Antes del Giro de Italia 2022, tuvimos la oportunidad de entrevistar a uno de sus protagonistas: Pello Bilbao López de Armentia, ciclista guerniqués nacido en 1990. A sus 32 años, atesora victorias importantes como sus dos etapas del Giro de Italia 2019, la Klasika Primavera de Amorebieta 2014, así como etapas en Dauphiné, Itzulia o Tour de los Alpes (antiguo Giro del Trentino). En Grandes Vueltas, ya ha sido top10 en su carrera preferida, el Giro de Italia (5º en 2020 y 6º en 2018). Durante la entrevista, Pello nos habla de sus inicios y su trayectoria. No esquiva ninguna pregunta y nos ofrece una amena conversación sobre su pasión, el ciclismo. Agradecemos que saque un rato para atendernos por videollamada, porque, como nos reconoce, es más complicado encontrarle quieto en casa que entrenando hacia los montes de Ereño o Navárniz o surfeando en la playa dunar de Laga, en Urdaibai y junto al cabo de Ogoño. Paso a paso, Pello ha conseguido convertirse en uno de los mejores ciclistas españoles actuales. Lo mismo gana la contrarreloj del Campeonato de España (2020), una etapa de montaña en el Giro (2018) que un sprint al campeón del mundo en la Itzulia (2022).
High Cycling (HC): Háblanos de tus inicios en Euskadi, desde el ciclismo base hasta Euskaltel.
Pello: Arranqué en la Sociedad Ciclista Gernikesa (Gernikako Txirrindulari Elkartea), que hoy en día ya no existe. A la Fundación Euskadi llegué en juveniles de segundo año, a través de un programa de becas para ayudar a los talentos del País Vasco. En amateur corrí en el Naturgás dos años, ganando el torneo sub23. Di el salto primero al equipo continental Orbea y luego ya a Euskaltel. Iba a debutar en el Criterium Internacional 2011 con Euskaltel, con la temporada ya iniciada. Yo había corrido con Orbea ya a principio de año en la Challenge de Mallorca, Clásica de Almería y Vuelta a Andalucía. Euskaltel necesitaba refuerzos por varias lesiones de corredores; tiraron de cantera y me dieron la opción de dar el salto. Sin embargo, justo antes de mi primera carrera, me caí entrenando y tuve una fractura que retrasó mi debut hasta mayo. Euskaltel era el camino lógico que tenía que seguir para mi progresión desde la cantera del equipo. Fui pasando todos los escalones desde la base hasta llegar a Euskaltel. Al llegar a Euskaltel sentí una gran responsabilidad: era el equipo referente y, al dar el salto un año antes de lo esperado, no sabía si estaba preparado o no. Me tocó dar el callo allí con los grandes. Me vi casi de un día para otro corriendo la Dauphiné, sin estar en mi mejor forma, junto a Samuel Sánchez y compañía. De esos años en Euskaltel, recuerdo a Samuel, que era el líder del equipo, y también a otros corredores que hacían de maestros para mí, como Iván Velasco, Amets Churruca, Iñaki Isasi, Mikel Astarloza… Buenos compañeros y buenos profesores de los que aprender. Ahora me da la sensación de que muchos jóvenes pasan a profesionales con el oficio bastante aprendido, pero nosotros veníamos de otro ciclismo, un ciclismo de base menos desarrollado en el que no salíamos prácticamente del País Vasco para competir. El salto a profesionales era entonces un salto muy grande que daba un poco de vértigo y hacía falta un poco de adaptación, lógicamente.
HC: ¿Con quién te enganchaste al ciclismo?
Pello: A mí los que realmente me engancharon al ciclismo fueron los amigos de mi cuadrilla, que aún seguimos el mismo grupo de amigos juntos. Muchos empezamos con la Sociedad Gernikesa. Yo empecé sin ninguna intención de competir, con una bici que me había comprado para dar paseos con ellos. Te aficionas por casualidad. En la carretera, te enganchabas a rueda de los amigos, intentabas seguirlos y ellos mismos me animaron a empezar a empezar y competir. Al final, de ellos he sido el único que he podido darle continuidad en el campo profesional.

HC: Has pasado por unos cuantos equipos (Euskaltel, Caja Rural, Astana, Bahrain). ¿Cómo definirías cada uno de ellos? ¿En qué se diferencian?
Pello: Euskaltel era un proyecto peculiar, solo con ciclistas vascos, pero se sostuvo durante muchos años por la manera especial en que se vive el ciclismo en País Vasco, al grupo humano de la Fundación Euskadi y a una empresa que apostó por ello; se sacó un proyecto World Tour casi de la nada y para mí fue grande ser parte de ello.
Caja Rural es un equipo de casa, de desarrollo, en el que me sentí muy cómodo; llegué en el momento justo para coger confianza y verme en la disputa de mis primeras victorias. Fue un paso necesario para tener más convicción y ver que era capaz de ganar carreras.
Astana es un equipo con un carácter combativo que siempre quería tener presencia, estar en el ajo. No es un equipo que se conforme con ser espectador. Todos nos contagiábamos de ese estilo de correr y a mí me dio la posibilidad de ser más ambicioso, de empezar a creer en la posibilidad de pelear por Grandes Vueltas.
Bahrain es una estructura muy organizada y con todo muy medido, donde me he consolidado como ciclista, donde mayor regularidad he conseguido. Creo que es el equipo que venía buscando. Es una mezcla de nacionalidades, con muy buen equilibrio y que, pese a ser un equipo relativamente nuevo, quiere ser protagonista en cada carrera, como equipo de peso en el World Tour, tanto en clásicas como en vueltas.
HC: Coincidiste con Mikel Landa desde los primeros años. ¿Cómo es tu relación con él?
Pello: Desde juveniles, coincidí con Mikel, aunque en equipos rivales. En Naturgás ya estuvimos como compañeros de equipo. Después hemos coincidido como profesionales en Euskaltel (2011-2013) y en Bahrain-Victorious (2020-2022). Hemos hecho concentraciones en altura juntos. Como rivales o como compañeros de equipo, siempre hemos tenido muy buen trato.
HC: En el Giro 2020, fuiste el líder de Bahrain-Victorious y te quedaste cerca del podio. ¿Sientes que en Bahrain tienes suficientes oportunidades para liderar el equipo?
Pello: Con la pandemia, fui al Giro a última hora, después de correr el Tour con Mikel, donde fue 4º de la general. Entré en el equipo del Giro después del mundial para reforzar al equipo. No me siento limitado en el equipo. Cuando he podido ser el líder, lo he intentado aprovechar al máximo. En Astana también tuve oportunidades para compartir liderato con otros corredores e hice buenas clasificaciones generales. Este año también he tenido muchas oportunidades para liderar el equipo, como en País Vasco, en la Strade Bianche, en el UAE Tour… En Bahrain me han dado muchas oportunidades para liderar el equipo, incluso en solitario, como única opción. Cuando toca asumir esa responsabilidad, lo hago sin ningún problema. Se agradece la confianza del equipo, pero cuando hay que trabajar para otro capitán, no tengo ningún problema. A veces es incluso mejor estratégicamente compartir liderazgo y que el equipo pueda jugar con dos bazas.
HC: ¿Qué prefieres: un puesto en el top10 de Grandes Vueltas o ganar etapas?
Pello: Es complicado responder. Un puesto entre los 10 mejores de la general es muy trabajado y poco valorado. Una victoria de etapa puede ser algo bastante menos trabajado pero que te da más nombre, más repercusión. Se intentan combinar ambas cosas, pero en cuanto a trabajo y lo que supone clasificarse entre los diez mejores, yo le doy más valor, pese a que luzca menos finalmente.
HC: ¿Qué tipo de corredor te consideras? ¿Un escalador puro o, como demuestras, manejas más terrenos?
Pello: No me considero un escalador puro, ni contrarrelojista, ni clasicómano. Creo que soy un corredor muy regular y que pierdo poco en todos los terrenos, eso sería lo que más me caracteriza. Siempre me han considerado un corredor peligroso en grupos pequeños, pero últimamente me he centrado más en preparar las vueltas de 3 semanas, trabajando más la resistencia aeróbica y menos el “rush” final.

HC: ¿Cómo viviste esa situación de no ser seleccionado para los Juegos Olímpicos de Tokio en 2021?
Pello: Cuando un deportista se obceca y se centra tanto en un objetivo, como me pasó a mí con los Juegos, se pierde un poco la perspectiva. Le di muchísimo peso en el calendario a participar en los Juegos Olímpicos, me veía con muchas posibilidades de estar y hacerlo bien, pensaba que en la cabeza del seleccionador estaba entre los fijos porque me veía muy capaz para ese tipo de recorridos. Sentía que la preparación que llevaba en 2021 iba bien enfocada para llegar en las mejores condiciones a los Juegos. Cuando me llevé la sorpresa de no ser seleccionado, por mi parte fue una gran decepción por no poder demostrar lo que quería demostrar allí. Al final son cosas de las que se aprende. En su día ya expliqué por qué me dolió esa decisión, pero ya está superado y olvidado. No sé si en mi caso tendré más oportunidades, porque las Olimpiadas son cada cuatro años, pero los ciclistas tenemos un calendario muy amplio, difícil de abarcar, así que hay que centrarse por igual en los objetivos que nos presenta el equipo, que con eso ya bastante trabajo tenemos.
HC: Eres un habitual del Giro de Italia. ¿Qué supone el Giro para ti?
Pello: Para mí, de las tres Grandes Vueltas, el Giro es la más auténtica, la que más se parece a un ciclismo más antiguo, de atacar de lejos, de sorprender, de romper un poco los esquemas. Eso es lo que más me atrae del Giro. Allí se vive el ciclismo de una manera diferente. Quizá es la carrera en la que más cómodo me encuentro de las tres Grandes.
HC: ¿Y la Itzulia? ¿Cómo la vives?
Pello: La Itzulia es una carrera con mucho peso para mí en el calendario. Siempre intento llegar bien a ella, prepararme antes de seguir preparándome para el Giro. Siempre he querido ganar una etapa allí y por fin en 2022 lo he conseguido, a lo grande. Un recuerdo que siempre me va a quedar de allí, ganando al sprint a Alaphilippe. Ganar siempre sienta bien, pero una foto por delante del maillot arcoiris siempre le da un valor especial, más si cabe, por ser un rival de gran talla y ganarle en su terreno. Una victoria así me da confianza para meterme en llegadas de este tipo, al sprint en grupos pequeños. Mi objetivo este año era entrar en el podio. La Itzulia se decide siempre por pocos segundos, incluso en la última subida a Arrate, entre los 5 o 6 que estén metidos hasta el final. Ojalá llegue el año en el que esté peleando por el podio y por ganarla.
HC: ¿Qué puertos te han impresionado como ciclista?
Pello: Quizás el que más me ha impresionado es el Stelvio. Al inicio de la subida, no ves la cumbre, pero cuando la ves, es un puerto que te hace sentir muy pequeño y que mina mucho la moral por longitud del puerto y por la altura a la que se corona. Creo que es uno de los más difíciles que puedes encontrarte.
HC: ¿Y por tu tierra? ¿Qué subidas destacarías? ¿Haces algún circuito predeterminado por allí cuando entrenas?
Pello: Hay muchas en País Vasco, que, sin ser muy largas o exigentes, son muy duras. Por ejemplo, el puerto de Oiz (Balcón de Bizkaia), que se hizo en la Vuelta a España 2018. En la Itzulia también se hacen subidas impresionantes, con mucha afición y amigos que te hacen vivirlo al máximo. Uno de los jóvenes del equipo este año en la Itzulia, Edoardo Zambanini, que acaba de debutar, llegó con la piel de gallina por lo que vivió en la etapa final de Arrate. Para entrenar, suelo variar bastante y cambiar de zona, suele tocar adaptarse al grupo al que nos unimos para el entrenamiento, pero el circuito que más me gusta desde Gernika es iniciando la ruta hacia la costa, por la margen derecha, cruzando las playas de Laida y Laga, y subiendo después a la zona de Ereño y Navárniz, que son carreteras muy tranquilas, con poco tráfico, con un continuo sube y baja y cambiando el paisaje, viendo un poco el mar y también la montaña.
HC: ¿Cómo es un día de Pello cuando no está en la bici?
Pello: Normalmente, aunque no esté con la bici, es raro que no esté haciendo algo. No me gusta estar en casa. Me gusta viajar con mi mujer, salir a tomar algo entre amigos, ir a dar una vuelta por el monte o coger olas en la playa de Laga. Quieto en casa seguramente que no estaría.
HC: Si no fueras ciclista, ¿qué serías?
Pello: No sé qué sería. Mis estudios han ido también por la rama deportiva. Soy licenciado en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte, así que probablemente estaría en el sector de la educación, el tiempo libre o el deporte.
Entrevista: Jorge Matesanz
Foto de portada: Gian Mattia D’Alberto/ LaPresse / RCS Sport