Los prolegómenos de la Vuelta a España de 1996
El miércoles 21 de agosto de 1996 la localidad burgalesa de Miranda de Ebro acogía la meta de la tercera etapa de la Vuelta a Burgos. El holandés Jan Koerts del modesto equipo Palmans ganaba aquel parcial. Para su desgracia, en unos momentos, esa victoria iba a ser lo de menos. En una fugaz e histórica entrevista realizada por el periodista de TVE Pedro González a Miguel Induráin, en el mismo set de televisión una vez concluida la etapa, saltaba la noticia. La noticia con mayúsculas. Pero, ¿era eso una noticia? Muchos así lo consideraron entonces. Sin embargo, ya hemos podido comprobar, en los cuatro capítulos anteriores, que las desavenencias entre Miguel Induráin y sus directores deportivos ya llevaban casi un año larvándose.
Fue en dicha entrevista donde Miguel Induráin anunció que iba a participar en la inminente edición Vuelta a España. La anécdota fue la atónita reacción del entrevistador (Pedro González) cuando Miguel afirmaba que iba a participar pero de forma obligada por la dirección de Banesto. La noticia, la forma en la que dio a conocer Miguel, las consecuencias que podían tener aquellas declaraciones… corrieron como la pólvora. Don Miguel Induráin Larraya. La corrección y el saber estar personificado. El prototipo de no haber jamás levantado la voz. El prototipo de no haber jamás dado lugar a un titular o a algo que pudiese generar la menor polémica. ¿Hasta qué punto había debido aguantar presiones para que ese tipo de persona se desfogase así, de esa manera, en directo, delante de unas cámaras, y ante cientos de miles de espectadores? Ya no había forma de encubrir nada. La guerra, que durante casi un año la mayoría de medios de comunicación habían tratado de ocultar, por fin saltaba a la luz.
Como ya dijimos en el capítulo primero de esta serie, Miguel Induráin, junto con sus preparadores, acumulaba suficiente experiencia para preparar el Tour de Francia y llegar a su salida en las mejores condiciones. Que la preparación para afrontar aquel Tour de 1996 fue la correcta quedó suficientemente acreditado en el Dauphiné Libéré con su victoria ante Rominger y Virenque. Las elucubraciones de por qué no ganó aquel Tour llenarían páginas y páginas. Lo dejaremos por tanto para otra ocasión. El reto para Miguel era histórico: ser el primer ciclista en ganar seis Tours y además de manera consecutiva. Un Tour que, además, le rendía una especie de homenaje al transitar su trazado por la mismísima puerta de la casa de sus padres y por las carreteras donde él entrenaba (y sigue entrenando en la actualidad) habitualmente. Dentro de su grupo de preparadores se incluía al doctor Sabino Padilla. Pero sólo a título particular. Había sido sacado del staff técnico de Banesto cara a esa temporada 1996. Aquella no victoria de Miguel ante un reto de tamaña enjundia, un reto en el que sin duda empleó todas sus fuerzas psíquicas y físicas, sin duda le habría supuesto un terrible desgaste. ¿Qué motivación podría tener Miguel Induráin para participar en una gran ronda por etapas en el mes de Septiembre con esos antecedentes? Él, que tantos triunfos y tanta publicidad había generado a sus patrocinadores, ¿merecía ese trato por parte de sus directores deportivos como de sus jefes no estrictamente deportivos?
Los hechos, además, contrastaban con anteriores declaraciones: la tradicional forma de afrontar el tema de la participación o no en la Vuelta a España por parte de los jefes de fila de la estructura de Echávarri tanto en Reynolds como en Banesto. Tanto con Pedro Delgado como con Miguel Induráin. En una entrevista en la revista francesa Vélo en noviembre de 1992 Echávarri afirmaba: “Miguel Induráin debe intentar ganar la Vuelta cuando se den las condiciones idóneas. Y esas condiciones son: la forma en que se encuentre en ese momento, el clima y el recorrido”. Al año siguiente, en otra entrevista concedida ahora a Meta2Mil el director de Abárzuza declaraba:”Poner la Vuelta en septiembre supone una gran extorsión para los ciclistas porque para ese mes llegan muy cargados de kilómetros y con pocas ganar se meterse una vuelta de tres semanas. La Vuelta en septiembre es una reválida para que los que no hayan aprobado en junio o julio puedan hacerlo en septiembre, y si vuelven a suspender aquí, una de dos: o la casa comercial repite curso o se va al garete” Incluso ya en 1996, durante la presentación en febrero del equipo, era ahora Eusebio Unzué quien afirmaba: “Sobre el resto del calendario post-Tour todo está aplazado para después de la carrera francesa. Todo gira en torno a Miguel y será lo que él decida”.
¿Y las declaraciones posteriores al “día de los hechos”? Reflejaban la tensión que se vivía dentro del equipo bancario. Una situación hasta entonces insólita en ese grupo, al menos cara al exterior. Además denotaban que no había mucho diálogo interno. Los asuntos se dirimían con las declaraciones a la prensa de los protagonistas implicados. Aireando trapos sucios. Lo nunca visto en esa casa.
Echávarri en Mundo Deportivo: “Ha decidido (Induráin) libremente. Si él se hubiese negado a ir, no habría ido y punto. Nosotros sólo intentamos hacerle ver que la Vuelta es la mejor preparación para el Mundial de Lugano” La respuesta a esto la daba Induráin en Marca: “¿El Mundial? De eso ni hablar, bastante tengo con la Vuelta. Estaba pendiente de esta decisión y una vez tomada, el Mundial queda en un segundo plano. Podría haber hecho una preparación como el año pasado (1995), una preparación diferente a correr la Vuelta, así que ya veremos como la acabo”. Unzué también intervenía en la polémica en el Marca:”Había que ir a Yugoslavia o Polonia para preparar el Mundial. No había alternativa deportiva, aunque si disputa la Vuelta a tope tampoco es la mejor preparación para el Mundial”. Sin comentarios.
En El Mundo Induráin declaraba:”Siempre he elegido el calendario que más me ha convenido. Este año elegí uno parecido al de la temporada pasada. En los años que llevo en el equipo era libre de elegir el calendario, pero ha cambiado la historia”. Y en Diario de Burgos añadía: “Han venido unas órdenes que hay que acatar y no se puede hacer nada”. Y hubo más perlas de idéntica naturaleza…
Como apunte histórico y como prueba de la polémica originada en aquellos días, aquí va parte del editorial de Meta2Mil firmado por Chema Rodríguez: “Con este sí forzado se rompe definitivamente el idilio entre los clónicos Echávarri-Unzué y el ciclista Induráin, deteriorado desde el fallido y también forzado intento del récord de la hora de Colombia (…) Echávarri y Unzué recibieron el “deseo” de la cúpula de Banesto, y ya se sabe que los deseos de los jefes son órdenes para quienes no están dispuestos a sacrificar su futuro junto al del faraón. Apenas un mes después de advertir amenazantes a los periodistas “que nadie quiera enterrar a Miguel antes de tiempo”, son sus propios técnicos quienes han empezado a cavar la fosa, al obligarle a tomar la salida en una prueba tremendamente dura y exigente que tampoco este año estaba en el calendario de Induráin. El ciclismo, ya de por sí duro, se hace odioso cuando no se practica por propia voluntad. “Todos tenemos que ser respetuosos con la voluntad de Miguel”, decían sus técnicos recriminando a los osados organizadores, aficionados y periodistas que en los últimos cuatro años abogaban por la presencia del navarro en la ronda española. ¿Qué pasa ahora con la voluntad de Miguel? ¿Qué ha cambiado para que de repente se anteponga el deseo de la afición, de los organizadores y de algunos periodistas, al del propio ciclista? José Miguel Echávarri, consumado maestro en pareados y frasecillas de doble intención, al que no le ha importado liberar mil veces la palabra del pensamiento a la hora de vestir su conveniencia, solamente está siendo consecuente con una de sus célebres sentencias: La Vuelta, en septiembre, sólo es para quienes no aprueban en julio. ¿Es por eso por lo que se le obliga a Induráin, por no haber ganado el Tour? ¿Pero no quedamos que Miguel había sido todavía más grande en la derrota que en la victoria? La variación del discurso llega a confundir”
En la sexta entrada de este serial veremos cómo le fue a Miguel en la Vuelta a España de aquel año y otros detalles posteriores a la retirada del ciclista español con mejor palmarés hasta nuestros días.
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Escrito por: Raúl Ansó Arrobarren (@ranbarren)
Foto: Sirotti
Publicado originalmente en roadandmud.com