El ciclista colombiano parece que ha empezado con buen pie la temporada 2023 y tiene ante sí el bonito reto de regresar al Tour de Francia, carrera en la que Esteban Chaves no compite desde que fuese 13º en la clasificación general final en el año 2021. No ha sido un gran lapso de tiempo con el corredor ahora del Education First ausente, pero sí que es un regreso altamente significativo, con una gran calidad y parece que consistencia por fin, y que vaya a formar parte del ocho que acompañe las opciones de Richard Carapaz en la gran prueba del calendario internacional es altamente ilusionante.
No es un mal Tour para él. Es más, es muy buen Tour para sus condiciones. Los puertos de toda índole le vienen bien, por lo que tantos los vascos como los Pirineos y Alpes se le van a ajustar como anillo al dedo. También la ausencia de contrarreloj, su gran talón de Aquiles. Y en esta edición tan sólo hay 22 kilómetros que además no tienen apenas llano. Aunque en este caso es indiferente porque sus opciones teóricamente estarán subordinadas a las necesidades de su gran líder y fichaje estrella del EF. El ecuatoriano tiene el reto de intentar suplantar a los dos grandes favoritos y para ello Jonathan Vaughters le va a rodear como la ocasión lo merece.
Chaves puede ser considerado ese último hombre, ese ciclista que esté en el grupo de los favoritos para preparar un ataque o cerrar otros. Ese gregario de alta importancia en contextos donde precisamente sus rivales por el podio es posible que también posean representación. Si Carapaz quiere hacer algo en Francia debe ser consciente de que necesita imperiosamente al mejor Esteban en las carreteras durante el mes de julio. Con esa intención ambos partirán de camino al Criterium du Dauphiné, en el que tomarán la salida para recobrar sensaciones y confianza e ir midiendo fuerzas con algunos de los que estarán disputando la alta montaña del Tour.

‘Chavito’ incluso podría buscar sus opciones de ganar etapa en el Tour de Francia, la única grande donde el de Bogotá aún no ha levantado los brazos. Estando en pelea por la clasificación general tendrá mucho menos margen de maniobra, pero si se deja ir en las etapas del inicio de la competición, propensas para ello, tal vez pueda ayudar al mismo tiempo al ecuatoriano con el fin de postrarse en el puesto de la clasificación más alto que sea posible y al mismo tiempo buscar sus propias opciones. A sus 33 años podía ser un objetivo más realista que buscar la clasificación general, algo que en principio no debería entrar en sus planes.
No han sido tantas sus incursiones en el Tour. Debutó en 2017, tras su gran año 2016 en el que fue segundo en el Giro y tercero en la Vuelta ante rivales de primer nivel. En la Vuelta dejó fuera del cajón a todo un Alberto Contador, que corría en casa y con mucha motivación después de decidir la carrera camino de Formigal. Pero en la etapa de Aitana, el entonces ciclistas de la estructura del Green Edge dio un golpe maestro que elevó esa temporada a la mejor que haya podido firmar. En su primer Tour pudo finalizar, aunque en una discreta 62ª posición. En ningún momento anduvo entre los mejores.
Tampoco en 2020, si bien sí que estuvo ciertamente más competitivo y cerca de los grupos cabeceros. Durante la primera semana formó parte del top ten y aunque después se diluyó un tanto, pudo terminar 23º en París. En 2021 las cosas fueron mejor y pudo hacer su Tour más regular, estando en todo momento (desde el primer día) en el top 20 de la general y tomando tiempo gracias a alguna escapada que le hizo incluso rozar el sueño del top ten, aunque por tiempo quedó bastante lejos. Vio, eso sí, cómo Richard Carapaz se convirtió en la gran alternativa a los dos grandes de este Tour. Ahí está el reto de nuevo.
Escrito por Lucrecio Sánchez
Foto de portada: EF / Interior: Itzulia 2023