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Entrevista a David de la Fuente: «el ciclismo actual es espectacular, pero ya no vale sólo con ser ciclista»

David de la Fuente Rasilla (Reinosa, 4 de mayo de 1981) es un ciclista cántabro que ha disputado 19 temporadas ininterrumpidas como ciclista profesional (2003-2021), en las que ha compartido equipo con los más grandes, como su paisano Juanjo Cobo o incluso al servicio de Alberto Contador. Todos le recordamos en 2006 luciendo el maillot de topos rojos del Tour de Francia, que tanto le marcaría. Hace unos meses recordábamos su trayectoria en High Cycling, pero resulta mucho más enriquecedor escucharle cómo nos la explica en primera persona.

HC: ¿Cómo empezaste en el mundo de la bici?

DLF: Tengo un hermano un año mayor y, cuando teníamos 8 y 7 años, nuestros padres nos apuntaron al Club Ciclista Campurriano de aquí de Reinosa. Recuerdo que el regalo de navidades fueron dos bicicletas Razesa.

HC: Desde juvenil, comenzaste a ganar, incluso contra ciclistas mayores, por ejemplo en una etapa del Circuito Montañés en 2001.

DLF: Empecé en el Saunier Duval juvenil y luego ya pasé al equipo amateur de Matxín, donde estaba mi hermano. En 2001 pude ganar una etapa del Circuito Montañés, recuerdo que en esa edición corrían incluso equipos profesionales. Fue una sorpresa porque esa primera victoria fue una cronoescalada de un kilómetro en Santander. Lo mío no eran las cronos precisamente, ese día no me veía con opciones, casi ni calenté. Pero entonces tenía mucha chispa, mucha explosividad, y repechos duros y cortos como ese se me daban muy bien.

HC: En 2003, antes de cumplir los 22 años, Joxean Fernández “Matxín” te lleva al Vini Caldirola italiano. ¿Cómo fue esa oportunidad de dar el salto a profesionales?

DLF: De cara a 2002 ya fui a hacer pruebas con Mapei porque el Saunier Duval aficionado era un filial del Mapei donde Matxín estaba como uno de los directores en 2001 y 2002. Finalmente en 2022 no pudo ser porque desde la UCI obligaron a recortar las plantillas, de 40 a 25 ciclistas, y me quedé sin sitio tanto en el Mapei como en el Mapei TT3. En 2003, cuando Matxín pasó a dirigir Vini Caldirola tuvo la opción de llevar a un corredor y, en lugar de elegir a uno más experimentado, me llevó a mí. Hice un buen primer año. Y era un gran equipo para empezar. Yo era muy joven, apenas había salido de mi pueblo, y cuando llegué a la concentración en Suiza, me asusté un poco al ver que coincidía con Garzelli, el campeón del mundo Romāns Vainšteins, Eddy Mazzoleni, Fred Rodríguez, que era el campeón de Estados Unidos… Imponía un poco todo, daban respeto todos esos nombres. Al principio, me sentaba en la mesa y no hablaba si no me preguntaban. Además, tuve que aprender italiano a marchas forzadas los primeros meses. Aprendí muchísimo. Me enseñaron a tirar y trabajar para otros, que no es tan fácil. Me salió un gran año.

HC: ¿Qué significa Matxín para ti?

DLF: Matxín me dio la primera oportunidad, le debo mucho, fue la persona que me permitió llegar a donde llegué. Creo que yo también respondí con trabajo y buenos resultados. Pero por supuesto que le estoy muy agradecido.

David De la Fuente tira del pelotón en el Tour de Francia de 2007 © Sirotti

HC: En 2004 pasaste al nuevo equipo de Matxín, el Saunier Duval, un equipazo. Seguro que recuerdas especialmente el 2006, tu primer Tour de Francia, en el que destacaste muchísimo: maillot de la montaña muchos días, escapadas en etapas importantes como Alpe d’Huez, combatividad en el podio de París…

DLF: Los dos primeros años, 2004 y 2005, trabajé muchísimo pero no llegaban los resultados individuales. Recuerdo mucho el 2006 y la gente también posiblemente es el año que más recuerda mío por lo bien que me salió el Tour. No estaba ni siquiera en mis planes correr ese Tour, ya para entonces llevaba 60 días de competición, demasiados, había corrido todo lo habido y por haber; Matxín me llevó porque me vio muy bien en la Vuelta a Suiza, donde trabajé para Koldo Gil. Desde el principio del Tour 2006, me metí en muchas escapadas, tenía mucha motivación de estar ahí. Soy un ciclista que funciona mucho por impulsos. Cuando las cosas van bien, soy capaz de superarme a mí mismo. Y en ese Tour de Francia se dieron muy bien las cosas. Coroné primero el Tourmalet, entre otros, creo que sigo siendo el último español que lo ha logrado. Recuerdo mucho la escapada en la etapa de Alpe d’Huez, donde estaban Frank Schleck, Garzelli o Patxi Vila, entre otros. Ese día me puse más líder de la montaña y muchos me veían ya favorito para el maillot, pero al día siguiente Rasmussen se escapó todo el día y ya no pude hacer nada.

HC: ¿Fue ese Tour de Francia 2006 el mejor momento de tu carrera?

DLF: Sí, junto a la Vuelta a España 2011, a nivel colectivo. Desde luego que el Tour 2006 es personalmente la prueba más emotiva para mí, de la que más me acuerdo. Llegué a ese Tour no siendo nadie, nadie me conocía apenas. Y ya desde la segunda etapa, salía en todos lados. Tuve muchas emociones, altibajos, protagonismo peleando el maillot de la montaña, metiéndome en escapadas… Además, que me dieran ese premio de la Combatividad en París por todo el Tour que hice, fue muy especial. Ese Tour entero fue la leche.

HC: Algo malo recordarás de ese Tour 2006…

DLF: Bueno, recuerdo que tuve algunos problemas peleando el maillot de la montaña. Me disputaban los puntos en puertos de esos pequeños, me acuerdo de Jérôme Pineau y su equipo, el Bouygues Telecom, que me cerraban y casi me tiraban, la verdad es que me intentaban hacer de todo. Para los franceses eso del maillot de la montaña es un tema importante.

HC: En 2007 llegó tu primera victoria ya profesional, el Gran Premio de Llodio. ¿Cómo lo recuerdas?

DLF: Recuerdo que hubo una fuga de 25 ciclistas y, a pesar de ser mi primera victoria grande, quizá porque llegué solo, no recuerdo Llodio con la misma emoción que luego cuando gané una etapa de la Vuelta a Alemania 2008 o el Gran Premio Miguel Indurain 2009, donde sentí más euforia porque fue por muy poco. Lo que está claro es que Llodio cuadraba muy bien conmigo y mis características, porque hice 2º en 2009 y un par de veces más en el top10, siempre estaba delante allí. Sin embargo, la victoria profesional individual que recuerdo con más cariño fue Indurain en 2009.

HC: Viviste el polémico final de la estructura del Saunier Duval, luego ya a partir de 2008 como Scott y en 2009 como Fuji-Servetto. Imagino que fueron años duros, sobre todo el Tour de 2008.

DLF: Lo fueron. Yo tenía una buena trayectoria profesional y estaba en el equipo que iba al Tour 2008, éramos un grupo que lo habíamos preparado a conciencia y, de repente, a última hora, se unieron Riccò y Piepoli, que no lo iban a hacer, dejando fuera a otros. El positivo de Riccò fue un jarro de agua fría, porque nos dejó sin patrocinador y, además, de un momento para otro, se decidió que no salíamos en la etapa 12, nos enteramos en la propia línea de salida. Una decisión que no compartes, pero que tienes que asumir. Se te queda cara de tonto, la verdad. Seguí en el equipo también la temporada siguiente, en 2009, con Cobo, y creo que, pese a que no pudimos hacer el Tour de Francia, ese 2009 fue uno de mis mejores años. Además de la victoria en Estella, en 2009 estuve en muchas escapadas en la Vuelta a España y fui segundo de la montaña, que ganó Moncoutié; se me vio mucho ese año.

HC: En la temporada 2010, fichas por el Astana y eres parte del equipo que gana el Tour con Alberto Contador. Después de su desencuentro con Armstrong en 2009, la verdad es que erais un buen equipo para Alberto.

DLF: Sin duda. No seríamos superclases, pero yo creo que éramos un equipazo. En la montaña estábamos Dani Navarro, Paolo Tiralongo, Jesús Hernández, Noval o yo mismo. Solventamos bien la papeleta del Tour 2010, que fue muy duro, recuerdo que hasta tuvimos pavé, etapas llanas con mucho viento y cortes… Ese 2010 no fue mi mejor año. Tenía un problema en la rodilla y llegué tocado al Tour, no estaba cómodo al 100 por 100. Yo venía de un equipo como la estructura de Saunier donde todo era cercano y había muy buen ambiente, muchas risas, complicidad. Astana era otro tipo de equipo, que funcionaba con unos objetivos claramente marcados, milimétricos, donde solo valía ganar, porque podías hacer segundo y parecía aquello “un funeral.” Para mí era difícil de asimilar la presión inhumana que sentía esa temporada, no acabé de sentirme cómodo.

Cobo y De la Fuente ascienden a La Farrapona en la Vuelta 2011 © Fujibike

HC: En 2011, volviste con Matxín y Cobo y ganáis la Vuelta a España con  el efímero Geox. Recuerdo también tu etapón en La Farrapona, donde te pararon.

DLF: Geox era volver a una familia, al buen ambiente. Disfrutamos de esa Vuelta cada día, sin la presión de tener que ganar. La victoria de Cobo en 2011 fue una fiesta que significó más para mí que el Tour de 2010 de Contador. Es verdad que en la etapa de La Farrapona (Somiedo) me veía con piernas para ganar y podría haber sido mi primera y única victoria en una Gran Vuelta, pero gracias a que me mandaron parar y trabajar para Juanjo Cobo, pudimos celebrar luego la victoria final en Madrid, uno de mis mejores momentos que he vivido como ciclista.

HC: Se da la casualidad de que al final no forman parte del palmarés ni el Tour de Francia 2010 con Contador ni la Vuelta a España 2011 con Cobo, ambos contigo en los equipos. Aunque imagino que la experiencia de formar parte de la victoria en una Gran Vuelta es algo que no se olvida.

DLF: Lo de Contador fue algo que ocurrió casi de seguido, porque pronto se conoció lo de su positivo aunque se decidiera meses después, pero lo de Cobo es algo surrealista, porque se le ha quitado la Vuelta después de muchos años. Intuyo que hay razones económicas detrás, porque Cobo no ha dado positivo con nada concreto, sino que dicen que es por anomalías en el pasaporte biológico, sin especificar. Contra la UCI es complicado lograr nada. Para mí, a Cobo le han desposeído de algo para que quien le debía dinero no le tenga que pagar, porque conviene que no aparezca como ganador. Cobo no ha dado positivo con nada. Le sancionan con fecha de 2009… y, sin explicar por qué, le quitan la Vuelta de dos años después… Además, piensa que Cobo corrió con Matxín en 2009, con Caisse de Epargne en 2010 y Geox en 2011, volviendo a la estructura Movistar en 2012 y 2013. Y pese a pasar por varios equipos, que le podrían mirar más sin problemas, no dio nunca positivo. Y además está ahí su trayectoria, porque Cobo no ganó la Vuelta de la nada: ya había ganado en País Vasco en 2007, en Hautacam en 2008. A veces le fallaba la cabeza, eso sí, los que le conocemos lo sabemos. Pero lo de Cobo es algo raro, poco común e incluso sombrío dentro del ciclismo, no hay quien lo entienda. No sé si influye que sea español, pero no entiendo por qué no se da credibilidad a la trayectoria de Cobo y sí a la de otros ciclistas que sí empezaron a ganar de repente sin grandes resultados previos. En cuanto a mi experiencia personal, por supuesto que, aunque que le desposeyeran del título es una faena, yo me quedo con todo lo vivido. Me siento afortunado como ciclista porque, además de haber logrado algunas victorias individuales, he vivido cómo se gana un Tour y cómo se gana una Vuelta. He tenido la suerte de subir a los Campos Elíseos. También en Madrid con la victoria por equipos.

HC: En el invierno de entre 2011 y 2012, te encuentras sin equipo por la desaparición repentina de Geox. ¿Te dejó eso en una mala situación?

DLF: Sin duda. Tenía contrato con Geox en 2012 y no podía fichar por otro equipo hasta que resolvieran las cosas. Fue un invierno duro, desmotivado y al final surgió la posibilidad de correr con Caja Rural en 2012, pero no empecé a andar hasta mitad de temporada. Me dijeron que esperaban más de mí, pero creo que no acabé mal el año: me metí en la fuga de Lagos que rematamos con Antonio Piedra y fui 2º de la montaña en la Vuelta. Allí, en la Vuelta, apalabré con Caja Rural la renovación, pero pasaron los meses y ni llegaba el contrato ni me cogían el teléfono. Finalmente me dejaron plantado pese a lo apalabrado y me encontré al final de 2012 otra vez sin equipo.

HC: Imagino que por eso corriste en 2013 y 2014 en Turquía y luego ya empezó tu periplo por equipos continentales portugueses desde 2015 hasta tu retirada en 2021.

DLF: Después del plantón de Caja Rural, estaba sin equipo. Fueron años en los que desaparecieron muchos equipos y era un embudo: no había sitio para todos. En España solo teníamos a Movistar y a Caja Rural en las dos primeras divisiones y esas dos puertas las tenía cerradas. A veces no hay prácticamente ofertas y no hay mucho que negociar. Además, puedes ser un buen corredor pero, por tu perfil, no interesar a los directores de los equipos. En cierto momento, me quedé tirado. Yo además no era un ciclista que tuviera representante, esperaba que me llamaran y eso no llegaba. Hoy en día estoy convencido de la necesidad de tener un representante, alguien que te mueva y te ayude a conseguir un sitio. Ya no hay ciclistas en equipos grandes sin un mánager, antes sí era habitual.

HC: ¿Con qué te quedas de estos últimos años?

DLF: Con el equipo turco, tuve la posibilidad de conocer sitios diferentes, correr en lugares que no conocía, como China, Argelia, Marruecos, Finlandia… Eran carreras que disfrutaba, pero finalmente decidí aceptar ofertas de Portugal porque el calendario del equipo turco era de pocos días de competición y muy lejos de casa todos. En Portugal disfruté de las pruebas al principio, pero después de varios años con un calendario tan cerrado y de un nivel bajo como el de Portugal, empecé a perder bastante la motivación de cara a la competición, aunque seguía disfrutando sobre todo cuando entrenaba.

HC: ¿Con quién recuerdas haber pasado más ratos en esto del ciclismo?

DLF: He entrenado mucho con Tino Zaballa durante años. Todavía Tino entrena mucho, es un “enfermo” de esto, le verás entrenando a cualquier hora. También se va a nadar, a correr… ¡Se sigue metiendo unas “triscas”! Aún hace todavía verdaderas barbaridades.

Juanjo Cobo y David de la Fuente en las filas del Torku turco © Vicecampoo.es

HC: ¿Había alguna época del calendario que te costase más como ciclista?

DLF: Mi punto fuerte era el mes de julio y después. Lo pasaba mal en los meses de primavera porque soy alérgico al polen y asmático. Por eso lo mío no podía ser el Giro de Italia, porque en esos meses no lograba rendir al máximo nunca. Cuando eres alérgico, tienes días malos en los que vas al 50 % de tu rendimiento habitual, no funcionas, vas reventado. Me hubiese encantado poder correr el Giro, pero lo fui dejando y luego ya se me fue la oportunidad, en los últimos años no estuve en equipos que lo corrieran.

HC: ¿Cómo es hacerse ciclista en Cantabria? ¿Por qué rutas solías o sueles entrenar?

DLF: Yo soy de Matamorosa, un pueblo a menos de un kilómetro de Reinosa. En cuanto al paisaje de la región, yo creo que lo tenemos todo en Cantabria. Pero los inviernos son muy duros. El clima en general es bastante malo casi todo el año. Al principio entrenaba muy cerca de casa. Aunque tenía a apenas 30 kilómetros coronar Fuente del Chivo y Alto Campoo, a 2.000 metros, la verdad es que no fui allí hasta mi segundo año como amateur, cuando ya cambia radicalmente la forma de entrenar. Desde entonces ya sí. Los puertos más típicos a los que suelo ir, además de Fuente del Chivo, es por ejemplo el Puerto de Palombera. Con el clima tan malo en casa para entrenar, sobre todo con el frío, lo habitual es que yo, más que de entrenar, era de los que cogía la forma corriendo todo, solía tener muchos días de competición cada año, me llevaban a correr porque con ese tiempo en casa tampoco iba a poder entrenar mucho. Así que iba cogiendo la forma y antes o después llegaban mis días buenos.

HC: Acostumbrado a ese clima, ¿tuviste también días tan duros en competición que recuerdes? ¿Cuál es el peor día que recuerdas sobre la bici?

DLF: Curiosamente, por el clima, no me olvido de un día que pasamos en la Vuelta a la Comunidad Valenciana en 2005, con lluvia y frío, no pude ni acabar. Pero de los días más duros que tuve en la bicicleta fue en Amorebieta en 2011 porque tuve una caída muy fea, me rompí cuatro costillas, la clavícula…

HC: Finalmente, colgaste la bicicleta en 2021 en el Louletano de Portugal. Después de más de un año sin competir en ciclismo, ¿se sigue sintiendo el gusanillo?

DLF: Después de 19 temporadas como profesional, te preguntas si podrías haber hecho una más y haber llegado a las 20, pero al final llega tu momento de parar y el mío llegó a finales de 2021. Tuve muchos buenos y malos momentos. No me arrepiento de haber parado. Llegó el momento de parar.

HC: Ya desde fuera, ¿cómo ves el ciclismo actual?

DLF: Las cosas han cambiado muchísimo. El ciclismo actual es muy vistoso, espectacular, eso está claro. Pero ahora ya no vale con ser ciclista, tienes que estar muy pendiente de tu imagen, de las redes sociales. Hay muchas más concentraciones y eso para mí es complicado, porque soy muy familiar, muy casero. No sé si me hubiera gustado tanto esta época, he disfrutado con la que me ha tocado vivir.

Escrito por A. M. Fuente / Entrevista por Jorge Matesanz

Foto de portada: Wikimedia Creative Commons CC BY-SA 3.0

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