Entrevistas

Entrevista a Óscar Guerrero (Israel-Premier Tech): «No hemos hecho una buena temporada»

Óscar Guerrero ya es un clásico del ciclismo español. De trabajar con la base a participar en proyectos tan ilusionantes como Caja Rural (amateur), Kaiku, Fuerteventura y después Euskaltel-Euskadi. Un tiempo después fue llamado para dirigir el Israel-Premier Tech, un equipo con una ambición excelente y un proyecto que aspira a estar entre los mejores equipos de la élite internacional. Tras una temporada agridulce y la sombra del descenso, llega el momento de hacer balance.

Pregunta: ¿Qué balance haces de la temporada 2022?

Óscar Guerrero: «A nivel resultados, está claro que la temporada no ha sido buena. Teníamos un equipo que en principio era muy potente y del que esperábamos grandes resultados a lo largo de la temporada. Es cierto que hemos tenido muy mala suerte al comienzo, sobre todo por el tema del Covid. Hemos tenido momentos que nos han coincidido hasta 22 corredores infectados al mismo tiempo. Como bien sabemos, los hay que se pasan en seguida y otros han sido bastante duros y con un postcovid bastante largo. Eso ha hecho que hasta mayo o junio no tuviésemos el equipo en condiciones para ser competitivo. A partir de ahí hicimos cosas bonitas y mejoramos, nos subió la moral con las dos victorias del Tour de Francia y a final de año volvimos a tener problemas, el equipo acabó muy cansado y ni siquiera conseguimos los resultados ni objetivos que nos marcamos a principio de temporada, que era estar entre los cinco o diez primeros del ranking».

¿Está confirmado el descenso del World Tour o todavía queda batalla por librar en ese aspecto?

OG: «No lo sé. De momento no ha habido ningún tipo de confirmación oficial. Sé que se está trabajando en ello desde nuestra parte directiva, viendo la situación con la UCI. Nosotros estamos esperando, descansando y después veremos cuando decida la UCI teniendo en cuenta todo este tema del Covid que ha convertido estos tres años en un poco raros».

¿Tenéis miedo de que se confirme el descenso y haya desbandada en el equipo?

OG: «Para nada nos lo hemos planteado. Yo personalmente no lo he hablado en ninguna de las reuniones que hemos tenido. El equipo está ya cerrado, es el equipo que es, se está planificando todo para el año próximo y para mí sería una sorpresa absoluta que alguien decida moverse en este momento, la verdad. Creo que hay que estar en el barco en las buenas y en las malas».

De todas formas, un posible descenso tampoco os iba a cambiar el acceso a las grandes carreras, ¿no?

OG: «Ahí tienes la duda de algunas invitaciones. El equipo, esté en el World Tour o no, tiene grandes nombres y grandes corredores, y es un equipo muy potente, creo que muy atractivo para los organizadores, así que aspiramos y confiamos estar en la mayoría de pruebas World Tour de todas formas».

De cara a 2023 habéis hecho fichajes interesantes…

OG: «Hemos cogido tres ciclistas del filial. Derek Gee hizo bastantes carreras con nosotros. Estuvo por ejemplo en O Gran Camiño y lo hizo muy bien, acabando incluso quinto en la crono. Mason Hollyman también ha corrido con nosotros y dado gran nivel. Marco Frigo es un gran talento italiano que también estaba con nosotros y se le ve que va a tener un gran futuro. Después tendremos también a Matthew Riccitello, que es muy joven, parece un niño, y corrió conmigo la Vuelta a Burgos. Es un escalador puro con mucho futuro. Son chavales que tienen que seguir creciendo y evolucionando. Es verdad que viendo que gente de 20 años son capaces de ganar ya grandes carreras, nunca sabes cuándo van a explotar»

¿Qué podemos esperar de Froome en 2023?

OG: «Chris lleva dos años con nosotros. Cuando llegó todavía tenía bastantes problemas y secuelas de la caída. Este año ya él se encontraba mejor. Le hemos leído declaraciones de que este año por fin se encontraba al 100% en cuanto al físico. No empezó bien la temporada porque tuvo un problema de rodilla que le retrasó el arranque, pero luego fue ya todo bien. En el mes de mayo y Dauphiné ya le vimos mucho mejor. En el Tour consiguió hacer tercero en la etapa de Alpe d’Huez, cosa que nos dio una alegría tremenda y a él una gran seguridad. Estaba en torno al 23º en la general del Tour, que comparado con el año anterior ya era un paso enorme. A cuatro días del final cogió el Covid y fue uno de los duros, con una semana de fiebre, sintiéndose mal, y eso le perjudicó de cara a la Vuelta a España. Porque a la Vuelta vino con la intención de hacer la general, pero ya me dijo una semana antes de empezar que no se encontraba bien. Y era todo por el postcovid. Pensamos que en la última semana iría a más, pero no hubo un solo día en el que se encontrase realmente bien. Confío en que el año próximo arranquemos con la mentalidad de lo que vimos en el Tour, que ya está en otro nivel y que puede disputar etapas y ver».

Una lástima también la temporada de Michael Woods…

OG: «Sí, ha sido un año muy difícil para él. Es un corredor con un compromiso increíble. Es capaz de acostarse un día vomitando o con diarrea y al día siguiente levantarse deseando correr. Hemos tenido muchos problemas con él este año. Tuvo Covid, después en Vuelta Andalucía estando a tope de forma le tuvimos que bajar por una gastroenteritis muy fuerte. En Galicia es verdad que hizo segundo y perdió contra Valverde por poco. Estuvo todo el año enfocado para la Vuelta, que era su objetivo del año, y resulta que se nos cae en Holanda cuando el equipo había a arroparle a él, y él además se encontraba en plena forma física, bien de moral, etc. Es un profesional como la copa de un pino, pero este año no ha sido el suyo».

Un ciclista con mucha alegría.

OG: «Es un corredor que es una alegría para el equipo, sí. Es muy buen compañero, le da mucha energía al equipo, aporta mucho. Cuando el equipo ve que su líder trabaja tanto, contagia. Es una pena, porque todos le deseamos lo mejor a Michael Woods y este año la suerte no ha estado con él. Para el próximo esperamos que la suerte al menos no esté en contra y que después todo dependa de su rendimiento».

¿Cómo de fácil o difícil es dirigir un equipo tan internacional, con tanta ambición…?

OG: «Es un proyecto muy grande, como casi todos los equipos del World Tour. Megaequipos que tiene gente para todo, donde hay corredores que casi no ves en todo el año, auxiliares con los que no coincides en casi todo el año… En las concentraciones y poco más. Es un proyecto un poco diferente porque contamos con muchísimas nacionalidades diferentes, hemos llegado a tener 20 entre corredores y todo el equipo auxiliar. Es muy enriquecedor. El idioma que utilizamos es el inglés, aunque siempre en los ratos que tienes para charlar con unos y con otros te da oportunidad de saber de otras culturas».

¿Qué carreras serán prioritarias en 2023?

OG: «De momento tenemos todo el calendario en nuestra mente. Tenemos que esperar a ver qué pasa para saber a qué podemos aspirar y a qué no. Sí que tenemos claro que en la plantilla hay corredores que son muy buenos para las clásicas de las Ardenas, como Fuglsang, Teuns o Woods. Esas pruebas las tenemos seguras por quedar tercero en la clasificación por equipos y creo que va a ser un objetivo muy importante. Después también Itzulia, que siempre le ha ido bien a Woods, Volta Catalunya, donde siempre lo intentamos hacer muy bien, y luego si estamos en el Tour de Francia, la general será muy difícil, pero si somos capaces de hacer una carrera como la de este año con dos victorias de etapa, lo consideraríamos un gran resultado».

¿Cómo ves el sistema de puntos como sistema para acceder al World Tour?

OG: «La UCI ha reconocido que va a variar el sistema de puntos. Son conscientes de que no tiene mucho sentido ir a carreras muy pequeñas para conseguir los mismos puntos que siendo décimos en una carrera grande. Deberían tener más valor las pruebas World Tour. Nuestra estructura es muy grande, nuestro sponsor es Sylvan Adams con su dinero personal y con un patrocinador asentado y estable. Sería una pena decirles a equipos con la estructura bien consolidada que no pueden correr el calendario bueno, por llamarlo de alguna forma, donde está la repercusión y la televisión. Muchos equipos han ido a Langkawi a conseguir unos puntos que tendríamos más difíciles en la Vuelta a España después de 21 días compitiendo. Las clásicas de un día también dan razón de ser a otras escuadras. Te obliga a tener en el equipo a sprinters, clasicómanos, etc».

¿Qué es importante en un director y qué es importante en un ciclista para ser dirigido por ti?

OG: «Me gusta recibir del ciclista la profesionalidad y la entrega al 100%. Quiero que para un corredor cada día sea su mejor etapa. Al igual que yo intento preparar cada carrera igual que la mejor etapa del Tour de Francia, yo quiero que el corredor también lo sienta así. Al final, si lo comparamos con el fútbol es igual, el día a día. Y eso es lo que quieres. ¿Como director? Lo ideal es que haya un feeling y una confianza del 100% en mí, donde sepa que si le planteo una cosa crea en ello. Eso se nota. En cuanto estás al 100% con él y ves que no confía en ti, para mí es frustrante como director. Tener esa mano izquierda y mano derecha en todo momento. Hay ciclistas que funcionan mejor con una que con la otra, aunque tienes que buscar el equilibrio. Que te tengan respeto, que te sientas respetado, trabajar al 100% y que los ciclistas confíen en ti».

¿Cómo llegas tú al ciclismo, Óscar?

OG: «Mi hermano tenía siete años, empieza a montar en bici. Yo seis, y empiezo a montar en bici al año siguiente. Fui ciclista hasta los 18. Mi hermano era mejor y llegó hasta los 25. Me marché a la universidad y desde ahí la verdad que ni me plantee ser ciclista. Era bastante listo corriendo, lo tengo que reconocer. Veía muy bien la carrera, aunque no era bueno. Y siempre organizaba a mis compañeros. Me pidieron que me sacara el título para llevarles a ellos. Al principio empezó como un juego para dirigirles, pero después me sirvió para ir creciendo. Hasta 2004 estuve dirigiendo en Caja Rural, en amateur, pasando a bastantes ciclistas de la zona. Me dio esa seguridad de que quería ser director. Es muy difícil vivir de esto en España, había tres o cuatro equipos nada más. En 2005 llegué a dirigir el Kaiku y empezó mi carrera a nivel profesionales. Es verdad que en 2013 con la desaparición de Euskaltel pensé que se acababa todo, pero me surgió esta oportunidad en 2017. Nunca hubiese pensado que este proyecto me hubiese dado la estabilidad que me ha dado, pero me la ha dado. Disfrutando de cada día, sabes que es un mundo difícil y nunca sabes lo que puede pasar mañana».

Que corran otros, ¿no?

OG: «Le suelo decir a los ciclistas en esos días que llueve mucho que yo elegí ser director y ellos ciclistas. Y que ahora no se quejen… porque es lo que hay. Sabemos de la dureza que supone este deporte, pero es como una enfermedad y un veneno. El ciclista lo pasa mal, pero está preparado al día siguiente otra vez».

Pasaron muy buenos corredores por tus manos en Caja Rural…

OG: «Cuando yo era director era un proyecto más de zona, para sacar corredores locales. Teníamos casi todo navarros, algún vasco y como excepción algún catalán. Hacíamos trabajo con la base navarra. Igor Flores, su hermano Iker, Egoi Martínez, Gorka Verdugo, Patxi Vila, que luego pasó a lo que era Banesto, también Urtasun, Jorge Azanza… Estamos hablando de una zona de unos seis o siete kilómetros a la redonda. Eso en otros deportes es complicado de ver. Cuando me marcho a Kaiku, Caja Rural empieza a cambiar y a coger a ciclistas de más zonas de España y ya de ahí sí que salieron un montón de ciclistas que están hoy día en otros muchos equipos».

Hablando de Kaiku, ¿qué pasó?

OG: «Era un proyecto que encantó a todo el mundo. Hace 16 años que terminó y todavía por Francia y otros países te dicen «tú, Kaiku, eh». Se acuerdan. Hablan del equipo que iba vestido de rosa y que dejó muy buen recuerdo. Hoy día tenemos un grupo de Whatsapp y estamos permanentemente en contacto. Fueron unos años donde sólo había unos pocos espacios para correr la Vuelta a España y nosotros no tuvimos la suerte de contar con ninguno en los dos años en los que pudimos. Quizá, pensándolo egoístamente, no era motivo suficiente para cerrar el equipo. La repercusión que teníamos era superior en comparación con lo que se invertía, en mi opinión. Los estudios están ahí. En fin, los dirigentes decidieron que no merecía la pena patrocinar este deporte y este proyecto y ya está. Nosotros no lo entendíamos, no podíamos comprender cómo con los datos en la mano se podía justificar que el equipo no tenía éxito, pero no puedes hacer nada más que acatar y ya está. Una desilusión, la verdad».

Un equipo muy defendible, siempre atacando…

OG: «Era una familia. Se notaba en las carreras, en los desayunos, en las cenas. Era la clave, además de la calidad de los propios corredores, claro. A la mayoría los conocía de equipos en los que habíamos coincidido o como rivales en equipos amateur. Ricardo Serrano, Gustavo César Veloso, Adrián Palomares, Ezequiel Mosquera… Yo sabía lo que me podían aportar. Teníamos ciclistas para todo tipo de opciones. Ezequiel todavía lo cuenta hoy, que estaba deseando ir a las carreras para pasárselo bien, así que imagina. Cuando normalmente es al revés, ¿no?»

Ahora están proliferando en el Pro Conti los cuatro equipos españoles. ¿Cómo ves esa rotación para participar en la Vuelta?

OG: «Es muy interesante que ahora en España haya cuatro Pro Conti. Eso da posibilidad a toda la base de tener un objetivo y motiva mucho a la hora de trabajar. El tema de las invitaciones se puede gestionar así, dejando a uno fuera cada cuatro años. Para un sponsor no es tan malo, creo. Daría una seguridad y estabilidad, pero eso es cuestión de lo que Unipublic decida».

¿Cómo fue el periodo de Euskaltel para ti?

OG: «He sido banquero, he sido barman, comercial… la vida te prepara para las cosas. Sabes que no es lo que más te apetece (sobre el adiós de Euskaltel). Te reinventas, yo hice de comercial de ropa, conoces gente, y tiras para delante. Siempre pensando que alguna vez te podía regresar la posibilidad de dirigir. Cuando llegó la oferta de Israel-Premier Tech ni me lo pensé. Cuando dejé el banco después de cinco años fijo, la gente me decía que estaba loco. Era algo que tenía claro, conté con el apoyo de mi mujer y s lo que me apasiona. Levantarme cada día sin pereza, con ilusión, eso no tiene precio».

¿Un sueño como director?

OG: «La verdad es que se están cumpliendo casi todos. He dirigido en las tres grandes, en la Vuelta ganamos una etapa con Dan Martin y cuartos en la general, este año en Bilbao vi ganada la etapa. Me falta ganar una en el Tour. Casualmente este año que ganamos dos hice Giro y Vuelta. Puede ser ese el que me quede. Las ilusiones que tienes es estar en este nivel de equipos y competiciones. Creo que he dirigido casi todas las carreras que siempre me hubiese gustado. No me queda ninguna espina y mi sueño es disfrutar de este trabajo cada día y sí, si se puede ganar en el Tour, bienvenido sea».

Escrito por Jorge Matesanz

Fotos: ASO / Ballet

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