Tras una primera parte en la que repasamos su época como director deportivo, Javier Mínguez nos habla en este tramo de la entrevista de su experiencia como seleccionador nacional de ciclismo, cargo que ocupó entre 2013 y 2018.
HC: Años después, en 2013, volviste al ciclismo como seleccionador nacional. ¿Cómo surgió esa oportunidad y cómo la viviste?
JM: Hubo unas elecciones a presidente de la Federación en 2012. Se presentó un amigo, Paco Antequera, que había sido seleccionador. Paco me llamó por teléfono y me pidió el apoyo, que se lo di sin problemas. Después, tomando un café con José Luis Cerrón, que es de Valladolid y debutó como profesional conmigo como director, me dijo que lo mismo se volvía presentar. Cerrón ya se había presentado en 2008, pero no tenía apoyos. Tomando ese café en 2012 le dije a Cerrón que se presentara con Antequera, José Luis como presidente y Paco como seleccionador. Pero Cerrón me dijo que Antequera le había traicionado en las elecciones de 2008, apoyando en el último momento al que ganó, Juan Carlos Castaño. Y encima le había salido mal a Antequera, porque Castaño le destituyó de seleccionador y puso a José Luis de Santos. Así que en 2008 se habían quedado en pelotas los dos, Antequera y Cerrón. Total, que José Luis Cerrón me dijo tomando ese café en 2012 que, si él ganaba, tenía que ser yo el seleccionador. Yo le pregunté que cuánto iba a cobrar y me dijo que nada, porque no había dinero en la Federación. Cerrón ganó y me insistió en que yo tenía que ser el seleccionador y en que no había dinero. Me pidió que le echara una mano. Cerrón me dijo que no había sueldo, pero sí primas por resultados. Cerrón había sido ciclista conmigo como director, es de Valladolid y yo le pasé a profesionales, también fue mi segundo director deportivo durante muchos años. Al final, te calientas la cabeza por hacer el favor a un amigo y pasa lo que tiene que pasar: ni dinero ni amigo. En el Mundial de Florencia en 2013, conseguimos dos medallas (Purito fue plata y Valverde bronce). Justo después nos reunimos en Benavente con los organizadores del mundial de 2014 de Ponferrada y le pregunté a Cerrón por las primas: me respondió que la Federación las había eliminado para Mundiales y que solo habría primas para los Juegos Olímpicos. Acepté ser el seleccionador en Ponferrada, de nuevo sin contrato ni primas, y logramos una medalla más (Valverde, bronce). Después de dos años, Cerrón por fin me hizo una oferta y me dijo que no me podía ofrecer nada más que 25.000 cada temporada. Lo acepté y firmé dos años, 2015 y 2016. Como volvió a salir presidente al final de 2016, renové por esa misma cantidad en 2017 y 2018. Cuando ganamos el mundial con Valverde en 2018, en Innsbruck, en la cena de después, Cerrón se puso a llorar de la alegría, como si hubiese ganado él, y dio un discurso diciendo a los ciclistas que, si ellos querían, yo seguiría. En plena fiesta los ciclistas se pusieron a cantar: “¡Mínguez, quédate!” Y Cerrón dijo que sin problema, que yo ya tenía ya firmada la renovación, cuando era mentira. Cerrón no había acordado nada conmigo. En el autobús de la selección, un auxiliar, bromeando como estaban todos, le pidió a mi hijo de 5 años que le dijese a Cerrón que me subiese el sueldo. Y Cerrón fue con esa historia a un periodista, Fernando Llamas, que fue tan… como para publicarlo. En ese artículo se decía que Cerrón se había sentido traicionado por mí. ¡Traición la suya! Mi mujer lloró porque en la noticia metieron por medio a nuestro hijo. Después del mundial me tocó ir a dar la cara con Valverde a Telefónica y fui. También me pidió que fuera al Consejo Superior de Deportes, pero ya me negué. Cerrón me insistía en que era el comité de la Junta Directiva el que había decidido no subirme el sueldo porque no había dinero. Pero yo tenía la información. Los estatutos de la Real Federación dicen que solo el presidente puede nombrar, firmar o cesar al seleccionador. Si quieres conocer a fulanito, dale un carguito… Y claro que había dinero: el seleccionador de pista cobraba el doble que yo, 50.000. Esperé diez días a que Cerrón me dijese algo. Pero al día 11, ya no aguanté más. Mandé a la mierda a Cerrón y a la Federación. Cerrón había estado toda la vida a mi lado y yo creía que era buena gente. Pero cuando le dieron el poder, me acuchilló para poder decir: “Aquí estoy yo, que soy el jefe.” Yo me fui con la cabeza bien alta. A otros como Cerrón, cuando se acabe lo suyo en la Federación, no les conocerá nadie. Podrá decir que han sido campeones del mundo con Valverde, pero no es mérito suyo, sino de Valverde, que es muy bueno. Todo en la Federación es un mamoneo político en el que el que manda de verdad no es el presidente, sino alguien a quien no le gusta ni le interesa el ciclismo. Estaba todo mangoneado por detrás. Por ejemplo, antes de Innsbruck tuve muchas peleas, porque no llevé a ningún Movistar, salvo a Valverde. Yo no pintaba nada allí en ese mundo. En realidad, me hicieron un favor no renovándome. Porque para ofrecerme de nuevo la mierda que me estaban pagando, como hizo Cerrón, más vale no ganar nada. Por ese dinero que me ofrecían no merece la pena tener una responsabilidad como la de seleccionador. En aquel momento, te sale el cabreo. Pero, después, estás feliz, contento. No te compensa. Y esa fue mi historia en la selección.

HC: ¿Qué diferencias encontrabas entre tu etapa como director deportivo y tu etapa como seleccionador?
JM: Yo veo el ciclismo a mi manera, con mis errores y con mis aciertos. Desde la televisión veo los errores que cometen los demás y si me pongo en el coche, como director, seguro que otros ven los errores que cometo yo. Cuando volví en 2013 como seleccionador, era cien veces mejor director que cuando estuve como director años antes. Como habían pasado esos años, tenía más experiencia, serenidad, temple, otra edad…
HC: Nos gustaría preguntarte por Valverde. ¿Qué es o ha sido para ti Alejandro? ¿Crees que podría haber hecho otras cosas si hubiese corrido en otros equipos? ¿Crees que ha retrasado demasiado su retirada?
JM: Yo he tenido la suerte de tenerle como seleccionador. Valverde es un número 1 del ciclismo mundial. Es un lujo. Alejandro es un niño grande que se divierte compitiendo en bicicleta. Cuando Valverde se baja de la bicicleta, le encanta hacer bromas. Es feliz riéndose con todo. Tiene calidad y espíritu de sacrificio, pero también mucho sentido del humor. Siempre quiere ganar y por eso a veces también se ha equivocado, pero es normal cuando eres uno de los mejores. Creo que a Valverde sí le hubiese venido bien correr en otros equipos, pero él se encontraba muy a gusto en Movistar, con su gente, no porque fuera el único líder o cabecilla. Si Valverde hubiese tenido la ambición de irse a otros equipos o mudarse a Andorra, como otros, para que cuando se jubilara en lugar de cinco, tuviese diez… Pero Alejandro en su momento no vio esa necesidad. Respecto a su retirada, desde fuera puede parecer que tendría que haberse retirado antes. Pero ya lo ves, que en su última temporada ha conseguido acabar entre los mejores y él seguía disfrutando. No se ha arrastrado, que es lo importante. Ha estado hasta el final peleándose con los buenos. Es para aplaudirle. Ha sido una despedida de señor, a la edad que tiene. Ningún ciclista de los de su edad ha podido tener una despedida como la de Alejandro.
HC: Se recuerda mucho el mundial de Florencia de 2013 que ganó Rui Costa, con Purito 2º y Valverde 3º. ¿Qué recuerdas de ese mundial?
JM: ¡Que te lo cuenten ellos! Fue un desastre. Ese día yo creo que estaba entre los dos, Valverde y Purito, ver quién era campeón del mundo. Atacó Purito porque el propio Valverde se lo dijo. Valverde dice que cuando salió Rui Costa, vio que no tenía piernas para seguirle. Yo no lo sé. Las respuestas de ese mundial las tienen ellos. Todo apunta a un gran error táctico de Valverde. Cuando saltó Rui Costa, Valverde tenía que haber dado todo para seguirle y dejarle claro que, si cogían a Purito, Valverde iba a rematar y, si no, pues Purito era campeón. Seguramente Valverde cometió un error, pero no puedes estar siempre martirizándote con el error. El error de Valverde también le perjudicaba a él mismo, porque se quedó sin opciones. Si Valverde dice que no tenía fuerzas, tendré que creerle porque él es el que va en la bicicleta. Pero lo que pasó en Florencia, en mi pueblo no se hace así.
HC: Fuiste seleccionador en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro en 2016, pero las cosas no fueron bien…
JM: Esos Juegos Olímpicos son mi gran espina como seleccionador. Lo hicimos bien antes de la carrera, la habíamos preparado mucho. Pero Valverde no se adaptó a la humedad y tuvo su peor día. Teníamos a Purito, que sí estaba muy bien, estaba cañón, espectacular, muy motivado porque ganar en Río podría haber sido un broche de oro en el año que se retiraba. Pero en carrera nos salió todo mal. Hubo una escapada e incluso Valverde le dijo a Purito que él tiraba, porque no se encontraba bien. Se nos complicó la carrera y no pudo ser.

HC: En 2018 finalmente sí se logró el mundial en Innsbruck con Valverde. ¿Cómo fue toda la preparación?
JM: Ese año, recuerdo que fui con Momparler a ver a Valverde, que estaba con Escámez en Sierra Nevada. Le dije a Alejandro que, tal y como estaba corriendo, era imposible que ganase el mundial. Se movía muchas veces para acabar octavo en una prueba. Y así no aprovechaba sus cualidades al máximo. Si se te tuerce la situación de carrera, como por ejemplo le pasó en Lieja ese año cuando ganó Jungels, es mejor sujetar el caballo y quedarse quieto. Porque si él como favorito se movía ya con la carrera en contra, seguro que perdía. Es mejor llevar la pistola cargadita, esperar el mejor momento y disparar: “Un tiro, un muerto.” Es una frase mía que me han recordado muchas veces después. Si tienes unas cualidades, debes aprovecharlas y guardarte las balas para cuando toca. Hablando con Alejandro tras el Tour, pensamos que lo mejor era que se tomase la Vuelta a España de ese año con calma y se guardase las balas para el mundial. Había acabado el Tour tocado, le hicimos unos análisis y vimos que lo mejor es que descansase de cara al mundial. También decidimos que antes del mundial nos concentraríamos todo el equipo en Sierra Nevada, aunque me costó que todos fueran. Empezó la Vuelta a España y Valverde se llevó la segunda etapa; también la octava. Estuvo 2º de la general hasta la penúltima etapa en Andorra, que reventó y se llevó la general Simon Yates. En La Covatilla, en Salamanca, ya le dije en su habitación que iba a reventar si seguía así. No me hizo caso: Alejandro es como es y le tienes que querer. Es un ciclista al que no puedes controlar como director. Tiene sus impulsos y no se sujeta. No sabe ir despacio. Después de la Vuelta hicimos la concentración de Sierra Nevada y tuve muchos problemas porque me ponían muchas pegas, muchos no querían ir, por eso decidí no llevar a nadie de Movistar salvo a Valverde. Algunos llegaron fundidos e hicieron lo que pudieron, como Enric Mas. Y las cosas, a pesar de todo, fueron bien y Valverde ganó su mundial. Broche de oro para él.
Entrevista: Jorge Matesanz
Transcripción: A. M. Fuente
Foto de portada: Sirotti
El cargo de seleccionador nacional debe ser ocupado por personas con amplia experiencia en todos los niveles del ciclismo y haber demostrado la capacidad de manejar los egos de los seleccionados. Minguez, al igual que otros seleccionadores, lo han demostrado sobradamente y mi duda es si el actual seleccionador, Pascual Momparler, tiene los conocimientos y la capacidad para hacerlo. Creo que no y en más de un foro lo han catalogado de incapaz e incompetente
Entiendo el comentario, pero también es importante remarcar que no vas a encontrar a Javier Mínguez en ninguna entrevista hablando mal de Pascual Momparler. Momparler trabajó al lado de Mínguez en los años de este en la selección. Pascual no le “quitó” el puesto ni mucho menos, sino que el desacuerdo entre Mínguez y el presidente de la Federación propició su salida. Si Momparler no continuara, la alternativa de la Federación no sería volver a llamar a Mínguez.
No te negaré que hay cosas de la selección dirigida por Momparler difíciles de entender, pero Pascual no es un recién llegado al ciclismo ni mucho menos. Tiene experiencia en organización de carreras y como director de base. En High Cycling también le entrevistamos hace un tiempo; te recomiendo leer su entrevista para que veas que es una persona implicada en el ciclismo 100 %, 24/7, para mí fue una entrevista que me sirvió para tener una visión más amplia de su trayectoria y trabajo: https://www.high-cycling.com/entrevista-a-pascual-momparler/
Un saludo