tenía esa cara de niño que le hacía venderse mejor, pero bueno, al final el reconocimiento lo tienes y lo sigo teniendo»
P: Después te marchas al Coast de Escartín y Zulle que a su vez termina siendo el equipo de Ullrich.
AC: «Fue una experiencia al principio desastrosa. A los pocos meses nos dejaron de pagar, después el equipo lo reabsorbe Bianchi. Con ese maillot intentamos ganar el Tour para Jan. Fue una experiencia, sobre todo, distinta. Equipo alemán, con muchos alemanes, el idioma no era muy fácil. Había que reinventarse y había que luchar por seguir en el ciclismo al máximo nivel»
P: En 2005 lo dejas, ya en las filas del Comunitat Valenciana, que era el Kelme de tus años. Sólo te faltó la ONCE…
AC: «Sí, pero Manolo no me quería (risas). Desde el 2001 que gano la Vuelta intentaron que estuviera en el equipo y aunque no fueron mis dos mejores años por los problemas que comentaba de la rodilla, que se fueron incrementando, fue muy bien. En 2004 hubo un problema con los avales del equipo, no recuerdo bien qué pasó, pero nos quedamos seis o siete corredores sin competir. Entrenando y cobrando, pero sin competir. El problema en la rodilla, al volver a la competición, se complicó»
P: Al poco de retirarte estalla la OP.
AC: «A mí aquello no me afectó mucho. Me enviaron una carta diciéndome que habían encontrado algo mío, luego me volvieron a enviar otra diciendo que se habían equivocado, y ya está. En aquel momento no me afectó en absoluto»
P: ¿Crees que se puedo haber hecho de otra manera? Sobre todo en las formas.
AC: «Quizás a lo mejor por no conocer se deba uno callar, no lo sé. Pero al final no sirvió para nada, para que muchos ciclistas estuvieran dos años parados sin tener tal vez todos los datos o toda la legalidad en aquel momento para hacerlo. Solamente se marcaba ciclistas. Al parecer había más deportes involucrados, pero no pasaba nada con ellos. Tiempo perdido, creo yo»
P: Nunca corriste un Giro de Italia, por ejemplo. ¿Alguna espinita que te quedase en tu carrera profesional?
AC: «El Giro lo iba a hacer en el año 2002, pero me tuvieron que operar. El último día de la Tirreno-Adriático me hizo crack la rodilla y tuve que pasar por quirófano y no me dio tiempo a llegar. En la Vuelta también estuve corto de forma. Me hubiese gustado correr el Giro, la verdad. Quizá la espinita que se me queda clavada fue aquello del Tour 1999, el no subir al podio. También no correr unos Juegos Olímpicos. Yo creo que en el año 2000 estaba en una gran forma, pero no me llevaron»
P: ¿No tenía Paco Antequera (seleccionador en aquel momento) relación con algo de la Vuelta a Valencia que ahora diriges?
AC: «Creo que Paco intentó hacer la Vuelta o la puso en el calendario y después no pudo. Ya no sé quién llegó a tener los derechos de ella, no te sé contestar»
P: ¿Por qué asumís ese reto?
AC: «Decidimos hacerlo entre varios ex ciclistas y deportistas que nos empeñamos en reflotarla y en ello estamos»

P: ¿Cuál es la filosofía que queréis impregnar a la carrera?
AC: «La filosofía al final es que los corredores importantes quieran venir a competir. Para ello lo que podemos hacer es un recorrido atractivo, con el menor número de traslados posibles y que puedan dormir en buenos hoteles. Ése es nuestro objetivo»
P: Estáis cosechando un buen palmarés, no cabe duda.
AC: «Si tratas bien a los corredores, ellos quieren volver. Tenemos la suerte de contar con muy buenas fechas y de gozar de muy buen clima en la Comunidad Valenciana. Los ciclistas están ya entrenando por la zona e intentamos hacerles recorridos para que el que quiera venir a competir pueda hacerlo y el que venga a preparar las clásicas o el Giro de Italia pueda hacerlo con total tranquilidad. De momento el esquema de trabajo no nos está fallando»
P: Arriesgáis con algunas etapas, como aquella de cotas donde ganó Enric Mas (año 2021) o el sterrato. ¿Habéis recibido más alabanzas o críticas?
AC: «Hicimos casi dos kilómetros de sterrato y el único que se quejó fue Evenepoel, también porque él venía a ganar la carrera y ese día falló. Luego reconoció que había fallado él y no era culpa de la tierra. Valverde ese día llegó pinchado y no se quejó. Yo creo que fue muy bonito y la gente se acuerda de ello todavía. A ver si intentamos algo similar el año próximo o al siguiente»
P: ¿Tenéis algún as en la manga en cuanto a recorridos?
AC: «No, cada año intentamos innovar, hacer recorridos diferentes. Estamos pensando qué hacemos para el año que viene y en una etapa estamos planteándonos hacer un guiño distinto. Estamos en ello»
P: ¿Qué has aprendido siendo ciclista para ser ahora organizador?
AC: «Si no has estado encima de una bicicleta, complicado después organizador una carrera. Tenemos un equipo de ex profesionales que conocemos mucho lo que hay que hacer para hacerles disfrutar encima de la bicicleta. Luego hay otra parte que no tiene nada que ver, que cuando eres ciclista lo tienes todo hecho, tus dorsales, libros de ruta y demás cuando llegas al hotel, y cuando te bajas de la bicicleta se ve distinto. Hasta que haces la primera, no sabemos cómo funciona todo en realidad. Poco a poco lo vamos resolviendo»
P: ¿Mejor y peor día sobre la bicicleta?
AC: «Hay muchos más peores días que mejores, hay que reconocerlo. Hay que aprender a perder para después ganar y después saber disfrutar cuando has ganado. No todos los peores días han sido en la montaña. Ha coincidido algún día malo con etapas ratoneras o lo que sea y te afecta igual. Al final da igual dónde te pille»
P: ¿Qué corredor que te ha impresionado más?
AC: «Sin duda, Miguel Induráin. Tanto sobre la bicicleta como fuera. Seguimos manteniendo relación y es un crack»
Entrevista por Jorge Matesanz
Foto de portada: Sirotti