– NO –
Es uno de mis puertos predilectos y reconozco que siempre he sido más que favorable a su inclusión en la Vuelta. No hay muchos puertos de este calibre no sólo en España, sino en Europa. Comprendo que todo tiene un precio, un coste (no sólo económico) y era muy difícil realizar una meta en esa subida sin unas mínimas adaptaciones. Entre eso y lo que finalmente se ha llevado a cabo en el alto hay una diferencia significativa. Creo que debe haber soluciones para adaptar el ciclismo a la naturaleza y no al contrario. Porque creo que así debería ser. Siendo consciente de que estas acciones tienen lugar más de una vez y que por un lado sirven a los visitantes de estas cimas a lo largo del año para disfrutarlas en mejor estado.
Si Asturias no tuviese montañas preparadas de sobra para acoger a la Vuelta con todas las garantías, podría entender que fuese necesaria esta inversión en mejorar las infraestructuras y sumar al Principado en la carrera por la Vuelta. Pero no es el caso. Todos los años vemos finales muy interesantes, descubriendo además muchos puertos nuevos que no requieren de un desmonte similar: Angliru, Cubilla, Pajares, Cuitu Negro, Cotobello… todos además en un radio de acción pequeño. Entiendo que se habrá intentado minimizar el impacto, no me cabe duda, pero la modificación del paisaje no me parece, para nada, positiva. Y en este caso, excesiva.
Es cierto que otras cordilleras como los Alpes o, en menor medida, los Pirineos tienen múltiples accesos a estaciones de esquí. Con carreteras, instalaciones, parkings, etc. Asturias tiene menos estaciones, pero tiene otros lugares con buenos accesos como puedan ser los Lagos de Covadonga o los de Somiedo, perfectamente preparados para recibir a la caravana ciclista. Es más, la recibieron el año pasado y la reciben este.
Con la construcción de estas facilidades de acceso estamos restando un encanto distintivo que posee de momento esta montaña, y es el escaso tráfico de coches. Sí de bicicletas. Además de que la plataforma no está preparada para este futuro ajetreo dada la estrechez de la misma (caben dos coches con mucha dificultad), se va a perder uno de los pocos reductos de disfrute por parte de los cicloturistas. En mi opinión, es un precio muy alto. Al menos, esperemos que este sacrificio merezca la pena y que, por supuesto, se apueste por esta montaña en futuras ediciones.
Escrito por: Jorge Matesanz (@jorge_matesanz)
– SÍ –
Tuve claro, desde siempre, mi posicionamiento a favor de la llegada de la competición ciclista al Gamoniteiru… Siempre, hasta la pandemia, porque en una época de escasez, de cierre de negocios, de crisis, me parecía descabellado que se intentara un final de etapa con el consiguiente gasto en preparar explanadas. Porque el Gamoniteiru, hasta hace unos días, era inviable como final de etapa por su ya conocida escasez de espacio. Y no, no nos pongamos en el papel de organizadores para ubicar espacio donde el director de la Vuelta ha dicho en multitud de ocasiones que era inviable. Logísticamente era imposible y se podía comprobar fácilmente. No, una Vuelta no es una kedada de amigos (y hemos hecho muchas allí arriba). El organizador solicitó y la administración concedió. No hay más.
Llegados a este punto en el que las distintas administraciones hacen todo lo posible para que la Vuelta llegue al Gamoniteiru, cabría preguntarse de qué manera han rentabilizado o mejorado el resto de ascensiones que la carrera ha visitado en los últimos tiempos. Porque a Guillén se le puede achacar que la Vuelta no vuelva a determinados lugares, pero en el “olvido” de los Coto Bello, Cuitunigru, Sotres o Ermita de Alba también hay que culpar a todos aquellos que se movilizan para hacer un final de etapa en un momento dado. ¿Alguien se ha dado un paseo por el puerto de la Cubilla y su infame carretera, dos años después de ser final de etapa? ¿Se ha molestado, en estos últimos años, el Ayuntamiento de Lena, en exigir la reparación de la carretera, como sí planteó una y otra vez, cuando era noticia que la Vuelta llegaría a la cima lenense?
La Vuelta 2021 pudo haber llegado perfectamente al Cuitunigru, sin necesidad de más arreglos, sin necesidad de obras y más obras, con equipamientos y vías suficientes de evacuación, con sus dosis de rampas. Pero la Administración optó por Gamoniteiru, y a ese “caramelo” es muy difícil resistirse, y, lógicamente, Unipublic no lo iba a hacer porque sabe bien de la dureza y realce que puede dar una ascensión como esa.
Las fotos que inundan las redes sobre las explanadas del Gamoniteiru hablan de destrozo ambiental, no como ocurre con los aparcamientos y equipamientos de Farrapona, Lagos de Covadonga, de las estaciones de esquí de Valgrande-Pajares y Fuentes de Invierno (y Cebolledo), dos estaciones en un mismo puerto, ambas por debajo de los 2000 metros de altitud… Y eso hablando sólo de Asturias.
Por supuesto mi voto es afirmativo a la llegada al Gamoniteiru, pero también es hora de ir poniendo coto al estreno sucesivo de ascensiones año a año y caída en el olvido en poco tiempo. Hay que aprovechar las infraestructuras y el desembolso hecho para una llegada, tanto para que la competición vuelva, como para mejorar, lógicamente, el turismo de la zona.
Escrito por Marce Montero (39×28.com)
Foto: Vane Arranz (@vanearranz)