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Freddy Maertens gana la Vuelta a España de 1977 y bate todos los registros

221 victorias corroboran que el belga Freddy Maertens fue uno de los mejores ciclistas belgas de la historia. Es más, esa categorización se podría ampliar al ámbito internacional, ya que el ex corredor de Nieuwpoort merece sin lugar a dudas entrar en cualquier top 20 de la historia. Un corredor sublime, con la mayor semejanza a Eddy Merckx que se ha podido ver.

Sobre todo en lo referente a las clásicas. No se prodigó mucho en las vueltas de tres semanas, si bien fue capaz de ser octavo en su primer Tour de Francia (corrió tres en toda su carrera) y de ganar en su única participación en la Vuelta a España, precisamente en el año 1977, la edición de la que vamos a hablar en este artículo.

Desde el 26 de abril hasta el 15 de mayo, día de San Isidro, la Vuelta recorrió España desde Murcia hasta Miranda de Ebro, una de las últimas organizadas por el diario El Correo Vasco. Valencia, Aragón, Catalunya, Navarra y País Vasco fueron la totalidad de las sedes, con excepción de esta última meta, instalada en la provincia de Burgos. Diecinueve etapas y un prólogo que fueron dominadas de principio a fin por Freddy Maertens, que tomó el novedoso maillot naranja de líder en Dehesa de Campoamor con una crono de apenas 8 kilómetros, y no lo soltó hasta proclamarse ganador de su primera y única grande en su carrera.

Batió muchos registros que hasta la fecha no han sido igualados ni de lejos. El primero y más evidente fue el número de etapas logradas por un mismo corredor en una misma edición. Fueron trece los triunfos y de todos los colores: La Manga, Murcia, El Saler, Teruel, Alcalá de Chivert, Tortosa, Salou, Barcelona por partida doble, Seu d’Urgel, Cordovilla y Miranda de Ebro, además del ya mencionado de Dehesa de Campoamor. Crono, sprint, montaña… fue netamente superior a todos sus rivales, por llamarlos de alguna manera, dada su superioridad.

© EFE

Batió el récord de etapas consecutivas en la ronda española, dejando el registro en cinco. En la parte final de la prueba se ‘relajó’ con las victorias, ya que de las 13 que logró en dicha edición, 10 las logró en los primeros 15 días de carrera. Únicamente ocho dejaron de llevar su firma, seguramente por permitir que los demás ciclistas tuvieran oportunidad de ganar y así lucir más su victoria, porque su forma era apoteósica y no había nadie que le hiciese sombra.

Catorce etapas se llevaron los belgas del Flandria. Una auténtica apisonadora los belgas. Entre las migajas que dejaron a los demás, una etapa fue a parar a Den Hertog, un neerlandés compañero de Luis Ocaña en el Frisol. Otra para otro neerlandés: Priem. Otra para el italiano Perletto y etapas ya españolas para Melero, Torres, Ordiales y Nazábal, todas muy al final de la prueba.

En la general su mayor rival era el español Miguel María Lasa, que terminó con un retraso de 2’51” sobre el belga. Una distancia que no era excesiva para lo aplastante de la victoria. Como el recorrido no ofrecía demasiada dureza, la diferencias no se dispararon en ningún momento. Lasa también era un ciclista muy rápido, por lo que sostuvo en cierta medida el empuje del belga, que se benefició de las bonificaciones para hacer un buen butrón.

En tercera posición finalizó el también ciclista del Teka cántabro Klaus-Peter Thaler, ciclista rápido y alemán occidental, a 3’23”. Perurena y López Viejo, del mítico KAS, finalizaron 4º y 5º respectivamente, con Pollentier siendo sexto y un novedoso australiano como Gary Clively, primer aussie en insertarse en el top ten de la Vuelta, en séptimo lugar.

El belga duplicó los registros del segundo y arrasó en la clasificación por puntos, como era lógico. También en las metas volantes. Es una de las victorias más aplastantes que se recuerdan en una gran vuelta, dominando todos los terrenos y permitiendo muy poco margen a los demás ciclistas para que ni siquiera se planteasen batirle. Y eso que la nómina de corredores tampoco era mala del todo, que Joaquim Agostinho lideraba al Teka, o Luis Ocaña, aunque ya muy venido a menos, al Frisol holandés.

Escrito por Lucrecio Sánchez

Foto de portada: Hans Peters, NL-HaNA, ANEFO, CC BY-SA 3.0 NL, via Wikimedia Commons

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