Lizarte es una de las grandes canteras del ciclismo español. El ciclismo del norte tiene ahí un gran vivero del que se alimenta el conocido como el equipo A, que es el Kern-Pharma. Han sido bastantes los que han hecho ese viaje y están ahora en la ‘segunda’ división de ese ciclismo que poco a poco se acerca y se aleja al mismo tiempo de la ‘primera’. Encuadrado en un equipo con buen presente y mejor futuro, Igor Arrieta se está constituyendo como una de las perlas del pelotón español. Un ciclismo que hasta hace pocas fechas se encontraba ‘desahuciado’ y en búsqueda de nuevos referentes.
La irrupción de Juan Ayuso ha aportado ilusión, ganas de conformar una generación. De hecho, Igor y el corredor de UAE nacen en el año 2002, con Carlos Rodríguez naciendo tan sólo un año antes. Son nuevos talentos del siglo XXI, con el de Ineos siendo el primer corredor de España ganando en el World Tour habiendo nacido ya en el presente siglo. Un hito que poco a poco tiene que quedar en el olvido, puesto que esta generación progresivamente tiene que ir dejando de lado a los Landa, Peio, Mas, etc. Y es que cada vez son más precoces estos campeones.
Igor se está subiendo al carro de la ilusión. Con la tranquilidad que da el estar en un equipo que apenas ejerce presión sobre los jóvenes talentos. No hay presión por el resultado y eso permite crecer a la velocidad adecuada. Mientras tanto, todo lo que el ciclista, el equipo y los aficionados nos llevemos a la boca es más que bienvenido. El Tour de Romandía firmado por Arrieta, un apellido que nos recuerda a célebres gregarios de los años 90, fue sublime, luchando cara a cara con la segunda unidad de célebres estrellas del pelotón internacional. Y no desentonando en absoluto, más aún si recordamos que el navarro de Uharte-Arakil tiene aún 19 años (cumple 20 en diciembre).
Asombroso el futuro que le espera al ex-campeón de España en contrarreloj en la categoría sub-23. Un Igor que ya se ha clasificado sexto en la Vuelta Asturias, donde la participación de ilustres fue realmente interesante, lo cual añade mucho mérito al logro. Podría ser casualidad o un estado de forma, pero es el hecho de haber firmado también una séptima plaza en O Gran Camiño. Pero siempre puede quedar la disculpa de que son pruebas de segunda o en vías de desarrollo. Incontestable su cuarto puesto en una de las etapas más duras de Romandía.
Y no sólo en la moda Arrieta del nuevo renacer del ciclismo patrio, sino en la onda de los nuevos talentos a nivel internacional, multidisciplinares, al menos en origen. Y es que Igor procede del ciclocrós, con grandes resultados en juniors.
¿Qué nos deparará el futuro? Nunca lo sabremos con antelación, pero si conserva la calma y busca crecer sin dar pasos demasiado grandes, puede ser uno de los mejores ciclistas de su generación sin ninguna duda. Siendo un buen escalador, debe también buscar objetivos realistas para ir avanzando quizás en generales, ya que está demostrando también buen poder de recuperación entre etapas. Sin presión, sin techo.
Escrito por: Lucrecio Sánchez (@Lucre_Sanchez)
Foto: SprintCyclingAgency / Equipo Kern Pharma