Los sueños están para cumplirse y si el dolor es un mero tramite, muchos están dispuestos a pasarlo para llegar al éxito. Uno de los corredores que nos ha demostrado durante toda su carrera la garra y el sacrificio que esto supone, ha sido Ryder Hesjedal, nuestro gran protagonista de hoy. Hace mucho tiempo que se acabó la carrera de uno de los grandes animadores de la última década, y no está de más pararse a recordar sus éxitos deportivos.
Hace ya muchos años que comienza la carrera de este corredor. Concretamente en 2004, cuando tras pasar por la cantera del Rabobank ficha por el US Postal Service. Una temporada que casi pasó en blanco para él, que preparaba las olimpiadas en la categoría de XCO (Ryder ha sido sub-campeón del mundo de XCO en la categoría junior y sub23). No logró su objetivo, tras un fallo mecánico y muchas vueltas en cabeza. Así pues, comenzaba su sueño por brillar en la carretera.
En 2005 militaría en el Discovery Channel, mismo equipo con distinto patrocinador. Una temporada bastante escasa de resultados para el corredor canadiense, en un equipo que se debía completamente a la sombra de Lance Armstrong. Ya en 2006 cambiaba de equipo, ponía rumbo al Phonak Hearing Systems, y los resultados empezaban a asomar. Era 4º en la Volta Ciclista a Catalunya y se dejó ver en varias etapas de La Vuelta a España, hasta su retirada, demostrando que lo suyo eran las carreras de tres semanas.
En 2007 la desaparición de su equipo lo dejaba sin contrato y sin muchos equipos detrás de él. Mala temporada en el Health Net Presented By Maxxis. Pese a todo demostraba un aumento progresivo de su calidad, siendo 7º en el Tour of Georgia y 10º en el Tour de California. Ya en 2008 pondría rumbo al Team Garmin, equipo que le dio sus mayores éxitos y en el que ha estado hasta 2014.
Tras un 2008 de adaptación, donde dio golpes de calidad, entre otros fue 8º en la Tirreno-Adriatico, fue en 2009 cuando empezamos ver al Ryder más puro, el hombre que no sabía lo que era el dolor y siempre tenía un golpe de riñón más. 11º en Tour Down Under, 10º en Monte Paschi Eroica, 8º en Tirreno, 4º en la clásica de San Sebastián y una victoria en La Vuelta a España.
Ya comienza 2010 como un hombre consolidado en el pelotón. Con aspiraciones claras en las grandes vueltas. Gran camino que hizo hasta el Tour: 6º Volta Ciclista Catalunya, 2º Amstel Gold Race, 9º Flecha Wallonne, 5º Amgen Tour of California y un 5º puesto en la general final del Tour de Francia, algo que le haría auparse dentro del pelotón y que fuera respetado por todos. Fue la primera gran vuelta que tuvo en las piernas Ryder, a base de esfuerzo y sacrificio. El año concluyó de gran manera, con un 6º en San Sebastian, 4º en GP Quebec y 3º en GP Montreal.
Comenzaba bien el 2011 de Ryder, dejándose ver en las semiclásicas españolas de principio de año. A partir de ahí se fue desvaneciendo su imagen, solo dejándose ver en el Criterium Internacional, donde fue 7º, o en la Vuelta al Pais Vasco, donde acabo 9º en la general. Ni clásicas ni vueltas de una semana, su camino hacia el Tour era evidente, llegar al 100%. Pero todo no fue de color de rosa, las piernas no llegaron hasta finales del Tour, ayudando a lograr la victoria a su compañero de equipo, Thor Hushovd, en la etapa de Gap y siendo 9º en Alpe d’Huez, para concluir 17º en la general final, lejos de su objetivo. Con esto concluía una temporada realmente mala para lo que había demostrado el año anterior.
Comenzaba entonces su año de oro, el 2012. Año intenso con nuevos objetivos. Esta vez la temporada se dirigía hacia la Corsa Rosa, hacia el Giro d’Italia. Comenzaba verde el año para Ryder, que realmente no arrancó ningún gran resultado hasta el mismo Giro. Pero en la tercera etapa del Giro, todo cambió. Su equipo ganaba la contrarreloj por equipos y dejaba en grandes puestos a sus hombres, para que, en la 7º etapa, acabada en Lago Lanceno, Ryder se pusiese de líder. A partir de ahí la historia la conocemos todos. Vivimos una bella pelea esa temporada con nuestro Joaquim Rodríguez, donde se sucedieron los cambios de maillot entre ambos, hasta que en la contrarreloj individual por las calles de Milán, Ryder se pusiese por última vez el maillot rosa de ese Giro, arrebatándoselo a Purito por solo 16 segundos. Tras aquel Giro, poco que destacar aquel año, retirada en el Tour y una 6º plaza en Lombardía.
Y después de la tempestad… llega la calma. 2013 no fue un gran año para Ryder, a nivel deportivo, a la sombra de su compañero Dan Martin en gran parte de las pruebas. Las caídas en el Giro le obligaron a retirarse y en el Tour de Francia, una costilla fracturada lo torturó a lo largo de toda la prueba, acabando solamente el 70º en la general, pero dando seña de su garra en muchas etapas.
Comenzaba entonces 2014 con ganas de redimirse. Comienzo pobre de temporada hasta llegar al Giro d’Italia. En la prueba rosa la irregularidad le dejó lejos de los primeros puestos, acabando 9º en la general final y dejándose ver en la mayoría de etapas de alta montaña. Sin correr el Tour, acudió a La Vuelta a España. Sin objetivos en la general, se dejó ver en una gran cantidad de etapas, logrando un segundo puesto en Alcaudete y llevándose la victoria en La Camperona.
Llegó 2015 y su último gran intento al Giro d’Italia defendiendo los colores del Cannondale-Garmin. El Giro comenzó mal para él, dejándose ver en el vagón de cola en muchas ocasiones y perdiendo tiempo importante en las primeras etapas, pero las piernas llegaron a final de vuelta, mostrándose uno de los corredores más completos y acabando en la 5ª posición final. Corrió también el Tour de Francia, sin pretensiones, buscando la victoria de etapa y ayudando a Andrew Talansky en la pelea por la general. Casi lo consiguió en la etapa 20ª, en Alpe d’Huez, siendo superado solamente por Thibaut Pinot, que fue como un tiro en la escapada y por un Nairo Quintana que aquel día intentó arrebatar el Tour a Froome. Posiblemente el último día que vimos brillar y sufrir a Ryder, una etapa para recordar.
Poco se puede comentar ya del 2016, su último año y defendiendo los colores del Trek-Segafredo. Una temporada que lo sentenció como ciclista, sin resultados y apenas sin dejarse ver en el pelotón. A final de temporada decidió que este sería su último año, un adiós a un ciclista que lo ha dado todo por un deporte que amaba, y nos ha dejado imágenes espectaculares
Poco sabemos de sus años posteriores, tras su retirada. Sigue ligado al ciclismo y disfrutando del mismo, gracias al gravel. Un ciclista que soñaba bajo su bandera, y que nos hizo vibrar. Siempre recordado.
Escrito por: Sergio Fernández Yustos (@sergioyustos_)
Foto: Sirotti