Nicolas Roche, hijo del mítico Stephen y uno de los ciclistas más importantes de la escena ciclista irlandesa de los últimos tiempos, cuelga la bicicleta. Lo hace desde el potente DSM tras más de década y media en los mejores equipos del panorama internacional. Gregario célebre de algunos de los mejores ciclistas de su generación, el irlandés tuvo el honor de lucir el maillot rojo de la Vuelta y de imponerse en dos etapas, sin discusión sus mejores victorias como profesional.
¿Por qué la retirada?
NR: Bueno, tenía que llegar tarde o temprano. Sentí mucho cansancio físico y mental. Cuando DSM me comunicó que no contaba conmigo sentí una gran frustración. A mí edad ya no es tan sencillo encontrar condiciones similares en otros equipos, más aún en estos días donde la tendencia es invertir en ciclistas muchísimo más jóvenes. En agosto estuve trabajando en la televisión y disfruté mucho. Este fue un paso importante. Me di cuenta de que podía disfrutar de otras cosas que no sea disputar carreras. El covid me ha abierto los ojos para darme cuenta de qué es lo más importante en la vida y que no es sólo bici. Después de haber pasado nueve semanas encerrado solo en mi piso te das cuenta de que lo has dado todo por este deporte.
¿Has conseguido todo lo que querías del ciclismo?
NR: Es imposible conseguir todo. Tenía dos cosas importantes que lograr, que era el podio en la Vuelta y una victoria de etapa en el Tour. Pero creo que he conseguido muchas cosas. Disfruté muchos años de mi pasión por el ciclismo. Eso es tener mucha suerte.
¿Has sentido mucha presión por ser hijo de Stephen Roche?
NR: Desde siempre. Pero estos últimos años nada de nada. Claro, también han pasado las generaciones y pocos de mis compañeros saben ya quién era Stephen Roche…
Tanto Dan Martin como tú, que habéis sido dos ciclistas muy importantes en Irlanda, hacéis coincidir el momento de la retirada. ¿Casualidad o lo habéis hablado?
NR: Sí, es por pura casualidad. Hablamos mucho en los Juegos Olímpicos, compartimos muchas cosas, tenemos opiniones parecidas. El ciclismo irlandés no tuvo mucho nivel durante algunos años y nuestra llegada fue importante. Transmitimos las ganas de practicar la bicicleta a mucha gente.
¿En qué papel te has sentido más cómodo: como líder o como gregario?
NR: Son cosas muy diferentes. Disfruté de cada cosa a su manera. Tengo la suerte de haber sido capaz de hacer de todo en un mundo tan competitivo como el del ciclismo.
Tus mejores victorias fueron en la Vuelta. ¿Qué ha significado para ti esta carrera?
NR: La descubrí en 2008 y me enamoré de esta carrera. La Vuelta ha sido durante muchos años mi objetivo principal. Adoro España, su cultura, su gente, las carreteras, esos puertos cortos con mucha pendiente, el calor…
¿Cuál ha sido tu mejor día sobre la bicicleta? ¿Y el peor?
NR: ¿El mejor? No lo sé, son varios, es difícil quedarme solamente con uno. Quizás el mejor pueda ser la victoria en el Monte da Groba, que era la segunda etapa de la Vuelta 2013. ¿El peor? También son muchos. En la bicicleta pasas muchos días malos. Es lo que hace que cuando llegan los días buenos, lo sean de verdad. Pero, aparte de las caídas, que siempre son malos momentos, mi peor día fue el Alpe d’Huez en el Tour de Francia, también en 2013.
¿Cuáles han sido los corredores que más te han impresionado en todos estos años?
NR: Alberto Contador, por supuesto. Michael Matthews y Richie Porte, también.
Si volvieses a empezar, ¿qué cambiarías de tu carrera?
NR: Difícil pregunta. Imagino que intentaría ganar más etapas antes que concentrarme en hacer la clasificación general de las carreras.
¿Y ahora qué? Se te ha visto colaborar en varios medios.
NR: Tengo varias cosas pendientes. Pero espero trabajar en los medios, es algo que me daría mucha satisfacción.
Entrevista realizada por Laura M. Taberner (@lauramtaberner)
Foto: Alex Broadway / ASO