Ciclistas Femenino

Hasta luego, Lucas.

Aunque tras un simple parpadeo pueda no parecerlo, este titular destila ciclismo por los cuatro costados. Más concretamente está vinculado a la disciplina olímpica de ruta de la que estamos siendo testigos estos días.

No versa pues sobre el personaje ficticio animado de Warner Bros, ni sobre el creador de dos de las sagas filmográficas «hollywodienses» más aclamadas. Ni tampoco del político soriano, delfín regional del expresidente Aznar. Nos referimos a un joven estadounidense intensamente ligado al movimiento olímpico, al hijo de la vigente campeona olímpica en lucha contra el crono.

En apenas unas horas se pondrá en juego el cetro olímpico contrarreloj, cetro que ha permanecido durante casi trece años bajo los dominios de Kristin Armstrong. Este miércoles tendremos nueva campeona olímpica contrarreloj y es que por primera vez desde Atenas 2004 Armstrong no estará en los JJ. OO. 

La estadounidense tardó ocho años en poner el broche final a su carrera, y lo hizo tras lograr el three-peat en Río 2016. Y es que al punto final del tercer oro olímpico en Río no le siguen otros dos puntos suspensivos, ¿verdad?

Al inconmensurable mérito de lograr tres oros olímpicos consecutivos en contrarreloj individual debemos sumar el hecho de hacerlo habiéndose retirado del ciclismo en dos ocasiones. La primera, en 2009 para formar una familia.

Tras ser madre a finales de 2010, quiso mostrar a su hijo Lucas quién era su madre, regresando al ciclismo profesional en 2011 con el claro objetivo de luchar por la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Londres de 2012.

La ciclista norteamericana logró su propósito, igualando el doblete logrado por la neerlandesa Zijlaard-van Moorsel en Sydney 2000 y Atenas 2004. Armstrong subía entonces al podio de Londres acompañada de su hijo Lucas. Tras recibir su segundo oro ponía fin, por segunda vez, a su carrera ciclista profesional.

Pero una vez más la estadounidense sintió los cantos de sirena ante el mayúsculo reto de desempatar con la neerlandesa Zijlaard-van Moorsel y anunció su regreso en 2015, antes de la cita olímpica de Río. A sus casi 43 años de edad y a pesar de la incertidumbre y polémicas surgidas durante la selección olímpica, Armstrong culminó su gesta.

Así la cita brasileña nos volvió a dejar otra serie de instantáneas para la historia, con el ya no tan pequeño Lucas disfrutando el éxito de su madre, mirando absorto la presea de oro recién lograda. 

Quien sabe si quizás esa instantánea hubiera podido perpetuarse también en Tokio 2020 si la situación – pandémica – fuera otra, de la mano de alguna de las pupilas de la tenesiana: la biker Haley Batten o la pistard Emma White.

Lo cierto es que en Tokio no estará Kristin Armstrong. Se abre la veda. ¿Será capaz Chloe Dygert de seguir los pasos de su compatriota y dejar a un lado su grave lesión de los pasados campeonatos del mundo de carretera? ¿Se desquitarán las neerlandesas, y en especial Annemiek van Vleuten, tras el agridulce sabor de la prueba en línea? ¿Logrará van der Breggen el único oro que le falta – si es que acaso puede decirse que le falte algo – en su palmarés?

¿Será la suiza Marlen Reusser la que culminé su gran progresión en la modalidad con el primer peldaño en Tokio? ¿O la cita nos deparará otra sorpresa como la del domingo? ¿Será el día de la veterana campeona del mundo Amber Neben?

Escrito por Diego Martín (@MartinTheCaleb)
Foto: Sirotti

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