En una de las crisis más importantes del ciclismo italiano aparece Filippo Zana, una de las joyas, para recuperar un tanto la ilusión del tiffosi, que sigue en espera de nuevos campeones que les arrastren al optimismo. Si bien la baja de Giulio Ciccone fue importante para el pelotón italiano porque pasa por ser una buena opción de ver a un transalpino luchar por los puestos cabeceros de la general junto a Damiano Caruso, ha habido otros ciclistas que tomaron la salida en Pescara con importancia en el pelotón internacional como Filippo Ganna, que no tuvo su Giro, o Jonathan Milan, ganador de una etapa y de la maglia ciclamino.
También brillaron Dainese (DSM) y Bais (Eolo Kometa), pero el gran triunfador transalpino en esta ocasión fue Filippo Zana. Ganó una de las etapas más duras y atractivas, además de hacerlo de poder a poder con un gran escalador como Thibaut Pinot, campeón de la montaña en esta edición y quinto clasificado final, lo cual indica su buen estado de forma. El ciclista del Team Jayco se elevó sobre la línea de meta además con la maglia de campeón nacional italiano, un hecho con más importancia y carga simbólica.

No quiere decir que Zana, quien ya venía prometiendo en categorías inferiores y en su paso a profesionales, vaya a resolver de un plumazo todos los problemas del ciclismo italiano. Tampoco hay que cargarle esa losa al cuello. Pero sí que es un ciclista que está en constante progresión, al que progresivamente se le ve más hecho y maduro y que ahora mismo está en ese nivel donde es capaz de pelear en fugas de montaña ante rivales que están a su vez disputando la clasificación general de la carrera. Traducción: que tiene fuerzas para estar con los mejores en los días clave.
Estamos hablando de un ciclista que ha dado el salto al World Tour esta misma temporada. Un fichaje por Jayco que le ha traído a un escenario repleto de estrellas y buenos ciclistas contra los que compite de forma constante. Volta y Romandía han sido sus últimas pruebas antes del Giro, por ejemplo. En Bardiani gozaba de libertad total y bajo esos colores consiguió la que hasta ese momento era su mejor victoria, que fue conseguir el Nacional en línea, con derecho a portar la tricolore durante un año, un honor absoluto para cualquier ciclista italiano.

Verle levantar los brazos en Val di Zoldo recordó a Vincenzo Nibali ganando el último Giro de Italia para un ciclista italiano en 2016 con una maglia algo más discreta, pero también correspondiente al campeón de Italia. Simbolismos que no tienen por qué apuntar en una misma dirección en las carreras de uno u otro ciclista, está claro. Pero sí que indican que fue una imagen que fácilmente puede evocar a la nostalgia de tiempos mejores. Y Zana promete al menos estar presente en esos escenarios para pelear por cosas. ¿Qué cosas? Es lo que el tiempo y el propio corredor se encargarán de decirnos.
No hay que olvidar qué éxitos ha logrado este ciclista en sus años como sub-23, en una época donde ya estaba en equipos Continentales, pero donde disfrutaba al tiempo de carreras como el Tour del Porvenir, donde fue tercero en 2021, cuando Carlos Rodríguez y Tobias Halland Johannessen estaban disputando el título en aquella última etapa de alta montaña en el San Bernardo, pero en el Petit y no en el polemizado Grand del Giro 2023. También simbolismos si se quiere. O paralelismos. Así que es un ciclista que viene cumpliendo los baremos que miden a las futuras estrellas y va pasando las barreras. ¿Cuál será la siguiente? Atentos a este ciclista.
Escrito por Lucrecio Sánchez
Fotos: RCS / LaPresse