Este ciclista asturiano ha tenido una larga trayectoria en el ciclismo profesional, con debut en el Relax-Fuenlabrada y paso a la archiconocida estructura del actual Movistar, donde fue un gregario fiel de todos los líderes que han pasado por el equipo español. En 2012 pasó al filial colombiano para transmitir sus conocimientos a los jóvenes. En la actualidad sigue ligado al ciclismo, habiendo escrito también algún libro sobre sus experiencias sobre la bicicleta.
¿Cómo empieza Luis Pasamontes en el mundo del ciclismo?
Pues de una manera muy curiosa, era un apasionado de las motos. En Cangas del Narcea, mi pueblo, el único acontecimiento que acumulaba un número importante de motos eran las competiciones ciclistas. Siempre iba a ver las llegadas. pero pasaba de los deportistas y sus máquinas, yo corría al parking de vehículos para ver los marcadores y cilindradas de las motos de tv, radio, Policía… Un día, vi ganar a un ciclista amateur bajo la lluvia y con su rodilla ensangrentada. Todo cambió y pensé que que quería ser un súper héroe, como él. En mi primer libro, “El liderazgo del gregario“, cuento toda la historia con detalle.
Fichas por Relax, donde te haces un nombre en el mundillo. ¿Cómo fueron aquellos años? ¿Te costó adaptarte a la categoría?
Sí, me costó mucho. Al principio pensaba que era imposible seguir a esos tipos. Algunos aún adornaban las paredes de mi habitación, en posters. En una etapa de la Challenge de Mallorca estuve adelante, conseguí llegar con los mejores en mi primer año y comencé a pensar que con esfuerzo y trabajo podía estar en el pelotón profesional. Siempre me decía Tino, mi entrenador: RESPETO, pero no miedo. Son como tú, con los mismos órganos vitales.
Después pasaste al Unibet belga. ¿Qué tal fue la experiencia?
Buenísima, guardo muy buen recuerdo. Fue un salto de calidad que me permitió seguir creciendo. Conocí a ciclistas importantes de los que pude seguir aprendiendo. Sin duda que fue lo mejor que me pudo pasar, tras el fiasco del fichaje fantasma con Sony Ericsson.
Y por fin aterrizas en la estructura de Unzué. ¿Cómo se fraguó el fichaje?
Yo mismo descolgué el teléfono y le propuse trabajar para sus líderes. No era una súper estrella y me tocaba a mí ir. A otros los llamaban sin parar, yo tenía que ser el que llamaba. Es algo que he aprendido y que ahora aplico. Si no vienen, vete. No pasa nada, no eres menos por tomar tú la iniciativa y si no lo haces puedes perder oportunidades
¿Tenías clara tu función de gregario? Tus únicas victorias fueron anteriores a tu etapa en Caisse d’Épargne.
Sabía que no era un ganador y cuanto antes lo asumiera más posibilidades tenía para ser renovado. Para que yo ganara se tenían que unir todos los astros e incluso así, era complicado. Un día se fue al suelo el pelotón en Vuelta a España, mientras yo iba escapado en solitario, y ni aún así conseguí ganar. ¡Imagínate!
Valverde, Pereiro, Lastras, Arroyo… un equipazo. ¿Qué me puedes contar de ellos?
Teníamos una unión buenísima. Todos sabíamos cuál era nuestro cometido. No había tensión antes de jornadas importantes. Estábamos tan seguros de saber qué hacer que nada nos alteraba. Tengo un recuerdo estupendo y para mí fue muy importante poder trabajar para alguien como Alejandro. Sentía una admiración gigante por él y de repente compartes habitación y te pones a sus órdenes. Muy orgulloso de ello, sobre todo porque es un líder agradecido, de esos que valoran el esfuerzo de los hombres de equipo.
En 2009 debutas en el Tour. ¿Qué tal fue?
Eusebio decía que era un ciclista más para Giro y Vuelta, pero yo quería hacer el Tour. Fue una experiencia diferente y que me demostró que pese a ser profesional años antes, siempre se aprende. La tensión de los primeros días no la había vivido en ninguna otra carrera. Todos queríamos ir adelante y no había hueco para todos. El viento y esa sensación de que va a haber una caída, te agarrota el cuello. Llegaba a la camilla de masaje con dolor de todo, casi lo que menos me dolían eran las patas. Luego, en la segunda semana, también ellas dolían y mucho.
¿Cuáles son tus mejores recuerdos de tu etapa como ciclista profesional? ¿Y los peores?
Los mejores poder tener amigos, después de haber dejado el deporte profesional. Sacar muchos aprendizajes que son valiosos para el día a día. También poder conocer y trabajar con personas de diferentes culturas y personalidades, todas con algo que compartir.
Los peores recuerdos siempre están ligados a caídas, lesiones o incluso alguna desgracia mayor. Recuerdo que el fallecimiento del gran Tondo, en pleno Giro de Italia, nos afectó mucho.
¿El mejor compañero con el que has coincidido? Puede ser más de uno.
Pues Rigo Urán, Lastras, Rojas, Plaza, Ventoso, Bala, Victor Hugo Peña, David López, Erviti…hay muchos. Con todos he llorado y reído.
Un ciclista que ficharías siempre para tu equipo. Y por qué.
Castroviejo, es valioso y humilde. La humildad es algo tan importante hoy día. Es el motor de cualquier equipo. Si tus compañeros son arrogantes, nada funciona, es imposible que des el máximo. La humildad de otros te hace mejorar a ti.
Siendo de Cangas del Narcea, los entrenamientos deben ser interesantes. ¿Cuáles han sido tus rutas más habituales de entreno por allí?
Fui a vivir con 18 años a Madrid y en categorías inferiores tampoco podía darme mucha caña. Me gustaba hacer parte de puerto Leitariegos, es un puerto de pendiente muy buena para mí. El Acebo tuvo que esperar, era muy joven para subirlo. Siempre me han llevado, mis entrenadores, tranquilo y con el freno echado hasta tener una edad en la que poder apretar fuerte. Lo agradezco. Ahora como cicloturista disfruto de todas las rutas que mi zona ofrece. Es un paraíso para la bici.
¿No crees que se le puede sacar más partido al oeste asturiano, pese a aquella etapa de la Vuelta, de cara al ciclismo profesional o cicloturismo?
Sin duda. El Acebo tiene 6 posibles ascensiones, todas diferentes. Además muchas carreteritas están bien asfaltadlas y se pueden hacer unas rutas espectaculares. Yo siempre que voy echo al coche la bici y después la maleta, en ese orden. No dudéis en ir a conocer esa zona y parar a observar, de vez en cuando, los paisajes que ofrece.
¿Qué hace ahora Luis Pasamontes?
Pues afortunadamente sigo viviendo de aspectos vinculados a la bici, estoy encantado. Hago muchas cosas y estoy muy entretenido. Doy conferencias en empresas y gestiono programas de Team building para fomentar el trabajo en equipo. También trabajo a diario en el Club Gregarious, en el que fusionamos empresa y ciclismo. Soy comentarista de radio en Tour y Vuelta, escribo para revistas especializadas, incluso como os comentaba me animé a escribir un libro. También ayudo a deportistas con sus redes y otros aspectos que demandan, ejerzo de hermano mayor para ellos. Eso sí, siempre dejando que tomen las decisiones finales porque mi opinión no es la correcta, tan solo es la mía.
Entrevista: Jorge Matesanz (@jorge_matesanz)
Foto: Sirotti