Milán, 17 de marzo de 1974. Estamos en la víspera de la “Primavera”: la Milán-San Remo. Se están distribuyendo los dorsales y la cosa no va normal. Sólo se cuentan 13 ciclistas franceses inscritos. Y es que las escuadras galas han decidido cumplir su amenaza de boicotear la “Classicissima”.
De Milán no partirá ni el Peugeot de Bernard Thévenet, ni el Gan-Mercier de Raymond Poulidor y Joop Zoetemelk, ni el Bic de Gerben Kartens, ni el Sonolor-Gitane de Willy Tierlinck, ni el Jobo Lejeune de Pingeon.
La organización de la San Remo protesta. Sin embargo, es la AFCAS (la asociación francesa de constructores y asociados deportivos) quien ha tomado la irrevocable decisión: los equipos que estén a ella afiliados no tomarán la salida en ninguna carrera en la que se acepte la participación de las dos formaciones de Flandria.
Y es que el patrón de Cycles Flandria, Aimé Claeys, había constituido dos formaciones Flandria en dos países diferentes. Por un lado la belga; denominada Flandria-Carpenter-Confortluxe, estaba dirigida por Brick Schotte. Corrían en ella ciclistas de la talla de Freddy Maertens, Walter Godefroot y Ronald De Witte. El otro equipo Flandria estaba, sorprendentemente, adscrito a la federación francesa de ciclismo. Se llamaba Flandria-Shimano-Merlin Plage. En esta escuadra, bajo la batuta de Jacques Cadiou, se encuadraban corredores como Cyrille Guimard y Dierickx.
Claeys estimaba que no debía haber ningún problema. Según él, las dos formaciones eran entes distintos. Una estaba patrocinada por las máquinas de coser Flandria. La otra, por las bicicletas Flandria. Además, tanto la federación francesa como la belga habían aceptado conceder las licencias a los ciclistas de ambos equipos. Pero, ya en la carretera, ¿un ciclista del Flandria belga iba a correr en contra de los intereses de un corredor del Flandria francés? Ahí radicaba la protesta y el boicot de AFCAS.
Al día siguiente, el boicot se confirmaba. A estas ausencias se sumaba la de Eddy Merckx, enfermo. Incluso sobre la salida del entonces campeón del Mundo, Felice Gimondi, había dudas. Sobre él se decía que también estaba enfermo desde el final de la París-Niza. Pero he aquí que, a pesar de todas estas dudas, el maillot arco iris iba a ser el primero en cruzar la línea de meta en la Via Roma de San Remo.
“Ganar la Primavera con el maillot arco iris es una cosa indescriptible” afirmaba en meta el bergamasco. La euforia se había desatado en Via Roma. El público había saltado a la zona de meta y era la policía quien debía intervenir para rescatar a Gimondi de la multitud.
Cerca de cumplir sus 32 años, por fin. Felice Gimondi había podido hacer realidad la ilusión que tenía desde su debut en profesionales, hacía ya diez años. Lo había hecho atacando a 25 kilómetros de meta, cuando el resto de favoritos ya no le creían capaz. Le había metido casi 2 minutos al segundo, el belga Eric Leman. Felice Gimondi, en aquel entonces, se estaba asentando en el podio del imaginario ciclista italiano, junto a Gino Bartali y Fausto Coppi.
Respecto a los Flandria… AFCAS mantuvo su boicot de cara a las siguientes carreras. Se acercaba ya la París-Roubaix. Quizá ya fuese demasiado. Y antes de su celebración, Aimé Claeys fue quien cedió. Retiró el patrocinador Flandria de la escuadra francesa, que pasó a denominarse oficialmente y en los maillots como Shimano-Merlin Plage.
Escrito por: Raúl Ansó Arrobarren (@ranbarren)