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Entrevista a Fernando Escartín: «la Vuelta me lo ha dado todo»

Fernando Escartín, nacido en Biescas (Huesca) el 24 de enero de 1968, fue un escalador bien recordado de la década de los noventa. Heredero, junto con Abraham Olano, de la losa que supuso la retirada de Induráin, protagonizó esos primeros años de transición hacia el ciclismo de Valverde y Contador, que ya disipó del todo la urgencia de sustituir al gigantón navarro al frente de un país que se había acostumbrado a ganar. A lomos de su maillot a franjas blancas y verdes del Kelme y con el apoyo de una afición que le respaldó en todo momento, Escartín cumplió un sueño al subir al podio final del Tour de Francia en 1999, el primero de los reinados de Armstrong.

Al cohabitar su carrera con grandes y suculentos nombres de la historia del ciclismo como Pantani, Chava, Olano, Heras, Armstrong, Zulle y tantos y tantos otros, sus anécdotas siempre giran en torno a aventuras vividas junto a estos grandes campeones. En la Vuelta a España comenzó su ascenso a la fama, siendo la punta de lanza en una carrera que siempre le fue esquiva en lo que a la victoria se refiere. Segundo en dos ocasiones, perdió sus opciones de luchar por la victoria por una u otra razón. Ahora, como director técnico (cargo en el que cumple diez años en este 2023) de la Vuelta a España, vive otro rol totalmente distinto dentro del mundillo. Pero dentro del mismo.

Pregunta: ¿Qué tal está Fernando Escartín después de más de 20 años retirado del ciclismo profesional?

Fernando Escartín: «Afortunadamente muy bien. Ahí seguimos vinculados al mundo del ciclismo. Salgo en bici una vez por semana máximo, pero ahora a disfrutar, paramos a almorzar con los amigos y vamos tranquilos. Disfrutamos de este maravilloso deporte todo lo que se puede»

P: Dice la leyenda que en tu época de corredor te cuidabas en exceso, desde el 1 de enero al 31 de diciembre. ¿Es cierto?

FE: «Sí, a veces la diferencia entre ir bien o regular está en eso, en cuidarse. Si queríamos llegar a lo más alto había que intentar aprovechar todas las armas a tu alcance. Cuidarnos es básico. Ahora mismo los corredores lo hacen muchísimo»

P: ¿Te quedaste saciado del todo del ciclismo profesional o tienes gusanillo como otros que lo han dejado?

FE: «Se me ha pasado después de tanto tiempo. Eso sí, recuerdo que el primer año fue complicado. Tú estás acostumbrado a tener todo el año un calendario, una serie de entrenamientos, una rutina llevada durante doce años. Y llega el 1 de enero y qué haces. Y el 2. Y el 3… Al principio es difícil quitarse el dorsal. Tienes que adaptarte a la vida nueva. Pero en la bici se pasa tan mal con el frío, el calor, el ritmo… que con el tiempo no lo echas de menos. Yo no lo echo de menos prácticamente nada»

P: Te retiraste del ciclismo con 33 años.

FE: «Sí, llevaba 13 años como profesional. Y ya cuando vi que empezaba a bajar el nivel preferí dejarlo»

P: Debutaste con 20 años y ahora, sin embargo, hay ciclista que con 17 ya están ahí aspirando a entrar en los mejores equipos.

FE: «Sí, es algo que me llama la atención. Pogačar, Vingegaard, Ayuso, etc son ciclistas que han llegado a la cima con una edad muy temprana y están andando exageradamente bien. Ha evolucionado mucho el entrenamiento. Recuerdo que antes los cadetes y juveniles no hacíamos un entrenamiento específico tanto como ahora. En estos días se lleva una progresión y cuidado en los entrenamientos excesivo, yo creo»

P: Debutas en CLAS-Cajastur, año 1990.

FE: «Sí, en 1990, a mitad de temporada y en la Vuelta Aragón»

P: Equipo que del 93 al 95 es el Mapei, con Rominger, Olano y una lista de estrellas impresionante. Aquella relación, en cambio, terminó regular, ¿no? ¿Cómo viviste toda aquella época?

FE: «No guardo un mal recuerdo de aquella etapa, sobre todo de la de CLAS, sobre todo por la relación con los compañeros: Mauleón, Etxabe, Unzaga, Gastón… un grupo de corredores importante que nos llevó a hacer cosas importantes siendo una piña. Después teníamos un líder como Rominger, al que yo apreciaba y aprecio muchísimo, lo recuerdo con gran cariño. Firmé por Kelme porque tenía una oferta económica mejor y tenía la oportunidad de liderar un equipo. En CLAS estaba un poco atado porque tenían un equipo más fuerte y muchos más líderes. En definitiva, la relación fue al principio muy bien y al final ese recuerdo un tanto amargo. Son circunstancias en las que se ve cualquier deportista»

P: Hablando de Olano, has compartido carretera con grandes nombres del ciclismo español: Heras, Jiménez, el propio Abraham, etc. ¿Te sentiste un tanto desplazado o poco reconocido por esa gran competencia que había entonces en el ciclismo español? También es gratificante haber compartido batallas con tantos, ¿no?

FE: «Yo lo recuerdo como muy agradable. Con Tony aprendí muchísimo, pero con Abraham también. Tener compañeros de equipo tan fuertes te hace crecer, superarte a ti mismo e intentar mejorar a nivel personal de cara a las carreras. Cuando llegó la oportunidad de liderar un equipo, es lo que más me permitió cambiar y mejorar»

P: En Kelme había cierta crítica hacia ti, sobre todo al principio, por ser un supuesto escalador conservador. Después cambiaste la forma de correr y todo se volvió alabanzas hacia ti. ¿Cómo viviste aquello?

FE: «Tiene que ver más con subir un escalón y andar más. Muchas veces era consciente de esas críticas, pero cuando vas al límite no tienes esa opción de atacar o ser más valiente. Cuando gané mi primera carrera en Náquera te cambia el chip, te vuelves más atacador. En mi caso tuvo que ver el ser más resistente y mejor con ese cambio a ser más atacante»

Escartín junto a sus compañeros de Kelme en la Vuelta a España del 2000 © Sirotti

P: ¿Te ves reflejado en eso en Enric Mas?

FE: «Sí, puede ser un caso similar al mío. Enric tiene mucho potencial, pero se lo tiene que creer él. Ya lo vimos en la recta final de la Vuelta y temporada 2022, donde ha atacado bastante y se ve que puede. Pero sí, puede existir esa similitud»

P: Viviste una época (entre los 90 y los 2000) en la que se vive un cambio dentro del ciclismo, como la velocidad dentro de las carreras, los entrenamientos, etc. ¿Demasiado cambio?

FE: «Sí, fue un poco así. Pero más ahora. Entró el pulsómetro y ahora miden los vatios. La evolución a nivel de entrenamiento vivió un escalón grande en esa época. Pero ahora también. Ahora las bicicletas son muy aerodinámicas y se ponen rápidamente a 70 km/h. Lo vemos constantemente en la Vuelta. La ropa también ha evolucionado mucho. En su día el cambio fue muy grande, pero hay que reconocer que ahora el cambio no para de evolucionar y de existir»

P: Hablando de cambios, viviste aquel año 1996, el último de Induráin. En su última vuelta te enganchó el viento y te dejó sin opciones.

FE: «Es que era muy malo en contrarreloj y con el viento (risas). Además fue curioso porque cuando el Kelme se cortó en aquella etapa no hacía ni viento. Y ya nos quedamos allí. Fue una situación complicada, sí. Ahora es muy diferente. Lo veo como organizador, que buscas hacer etapas para que afecte el viento, pero ves que los equipos van todos juntos, concentrados y ahora ya es hasta difícil ver abanicos»

P: ¿Pesó mucho sobre vosotros la retirada de Miguel Induráin?

FE: «No, porque son circunstancias de la vida. Yo he vivido el respeto y jerarquía que Miguel ejercía en el Tour y el respeto que le tenían sus rivales. Lógicamente viene la bajada de rendimiento y es normal que se tomen ciertas decisiones. Obviamente te da pena»

P: El Tour de 1998 tuvo tres momentos clave para Fernando Escartín: el día del Galibier, donde Escartín es quien inicia las hostilidades que después aprovecha Marco Pantani para destronar a Ullrich; la arrancada del alemán en La Madeleine que estás a punto de aguantar y no pudiste, viendo cómo se te alejaba el podio en ese momento; y el abandono de los equipos españoles.

FE: «La de Deux Alpes fue una etapa durísima y en la que más frío he pasado en mi vida. Cuando salimos teníamos 30º y cuando llegamos al Galibier con aguanieve, frío y manga corta, te quedas helado. Probé de lejos y fue efectivamente cuando Pantani eligió jugarse el Tour. Llegué con él al último puerto, pero allí ya no pude con él. Fue una etapa durísima, también la siguiente. Cuando arranca Ullrich intenté aguantar con todas mis fuerzas. Estaba dolido por la etapa anterior y arrancó desde abajo de La Madeleine. Intenté seguirles, pero no pude. Sabía que de poder, era mi billete al podio. Sobre la retirada de los equipos españoles, fue una decisión conjunta y no me arrepiento de lo que se hizo, como creo que no lo hace ninguno de los que lo hicimos. Se pedía más respeto para el ciclista, no hubo unión como nunca ha habido en el mundo del ciclismo. Si volviera a pasar, haría exactamente lo mismo»

P: Ese año fue el caso Festina, y en 1999 empieza la era Armstrong, que a ti en cierto modo te afecta porque fuiste tercero en el Tour y nunca reclamaste que se te concediera avanzar en la general a posteriori. ¿Cómo ves tú todo eso?

FE: «Yo soy consciente del momento vivido sobre la carretera, donde soy tercero y decido quedarme con el tercer puesto. Después lo que haya sucedido a posteriori son circunstancias ajenas a la carrera. Hay que vivir los momentos que tuve, como Piau Engaly o subir al podio. Con eso me quedo»

P: Piau Engaly fue tu mejor momento. ¿Estaba todo medido y planificado?

FE: «Sí, habíamos hablado con Álvaro Pino para filtrar compañeros e intentar buscar la carrera de lejos. No era un ciclista que hiciese daño en el último puerto porque me faltaba esa explosividad, pero atacando de lejos teníamos opción de hacer daño. Salió la jugada bien y disfruté de la victoria»

P: ¿Fue más importante el día del Aubisque para ti?

FE: «Sí, tenía a Casero y Dufaux muy cerca. Era terreno en el que entrenaba, lo conocía muy bien y debía alejar a estos dos corredores que en la contrarreloj final me podían adelantar. Afortunadamente salió bien y efectivamente la intención fue esa, sacarles más distancia»

P: Cuando acaba ese Tour, ¿en qué piensas?

FE: «La primera sensación es estar en una nube. De estar en el podio de la mejor carrera del mundo. Después cuando lo asimilas te piensas que puedes ganar una Vuelta a España o lograr alguna victoria más prestigiosa. Te crea una seguridad que no tenía hasta entonces y miras al futuro con un poco más de optimismo, buscando objetivos más ambiciosos»

P: En tu último Tour y última etapa de montaña te fugas con Pantani y Hervé camino de Morzine.

FE: «Así fue. Me marcó un poco la caída de la Vuelta en la Cobertoria, me costaba recuperar igual que entonces. Pero bueno, hay que quedarse con los momentos buenos del Tour, sin duda»

P: ¿Fue la Vuelta de 1998 una ocasión perdida para ganar la carrera?

FE: «Sí, fue la Vuelta que más cerca estuve de ganar. Se dieron dos circunstancias un tanto especiales. Si recordamos, del recorrido original al que después se disputó hubo una serie de cambios. No se celebró aquella etapa parecida a la Quebrantahuesos con los puertos franceses, ni se subió Cerler al completo, etc. Esos cambios hicieron que a Olano no le pudiese tomar más ventaja en la montaña. Me sacó un minuto que creo que podía haber conseguido en esas etapas y así haberle podido ganar la Vuelta»

P: ¿Por qué no corriste más el Giro, que supuestamente se te podía adaptar mejor?

FE: «Fue por cuestión de calendario. Obviamente, estando en Kelme, la Vuelta a España era un objetivo. Lo mismo con el Tour. Si hacía el Giro tenía el hándicap de la preparación para las otras dos. Muchos corredores que van al Giro acusan el esfuerzo en el Tour. Es la grande más dura por recorridos y quizá se adapte mejor hacer Giro y Vuelta»

P: Tu caída en la Cobertoria truncó el mejor año de tu trayectoria. ¿Qué recuerdas? ¿Lo sientes como una ocasión perdida? Porque aquel año por fin tenías etapas de montaña de entidad en la Vuelta, que era lo que siempre reclamabas.

FE: «El recuerdo es infausto. Dolor. Cuando me pego el golpe con el pretil en las costillas fue una agonía muy grande. No pude respirar durante un minuto. Fue duro y difícil. No sabemos lo que podía haber pasado, pero estaba muy fuerte. Ullrich estaba muy fuerte ese año también, pero seguro que hubiésemos podido plantear batalla»

P: ¿Se ve el Fernando Escartín ciclista reflejado en algún corredor actual?

FE: «Más por que me lo hayan dicho, pero dicen que me parezco a Bauke Mollema por la forma de ir retorcido sobre la bici (risas), desgarbados… un poco sí nos parecemos. Ha evolucionado mucho todo. Antes estaban los corredores que le daban a la crono, que eran más potentes, y después estábamos los delgaditos que íbamos bien en montaña nada más. Ahora van bien en todos los terrenos»

P: ¿En qué peso estabas?

FE: «Medía 1,75 y estaba en los 59-60 kilos en forma. Quién los pillara»

P: Para ti en un Tour de Francia lo más complicado era la primera semana. ¿Cómo las vivías? ¿Qué influencia ejercía sobre ti?

FE: «Afectaba mucho porque el desgaste era inmenso. Carreteras estrechas, tensión… había un gasto grande. Pero bueno, se iba pasando. Mi problema siempre fue la contrarreloj, que entonces eran muy grandes y se me iba un mundo de cara a la clasificación general»

P: ¿Crees que con los recorridos de hoy hubieses tenido más chance de ganar alguna grande?

FE: «Creo que sí, porque al haber menos contrarreloj y más montaña, desde luego que me iría bien»

P: Sobre tu labor en la organización de la Vuelta, debes sentir alivio una vez se presenta un recorrido.

FE: «Sí, alivia y relaja cuando terminamos. Una vez terminamos la Vuelta del año anterior, empezamos la siguiente, sobre todo a mirar el recorrido y que podamos pasar por las carreteras que tenemos pensadas. Aunque después siempre puede haber algún pequeño cambio. Este año, aunque no es del gusto de todos, como es lógico, a nosotros la Vuelta nos gusta mucho»

El podio al completo del Tour en imagen, con Escartín entre Zulle y Armstrong © Sirotti

P: ¿Por qué este recorrido? ¿Qué buscáis?

FE: «Hemos intentado buscar un recorrido más duro que el del año anterior, con más montaña y un poquito más espectacular. Aprovechando que teníamos la oportunidad de llegar al Tourmalet por la etapa que no se celebró en 2020, queríamos hacer una etapa dura de vuelta a España en Pirineos. Hacemos la Vuelta un poco, digamos, por ciclos, con unos días de etapas de montaña y otros más de etapas más tranquilas. En principio hemos buscado eso, hacer una Vuelta espectacular y atractiva»

P: ¿Por qué se busca de forma habitual un final de etapa reina en Francia con todo lo que tenemos en España? Se pueden encontrar esos recorridos en España y diseñar etapas similares.

FE: «Sí, puede ser, no te digo que no. Pero yo creo que tenemos que tener en cuenta que la Vuelta es un evento internacional y cada vez más grande. El llegar al Tourmalet, salir de Holanda, etc hace que el evento crezca. Se ve que no sólo lo hacen Tour y Giro pasando o saliendo del extranjero, sino que lo hacemos las tres grandes y eso es importante. Tiene todo el sentido que los aficionados quieran que todo el recorrido de la Vuelta se haga en España, pero nosotros creemos que el evento tiene que crecer»

P: ¿Notas mucho crecimiento en la carrera desde que llegaste?

FE: «Sí, se nota y bastante. Se nota in situ en las salidas y llegadas y se nota en las audiencias de televisión. El evento ha crecido mucho a nivel nacional e internacional, muchas ciudades nos solicitan etapas»

P: Volviendo a la internacionalización de la carrera, que es un objetivo legítimo y lógico, ¿por qué parece que está regañado con la inclusión de los grandes puertos de paso en España y con conformar etapas de montaña en suelo español de la entidad de las francesas o las andorranas? Pradell, La Cabrera, La Contraviesa… ¿cuál es el problema?

FE: «Nosotros todos los años incorporamos nuevas llegadas inéditas. Tanto Kiko (García) como yo leemos lo que nos escriben todos los aficionados en redes sociales e intentamos atender a esas opiniones y sugerencias. Muchas de las cosas que después hacemos las tomamos de esas sugerencias que nos llegan. Hay que tener en cuenta que la Vuelta es un evento grande y no nos vale cualquier sitio para montar una meta, necesitamos que televisión pueda subir y trabajar. Simplemente eso nos condiciona. Hemos ido a ver muchos sitios que hemos tenido que descartar. Todos los sitios que has mencionado están en agenda y habrá que ver un poco por dónde va el recorrido, que muchas veces tiende más al norte o al sur. Este año no cabía Andalucía, por ejemplo. O Galicia. El metro a veces no da para tanto, que también intentamos que existan los menos traslados posibles para los ciclistas»

P: Otro tema es el de los kilometrajes y la ausencia de etapas largas. ¿Por qué es? ¿Presiones mediáticas, tipo de ciclista? ¿Qué influye en este sentido?

FE: «El ciclismo va evolucionando. Si recordamos el ciclismo de cuando llevaban los tubulares al cuello, las etapas eran de 300 y 400 kilómetros. Es difícil. Yo comprendo al aficionado al que le gusta estar delante de la tele cinco o seis horas viendo una etapa. Pero ahora el espectador ha cambiado y le gusta más vivir el momento. Personas que aguanten viendo una etapa durante más de dos horas, o eres muy aficionado o no lo haces. Pensamos que haciendo etapas más cortas también dejas más tiempo al corredor para recuperar. También que se disputen de salida a meta a tope. Hemos visto que cuando metemos etapas largas, esa primera parte la tiran a la basura»

P: También podemos hablar de los kilómetros contrarreloj, que no dejan de bajar.

FE: «Sí, es cierto que buscamos más la igualdad y la emoción de la carrera de cara al final. Si echamos la vista atrás, el tiempo que le sacó Evenepoel a Mas en la crono fue la diferencia con la que llegaron a Madrid entre ellos. Es verdad que se perjudica a los contrarrelojistas puros, pero es justo reconocer que las diferencias no se hacen es en la montaña. Porque o te sale un corredor muy valiente que ataca siempre que puede como Remco o no hay apenas diferencias, por muy duro que sea el puerto»

P: ¿Angliru y Tourmalet ha sido una respuesta de Unipublic a la novedad de la ubicación del Mundial?

FE: «No lo sé. Intentamos buscar que la Vuelta sea todo lo mediático que se pueda. Yo he sido corredor y no creo honestamente que la ubicación del Mundial vaya a variar los calendarios. Porque corredores que disputen el Mundial de forma seria habrá cuatro o cinco ciclistas. La Vuelta está perfectamente colocada en el calendario porque nos va a venir gente del Giro, que siendo antes que el Tour, complicado combinar ambos. Este año es duro y ese doblete será complicado. Los corredores del Tour que no rinden o por desgracia se caen acaban viniendo»

P: ¿Qué esperáis de la penúltima etapa (Guadarrama)?

FE: «Ha sido una apuesta pensando en lo que hicimos en la etapa de Mos en 2021. Los puertos no son tan duros ni tan largos, pero sí que hemos intentado hacer una etapa sinuosa, complicada y esta vez sí, larga, que supera los 200 kilómetros. Quien vaya un poco justo en el paso por El Escorial, lo va a pasar realmente mal. Una etapa durísima y que nos gusta mucho»

P: En cuanto a los Pirineos, ¿cómo surgió la etapa navarra con Larrau como estrella? Es una etapa que se sale bastante del modelo Vuelta.

FE: «Nos teníamos que meter a Pamplona a terminar la etapa, por lo que lo más cercano para terminar pasando Larrau era sin duda Belagua. Teníamos la oportunidad de enlazar esta etapa con la del Tourmalet y esa zona la conocía bastante bien de entrenamientos. Esa zona tiene unos puertos durísimos. Issarbe es duro y muy bonito. Larrau es el puerto más duro de los Pirineos. Si hay batalla en él, la carrera llegará rota en mil pedazos. Ya lo hemos visto en el Tour cuando lo ha pasado»

P: ¿Qué buscáis con esa vuelta de tuerca a la etapa del Tourmalet? ¿No hubiese sido una buena alternativa alargar la salida para subir Portalet entero?

FE: «Lo valoramos. La etapa anterior tenemos un traslado desde Zaragoza y si hiciésemos ese recorrido nos íbamos a 160 kilómetros con el añadido del día siguiente. Y lo veíamos excesivo. Es una etapa para ver de salida por televisión y que disfruten los aficionados»

Escartín resiste en la subida a Hautacam junto al grupo de los mejores © Sirotti

P: ¿Hay alguna etapa, además de la de Guadarrama, con la que te quedes?

FE: «Me ilusionan todas, empezando por la del Tourmalet y Larrau, que son durísimas. También la de Cruz de Linares, que es un puerto desconocido y muy duro, o la del Angliru. Estas cinco etapas son las que yo creo que marcan la diferencia en esta Vuelta»

P: ¿Por qué la etapa de Bejes es unipuerto y esquiva los ‘collados’ (Hoz, Ozalba, Carmona)?

FE: «Porque buscamos un poco la compensación y tener tres etapas de montaña duras se nos iba un poco de dureza. Buscamos un final en alto que quede para los cuatro últimos kilómetros, que tampoco será un desgaste enorme por ser una etapa corta. Si al día siguiente tienes el Angliru, después Linares… nos parecía ya bastante duro de por sí»

P: ¿Se planteó en algún momento subir hasta el Salto de la Cabra en esa etapa?

FE: «Se descartó. Nos lo enseñaron, pero no podíamos llegar. Es una carretera muy estrechita y que arriba no tiene nada de espacio, no podría subir ni la televisión. Y si no suben, imposible hacer la etapa. No te digo que no como paso. Asfaltarlo siendo Picos de Europa, no sé si dejarían. Pero tiene paso hacia Asturias, hacia la zona de Cabrales. Ese paso nos valdría, aunque ahora mismo es una pista de tierra»

P: ¿Y eso sería no sería planteable?

FE: «No te digo que no, pero de momento nosotros descartamos de momento la tierra. Ya la tuvimos en Andorra el año aquel que nos cayó un diluvio, pero de momento, no. No digo que en un momento dado no pudiéramos poner algún tramo»

P: El mismo caso que Sahún, en Huesca.

FE: «Es algo que le llevo diciendo a la Diputación cuatro o cinco años. Es un puerto durísimo, que pasa de los 2000 metros de altitud y que sería un escalonado perfecto para subir después Cerler. Es un puerto sensacional para nosotros si lo asfaltaran»

P: Hay mucho que descubrir en esa zona de Aragón.

FE: «Sí, hay mucho que ver. Por desgracia, los más duros y que más nos gustan son de tierra. Esperemos que con el tiempo surja alguna de esas opciones»

P: ¿Por qué las etapas de domingo en la Vuelta de 2023 son tan sosas esta vez?

FE: «Ha sido por la situación del recorrido. Siempre se busca que las etapas importantes y decisivas coincidan en fin de semana y así coinciden Larrau y Guadarrama en sábado. Es cierto que este año ha coincidido así lo de los domingos, pero no quita para que no haya audiencia»

P: ¿Qué pasó con San Miguel de Aralar en la etapa de Lekunberri?

FE: «Ha sido por restar dureza. Todos conocemos esa subida y es muy dura. Si venimos de las etapas de Tourmalet y Larrau, se nos va de dureza»

P: Volviendo a Cantabria, ¿no queda raro que el paso por la Comunidad se resuelva con una etapa sola etapa y unipuerto con todo lo que hay allí?

FE: «No podemos hacer tantas etapas duras. La dirección tiene compromisos con instituciones para ir a según qué sitios a promocionarlos y a veces te encuentras las manos atadas, no puedes hacer siempre lo que te gustaría. Hay que ser conscientes de que los gobiernos quieren enseñar alguna cosa más que otra en los 190 países que se emite la Vuelta y en materia de turismo les va mucho dinero y es importante»

P: ¿Hasta qué punto os condicionan las instituciones los pasos a otras Comunidades o provincias?

FE: «A nosotros nos importa sobre todo el tema deportivo. Hablamos lógicamente con las instituciones y nos coordinamos. Cuando lo hacemos, procuramos ver esos ciclos de etapas de llano como de montaña. En el momento que atacas el norte, tienes montaña por todos lados. A cada municipio le gustaría hacer su etapa reina en él y obviamente no es posible, porque sino los ciclistas después nos cuelgan. Intentamos llegar lo más céntrico posible en los sprints, por ejemplo, pero dependemos, claro, del espacio para ubicar la meta y toda la infraestructura»

P: ¿Hasta qué punto los recorridos son Fernando Escartín?

FE: «Trabajamos en conjunto. Nuestro director negocia con instituciones y después entre Kiko García, él y yo diseñamos los recorridos. No es mérito de uno ni demérito de otro. Es en conjunto de los tres»

P: ¿Hay alguna etapa que te gustaría hacer y no se puede por falta de financiación?

FE: «En general, no. Hay casos como Sahún que no están adaptados para el paso de la Vuelta, por la seguridad de los corredores, etc. No hay problemas con instituciones. De hecho, nos quieren prácticamente todas las regiones de España»

P: ¿Esa salida de Barcelona os llevará a hacer más etapas en la provincia más orientadas a la montaña, como Turó l’Homme, Pradell, etc?

FE: «Ojalá sea así, ahí el que manda es Javier. Pradell es un puerto durísimo que está en agenda, en cuanto nos acerquemos a esa zona lo metemos seguro. Ojalá que la Vuelta vuelva más a Catalunya y pueda subir ese tipo de puerto, que ahí hay muchos en esa zona»

P: ¿Tiene base la sensación de que evitáis algunas montañas cuando diseñáis etapas? ¿Se irán metiendo esos puertos que todavía siguen inéditos?

FE: «La intención es meterlos, lógicamente. Como he dicho antes, la Vuelta innova en cada edición y sube puertos nuevos y diferentes en cada edición. Almería tiene puertos durísimos, Granada también. Cuando vuelva la Vuelta ahí los meteremos. Después miraremos a nivel interno qué tipo de ciclo es, si más de etapas llanas, de montaña, etc. Lo valoramos todo»

P: ¿Cómo va el tema de Canarias?

FE: «Está hablando dirección general con Canarias, pero no sé cuándo se hará. Sé que existe ese interés por que vayamos, pero no puedo decir más sobre eso»

P: Puerto arriba, puerto abajo como corredor y ahora como organizador, ¿cuáles son tus favoritos?

FE: «Puerto como tal me gustaban mucho los Lagos de Covadonga, sobre todo como corredor. Como organizador, me vuelvo a quedar con los Lagos, también con el Angliru…»

P: ¿Está siendo una labor grata esta de diseñar la Vuelta?

FE: «Sí, se aceptan las críticas. Pero eso es normal, no hay que enfadarse por las críticas. Intento extrapolar mi ex profesión, que era ser ciclista, a este trabajo. Si que me duele más que por alguna circunstancia que se podía haber evitado y te salpica de cerca pueda haber caídas y que alguien se haga daño. El que me critiquen, no me importa»

P: ¿Tenéis alguna montaña por descubrir en los próximos años?

FE: «Sí, tenemos varias. Tenemos Málaga, Granada, los Ancares… hay bastante por descubrir. La zona de Gerona y Barcelona con Pradell… Hay mucho por estrenar todavía y seguro que el año que viene tenemos más puertos nuevos»

P: ¿Cómo veis la inclusión de cronoescaladas?

FE: «Lo que pasa es que tendríamos que hacer otra crono llana. Si pones mucha montaña y encima una cronoescalada, ya no te viene ningún contrarrelojista. Sí, lo hemos hablado bastantes veces y algún año no te digo que no se haga»

P: La Vuelta te ha dado mucho tanto en lo profesional como en lo personal.

FE: «Sí, yo agradezco mucho a la Vuelta. Mi carrera deportiva y a nivel personal me lo ha dado todo. Una vez que lo deje, seguro que lo echaré de menos, le tengo un especial cariño y estoy muy agradecido»

Entrevista por Sergio Yustos y Jorge Matesanz

Foto de portada: Reuters

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