Nacido en el cada vez más lejano 1996, Fernando Barceló incluye en su nombre una referencia a su origen, puesto que Aragón está presente en su segundo apellido. Original de Huesca, ha sonado desde hace años en los corrillos ciclistas como uno de los ciclistas con una mayor proyección en el profesionalismo. Todo se inició cuando formó parte de uno de los proyectos más importantes de los últimos años para la base del ciclismo español, que fue el Specialized de la Fundación Alberto Contador. Desde aquel momento, donde levantó muchas expectativas alrededor de su carrera, ha progresado a pasos agigantados hasta llegar al World Tour a través del Cofidis francés que también le acogió como stagiaire en el año 2017.
De vuelta a un equipo español en 2022, el siempre presente Caja Rural que también se ha hecho con los servicios de Mikel Nieve, tiene ante sí una temporada ilusionante con un amplio catálogo de objetivos por cumplir. Una estructura, además, que le ha recibido con los brazos abiertos: “me hace ilusión fichar por un equipo como el Caja Rural. Apuestan por mí claramente y eso es de agradecer”.
Fernando, en cambio, pasó a profesionales de la mano del equipo Euskadi-Murias. Luciendo su maillot se llevaría una de las etapas más duras del Tour de l’Avenir, con Tadej Pogacar en la pomada, lo que da idea de la dificultad de la gesta. También se hizo con el bronce en el Campeonato de Europa de Glasgow en categoría sub-23, siendo únicamente batido por hombres como Victor Lafay, con el que coincidiría después en Cofidis, y Marc Hirschi, una de las estrellas del ciclismo actual.
Siempre combativo, sería en su segundo año en el conjunto vasco cuando llegaría su debut en la Vuelta a España. El tercer puesto en la etapa que llegaba a Bilbao, con Gilbert y Aranburu por delante de él, supo a victoria luciendo además el maillot de casa. Sin embargo, y pese a esos buenos resultados, “creo que ya es hora de estrenarme en profesionales. Es uno de mis sueños como ciclista en estos momentos”.
Unos problemas médicos pusieron en riesgo su continuidad en el pelotón. Pero todo ellos parecen solventados: “tengo luz verde por parte de los médicos para desarrollar mi profesión, así que es agua pasada”. El cambio de equipo le hace volver a la categoría Continental, tras haber cosechado un buen papel en el Cofidis durante dos temporadas, conjunto con el que ya había sido stagiaire anteriormente. Valora el paso por la máxima categoría del ciclismo: “es algo que no todo el mundo consigue, teniendo la oportunidad de correr en un calendario espectacular”.
Barceló es uno de los nombres que surgen a la hora de completar ese nivel intermedio de ciclistas españoles en un momento de sequía de grandes talentos, más resonantes en Eslovenia, Colombia y otros lugares. Una presión que nuestro protagonista parece no haber sentido: “a decir verdad, nunca me ha afectado el hecho de que hablen más o menos sobre mis posibilidades como ciclista”, afirma convencido.
Sobre corredores de referencia, deja de lado posibles ídolos, pero sí señala a un corredor que le ha impresionado sobre todos los demás: “no he sido nunca muy de ídolos, la verdad. De pequeño me fijaba en lo que hacía mi hermano. Si tengo que elegir a alguien que me asombre, voy a ser poco original, pero me quedo con Alejandro Valverde”.
Escrito por Lucrecio Sánchez (@Lucre_Sanchez)
Foto: @ACampoPhoto