Como el dueño y señor de la Vuelta, Evenepoel entró en la meta de la última llegada en alto como los campeones, ganando vestido de líder y sentenciando sino la general sí las dudas sobre su estado de forma en esta tercera semana. Etapa dieciocho, no lo olvidemos y el belga que está cada vez más cerca de llevarse a casa una Vuelta que lleva tres semanas haciendo kilómetros por España para en realidad acabar en la vecina Bélgica. Remco está fuerte y eso puede hacer que de segundo para abajo ya ni intenten pelear por el maillot rojo. Ayuso, a cinco minutos, es la siguiente amenaza. A decir verdad, no lo debería ser. Remco es el más fuerte, o al menos está tan fuerte como Enric Mas en puertos de este calado. El balear lo intentó con todo en su zona de seguridad, en el último kilómetro, y estuvo a un tris de soltar a su gran rival de rueda. Quería disputar la etapa, la bonificación y lanzar un mensaje. Sin embargo, el líder quería mandar otro. Al parecer, según el español habrían pactado y estaba ciertamente molesto. Otros afirman que le debería haber dejado ganar. ¿Ganar? También los 4″ de bonificación, ¿no? En el deporte profesional no hay regalos. Sobre todo cuando hay todavía tanto en juego.

De haber soltado a Remco, aún siendo unos segundos insignificantes, Enric hubiese creído en la empresa, en convertirse en campeón de una gran vuelta, casi nada. Última llegada en alto y no sólo no ha obtenido renta, sino que la ha perdido. Poco más de dos minutos que recuperar en la etapa de Guadarrama. ¿Tendrá terreno? ¿Y piernas? ¿Y voluntad? Es un día indigesto, no cabe duda, pero los puertos son los que son. Morcuera es el punto en el que sacar a Remco de punto. Cotos es terreno Remco, a no ser que el belga vaya como Dumoulin en 2015. Para llegar a la extenuación de un líder que te gana etapas de montaña hace falta andar muy duro y ponerle en apuros si no en forma de ataques, al menos en forma de presión.
Camino de Piornal se dieron circunstancias de ciclismo a la antigua. Una escapada numerosísima y de gran calidad partía de Trujillo. Puentes de todos los equipos implicados. Llegados al primer puerto, bautizado como La Desesperá (qué buen nombre para una subida de la última semana), surgió el portugués Almeida para plantear un órdago al resto de favoritos. O yo en el podio o al menos os voy a hacer sudar. Hizo dupla con McNulty, que no es ni mucho menos el del Tour, hasta que se lanzó en busca de su compañero Ivo Oliveira. Los dos portugueses no conllevaban especial peligro para el líder, que les observaba como las vacas al tren. Era un movimiento que estaba pidiendo compañía. Como todos miraron al cuentakilómetros y se dieron cuenta de que restaban ochenta a meta, dejaron que el de UAE hiciese hueco. El Quick Step ni se preocupó. Pronto el Movistar salió a resolver la papeleta. Después el Astana de Miguel Ángel López, que estaba en una posición superior al luso. El colombiano quemó todas sus naves e incluso lo intentó cerca de la cima del primer paso por El Piornal.

El que sufría era Carlos Rodríguez, que cedía unos metros y era empujado por su equipo para reintegrarse al pelotón, por llamarlo algo, de los mejores. Nos detenemos aquí. Una caída en la primera mitad de la etapa dejaba una escena dantesca. Jay Vine, el líder de la montaña, se iba a casa. El campeón de España se dio un buen tortazo también. Las imágenes daban grima, parecía más un disfraz de Halloween que una indumentaria ciclista. Un héroe por no bajarse de la bicicleta. Cedió únicamente un minuto y salvó el día. Escena similar precisamente al australiano en el Pico Villuercas en 2021. Los ciclistas están hechos de otra pasta. Carlos Rodríguez, aún yendo a menos, es un regalo por actitud y rendimiento. Un diez a su debut pase lo que pase. Miguel Ángel López, que necesitaba más pendiente en los puertos, ya está cuarto. El granadino va a ser un campeón espectacular. Ya lo es. Su compañero de generación, Juan Ayuso, fue valiente en la última subida, en la que primero sufrió, como suele. Mantiene el podio, aunque lo tendrá que sudar.
El recorrido de la etapa superó las expectativas y como se corrió a cuchillo, fue una auténtica tortura. Los favoritos llegaron en un pañuelo debido a la gran igualdad reinante y a que las rampas de los puertos no eran excesivamente duras. Pero entre las bajas que por unos u otros motivos está registrando la carrera y las numerosísimas escapadas con muy buenos ciclistas en ellas, permite que el pelotón esté auténticamente destrozado a las primeras de cambio. Ello es esperanzador para lo que resta de Vuelta, con el maillot rojo cada vez más afianzado aunque no exento de que una desgracia o un desfallecimiento inoportuno le hagan claudicar.

¿Y ahora? ¿Hay algo que hacer ante un líder que parece tan sólido? En primer lugar, sí, porque su equipo no es el más fuerte y tiene muchas fisuras por las que encontrarle las cosquillas. Las costuras de comienzan a mostrar cuando se le busca realmente el desfallecimiento. Aunque para llegar a él hay que llevar también tu cuerpo al límite y correr riesgos. Algo que en casa de Enric Mas no están dispuestos a asumir. Su segunda plaza está hipotecada y un resbalón sería un serio varapalo para los telefónicos. Su rival por la segunda plaza está a tres minutos, por lo que merece la pena arriesgar, no hay mucho que perder. Un ciclista además con las piernas que está mostrando el balear no tiene por qué temer un gran desfallecimiento. En todo caso, lo tendrían todos. Pero no vamos a cambiar la forma de ver el ciclismo que tienen algunos. Quizá por eso no se conecte tanto con el aficionado.
Los demás, a verlas venir. El podio parece que tiene pelea. Supermán tiene que jugársela allá donde pueda para recuperar tiempo sobre Juan Ayuso. Si el español es inteligente, que lo es, centraría su actividad en buscar la rueda del Astana. Es lo único que puede darle el podio. Si intenta ir a por la plaza de Enric Mas o la de Evenepoel, puede reventar y acabar pidiendo la hora. Hora que parece estar pidiendo a gritos Carlos Rodríguez. La terrible caída sufrida le dejará secuelas de imprevisible consecuencia. Que tenga fuerza para resistir y obtener premio a tan buena carrera. Los dos salen muy revalorizados. Piélago y Morcuera son las dos claves de este final apasionante de Vuelta. ¡Al abordaje!
Escrito por Jorge Matesanz
Fotos: Portada y última – Unipublic / Sprint Cycling Agency // Anteriores: Charly López