HC Historia

Fabio Casartelli, Raymond Poulidor y la maldición del Portet d’Aspet

Para una generación al completo, vivir el fallecimiento en directo del ciclista italiano Fabio Casartelli fue un absoluto trauma. Difícil que esas imágenes se olviden, más aún cuando el pudor y el decoro que en la actualidad se procura tener por parte de los medios a la hora de transmitir según qué imágenes no existía antes de la llegada de los años 2000. Muchos aficionados vivieron aquello como un antes y un después. El resto de la etapa dio igual, ya que el accidente que acabó con la vida del entonces campeón olímpico se produjo en los primeros compases de aquella mastodóntica etapa.

El pelotón partía de Saint Girons con la duda de si la ONCE iba a intentar poner en jaque al rey Induráin, que encontraba aquí su último escollo antes de proclamarse campeón de su quinto Tour. 206 kilómetros y nada menos que seis puertos: Portet d’Aspet, Mente, Peyresourde, Aspin, Tourmalet y Cauterets, donde triunfaría Richard Virenque y nada cambiaría en la general. En la bajada del primer puerto sucedió lo indeseable: un ciclista aparentemente del Motorola yacía bañado en un charco de sangre en mitad de la carretera.

Parecía que el inmóvil ciclista se había golpeado en la cabeza con un quitamiedos de piedra en el lateral de la carretera. Las imágenes eran terribles. El ciclista fue evacuado y se intentó todo por salvarle la vida. A los pocos minutos se confirmó la desgracia y se hizo el silencio. Fabio Casartelli había fallecido debido a la gravedad de las lesiones. Por suerte, la última desgracia de este tipo en el Tour de Francia, aunque no la última en grandes vueltas ni en carreras de una semana.

Fabio Casartelli asciende a Mende, tan sólo dos días antes de fallecer en el descenso del Portet d’Aspet © Sirotti

Fue precisamente en una de ellas donde Andrei Kivilev, kazajo y buen amigo de Vinokourov, perdió la vida. Desde entonces fue obligatorio el uso del casco. Aún así, ha habido más fallecimientos, pero todos ya con el casco, que no se podía retirar bajo ningún concepto. Ha costado años de sacrificios, pero una buena decisión. Aunque tardía. Un monumento en recuerdo del ciclista de Como se instaló entonces y durante años el pelotón paró a realizar una ofrenda floral en su honor.

No era la primera vez que la bajada del Portet d’Aspet daba problemas. Uno de los ciclistas más célebres del Tour de Francia, Raymond Poulidor, iba a sufrir una aparatosa caída en el descenso de este mítico (por lo trágico) puerto. Se trataba del año 1973, ese lapsus temporal en la trayectoria de Merckx en la carrera francesa en la que dejó el testigo del maillot amarillo a quien quiera que quisiese recogerlo. Luis Ocaña había sido el dominador dos años antes y partía como favorito. El conquense sufrió una caída letal en el vecino Col de Mente que provocó su abandono, vestido de amarillo, en el Tour.

La casualidad querría enviar a Raymond Poulidor a la misma habitación de hospital que al español tan sólo dos años más tarde. El galo cayó en la bajada del Portet d’Aspet y tuvo que ser rescatado por Jacques Goddet, el entonces director de la carrera, de un terraplén. Ensangrentado, con golpes muy aparatosos… pero vivo. Fue trasladado en ambulancia a Saint Girons y allí, como comentaba, reposó en el mismo lugar que Ocaña, que ganaría su primer y único Tour en aquella edición.

El mito de esta subida proviene de haber sido ascendida en 1910, año del estreno, por ejemplo, del Tourmalet y de los Pirineos. 55 veces ha sido cruzado en un sentido o en otro. Después del Tourmalet, el puerto de paso más transitado en la ronda gala. En 2018 se vivió otro susto importante con la caída de Philippe Gilbert en esta bajada. Quedó en eso, por suerte, pero la espectacularidad del accidente dejó helada la sangre de todos aquellos que vivieron en directo el de 1995.

Escrito por Lucrecio Sánchez

Foto de portada: Getty Images

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