Rematamos esta extensa y animada entrevista con Javier Mínguez recopilando algunas anécdotas de su extensa relación con el ciclismo, así como algunas pinceladas sobre su visión del ciclismo actual. Completamos así una charla en la que ya repasamos en una primera parte su época como director deportivo, y, a continuación, en la parte 2, el lustro en que ocupó el cargo de seleccionador nacional.
High Cycling (HC): ¿Cómo llegaste al ciclismo, Javier?
Javier Mínguez (JM): Llegué al ciclismo porque no era bueno en el fútbol. Probé en la escuela de fútbol de Valladolid y de ahí salió gente de mi edad como Cardeñosa, que fue internacional, pero yo veía que tenía fuerza física y resistencia, pero no era bueno en la técnica. Les ganaba corriendo a pie y en bicicleta. Junto a otro vecino mío que también llegó a profesional, Tomás Nistal, nos sacamos la licencia como juveniles en 1964. Tuvimos la suerte de que en Valladolid apareció Moncho Moliner y allí estuvimos, primero en el Club Valladolid Ciclista y luego me llevó al equipo profesional. Ya entonces los que me conocían no me llamaban Mínguez, sino Monglorio, el nombre de mi padre. Corrí con el equipo Monteverde la Vuelta al País Vasco, que ganó Ocaña; ese año también ganó el Tour con Bic. Justo en 1973, en una carrera en Segovia que no iba a correr, fui con la idea de ir hasta allí entrenando en bicicleta y luego volverme con mis compañeros. Cuando llegué allí, los jefes del equipo me pidieron que cogiera el coche durante la prueba, un SEAT 1500 ranchera que no sabía ni cómo iban las marchas. Uno del equipo hizo 2º y los jefes quedaron encantados, porque nunca hacíamos buenos resultados en ningún lado. Al cabo del tiempo, vi que había ciclistas mejores que yo y que no ganaban dinero, estaban tiesos como la mojama. ¡Una ruina! Me dije: “Me voy de aquí corriendo.” Lo dejé y decidí montar un negocio de ortopedia, porque mi hermana era fisioterapeuta y mi cuñado traumatólogo. No había acabado 1973 y, de repente, un día me llamaron de la tienda de Muebles Novostil, de José Luis Blanco, y allí mismo me dijeron que querían que fuera director deportivo del equipo aficionado, con algunos ciclistas con los que yo había estado corriendo.
HC: En esos años, ¿eras más de Luis Ocaña o de José Manuel Fuente?
JM: Ocaña era más ganador… pero yo era íntimo de Fuente. Tengo muchas noches perdidas de sueño con él. Muchas anécdotas. Fuente hizo la mili en Valladolid. Coincidí con él como amateur, en equipos rivales. En una carrera en La Bañeza, a mí me tocaba vigilar al Tarangu. De repente, meten cuneta y nos salimos los dos por la gravilla fuera de la carretera, a las tierras. Cuando volví a coger la bicicleta para salir, el Tarangu me dijo: “Cagoentumadre, ho. Todo el día vigilándome y ahora me vas a dejar aquí solo.” Y nos retiramos los dos juntos ese día. Tarangu era un fuera de serie. ¡Las que hacía en el Giro de Italia! Estando él de ciclista y yo ya de director, quedamos en Madrid para ir desde allí a la feria de bicicletas de Milán. Salimos por Madrid y llegamos al hotel Cuzco ya a las 8 de la mañana, y casi directos, cogimos el avión a Milán. Allí coincidimos con Eddy Merckx, que ya era fabricante de bicicletas. Tarangu quedó para que cenáramos con Merckx y su mujer por la noche. Toda la conversación en italiano. Desde entonces, también soy muy amigo de Eddy; la única pega es que él es del Barça y yo del Madrid. Somos los dos muy futboleros. También coincidimos en un cumpleaños del ciclista Rafa Carrasco, del Kelme, amigo común, y justo vimos el Clásico juntos. Cuando hay un Madrid-Barça la primera llamada o mensaje que tengo siempre es de Eddy Merckx.
HC: ¿En qué se diferencia el ciclismo español de tus primeros años con el ciclismo actual?
JM: España siempre ha sido en deporte un país de “genios espontáneos.” Siempre hemos tenido gente importante. En fútbol ya tuvimos un balón de oro, Luis Suárez. En ciclismo, tuvimos primero a Bahamontes, luego a Ocaña, después a Delgado, más tarde a Indurain… Y otras generaciones que hemos tenido buenas después. Ahora quizá tenemos un lapsus. Las circunstancias son así, pero mañana te puede nacer un genio, alguien capaz de ganar y que revolucione al país. En ciclismo, cada año tenemos a cuatro o cinco grandes estrellas, pero al final solo uno gana el Tour de Francia. Por ejemplo, en 2022, todo el mundo decía que Pogačar ganaría de nuevo, menos yo, que me aposté y gané varias cenas, por ejemplo, a Purito Rodríguez, porque yo intuía que este año iba a ganar Vingegaard. Uno ve factores que afectan, aunque siempre es complicado acertar, es una quiniela. Pogačar es posiblemente el mejor de su generación, pero eso no le ha garantizado que haya podido ganar tres Tours seguidos. En España siempre hemos tenido buenos ciclistas, pero genios solo unos cuantos, porque es difícil ganar. Lo de Indurain fue espectacular.

HC: ¿Y crees que ha cambiado mucho el ciclismo en general desde entonces?
JM: El ciclismo sigue siendo lo mismo: dar pedales. Ahora hay mucha más competencia e igualdad. Todos tienen buena bicicleta y buena alimentación. Pero sigue habiendo ciclistas con 8 cilindros en lugar de 4, como Indurain en su día. Muchas veces te venden que un ciclista es mejor que el resto, pero lo que mide los vatios de cada uno es la carrera. Muchos que decían que iban a triunfar desaparecieron del mapa. Ni siquiera los que estaban con Indurain pensaban que llegaría a lograr lo que logró. En competición hay tres factores importantes que todo ciclista debe tener: cabeza, tronco y extremidades. Hay ciclistas que son un diez físicamente, pero no mentalmente. Con la cabeza de Indurain no ha habido ningún ciclista. Sin olvidar que todos los ciclistas son humanos. En 1994 y 1995, con la fusión de Banesto y Seguros Amaya, fui segundo director de Indurain en el Tour de Francia, con Eusebio Unzúe. Recuerdo que tras la crono de Bergerac de 1994, con 40º de calor, que ganó con más de dos minutos a Rominger, Indurain llegó al hotel, un hotel horrible, y para llegar a la habitación Miguel casi no era capaz de subir por la escalera de caracol, necesitaba apoyarse con las dos manos. Ese día entendí que Indurain era humano, no una locomotora. Le dolían las piernas como a los demás. A todos los campeones alguna vez se les fundieron los plomos, como a Eddy Merckx, que tuvo una pájara y Ocaña le metió 20 minutos. El espectador desde fuera no puede apreciar las cosas que vemos desde dentro del ciclismo. Después de Indurain tuvimos también una generación de oro en España, espectacular. Nos hemos acostumbrado a comer caviar muchos años. Mira a los franceses o a los belgas: ¡dime el último ganador del Tour de Francia que han tenido! También, mira Eslovenia, la suerte que han tenido con solo dos o tres ciclistas buenísimos.
HC: ¿Y cómo ves a Enric Mas?
JM: Enric Mas es un corredor que tiene la cabeza bien amueblada y sabe sacar provecho a sus posibilidades. Es listo y sabe estar ahí. Él mismo ya sabe que no tiene la “cilindrada” que tienen los grandes. Pero Enric Mas es un señor corredor que sabe estar en el podio de las grandes carreras.
HC: También hay otros ciclistas españoles destacados, como Álex Aranburu o Iván García Cortina. ¿Qué crees que les puede faltar para dar un salto de calidad?
JM: Yo no creo que les falte nada. Los dos son muy buenos. Simplemente, a día de hoy hay ciclistas mejores en otros países, como en Dinamarca o Bélgica. Allí hay ahora algunos ciclistas con un motor y poderío a los que es muy difícil ganar. Por eso Aranburu o Cortina lo tienen tan complicado. Quizá con el tiempo tengan alguna oportunidad y, si se dan las circunstancias, tengan su premio. Por ejemplo, Cortina es un ciclista rápido capaz de pasar también la montaña, pero luego se tiene que enfrentar a los bandazos del pelotón y a pelear por la posición. Y eso no es fácil. Por eso un día puede ganar, pero otros, queda 4º o 6º. Aranburu sube un poco más, pero es algo menos rápido. Ambos son ciclistas que te pueden dar alegrías y victorias.

HC: ¿Y qué opinas de los más jóvenes, de Juan Ayuso y Carlos Rodríguez, por ejemplo?
JM: Ayuso y Rodríguez son también dos grandes corredores que tienen un futuro por delante, pero aún tienen que confirmarlo. Están en ello. Yo creo que tanto Ayuso como Rodríguez tienen características de ganadores, muy buenas. Luego hay que ver si la suerte los acompaña. Desde luego que con la que edad que tienen y con lo que están haciendo, son buenos. Si no, no estarían donde están. Son diferentes tipos de corredores. Por lo que apuntan, parece que Carlos anda más contrarreloj que Ayuso. Ayuso es más rápido que Carlos.
HC: En general, ¿qué corredor tu hubiese gustado dirigir?
JM: Wout Van Aert. Es mi ídolo. Es un espectáculo ese corredor. Es una gozada verlo. Me tiene enamorado verlo por televisión. Precisamente no es el tipo de corredor al que he dirigido. La gente nuestra era más escaladora. Lo de Van Aert es espectacular.
HC: Tú has vivido una época de muchos grandes equipos españoles y ahora solo tenemos un equipo WT, Movistar, y varios ProTeams. ¿Qué crees que ha pasado?
JM: ¡Que no hay dinero! Para el ciclismo español, no es bueno que solo este Movistar como WT y luego los demás. Porque Movistar no tiene competencia. Y el negocio que no tiene competencia, no es negocio. Si hubiese un par de equipos que le hiciesen competencia a Movistar, habría más oportunidades para los chavales y tendrían motivación en las carreras que les tocara correr. Cuando coincidieron Banesto, ONCE, Kelme y Vitalicio en el Tour de Francia, los ciclistas españoles tenían más posibilidades de crecer y ganar. La situación actual no es buena para el ciclismo español. Pero ¿quién pone actualmente el dinero para lo que cuesta un equipo de máximo nivel? Es caro y es difícil. Cuando uno va a una empresa para buscar patrocinador, ya da unos mínimos de varios millones de euros necesarios para sacarlo adelante. La empresa valora el retorno publicitario. El ciclismo da a priori un buen retorno en publicidad, pero hay muchas cosas que pueden pasar. Un ciclista puede caerse, lesionarse, dar mala imagen por dopaje… Falta el dinero y las empresas ahorran y han recortado costes, invierten menos en publicidad. Por eso también han muerto los periódicos impresos, porque no tienen publicidad. En el caso del World Tour, es un club de millonarios sin dinero. La UCI pone unas exigencias mínimas de presupuestos de 15 o 20 millones de euros anuales, por decir una cifra. En España apenas tenemos empresas que puedan permitirse gastar ese dinero. Tienes países que se han lanzado a pagar, como UAE, Bahrain, Astana… Pero empresas que inviertan tanto en publicidad a nivel mundial, también hay muy poquitas. Mira los equipos WT italianos que hay ahora: ni uno. Y en Italia son la cuna del ciclismo. La situación económica es muy crítica.
HC: ¿Te planteas volver a dirigir?
JM: Sinceramente, dirigir desde un coche, no me lo planteo. Estar con los ciclistas, estaré toda la vida. Porque lo llevo dentro y me sale. Uno tiene que pensar en la edad que tiene y el sitio que le corresponde. Me siento a ver ciclismo en televisión y siento que el ciclismo es mi vida. No se me puede ir eso porque va dentro de mí.
Entrevista: Jorge Matesanz
Transcripción: A. M. Fuente
Foto de portada: Biblioteca de Asturias (BVPB)
Creo no haber visto comentar que …JAVIER…..en 1971…..fué el VENCEDOR de la VUELTA CICLISTA INTERNACIONAL DE LERIDA en categoria “amateur” y también nos visitó como Director de Equipo. En fin pasan los años y algunas gestas se olvidan
Vuelta de 1959…….Vencedor……….el valenciano…….ANGELINO SOLER .
Información desde Lleida…hoy…05.09.2023. Jose Gras Bregon.