Durante años hemos visto como los kilómetros contra el cronometro han ido en descenso en todas las carreras por etapas, ya fuera en las vueltas de tres semanas o en las de menor número de jornadas. Por eso una de las noticias cuando se presentó la edición de 2021 de la Volta a Catalunya, fue la inclusión en el recorrido de una etapa contra el crono, la segunda de las mismas en los alrededores de Banyoles.
Por el contrario, hace treinta años era normal que la disciplina contrarreloj fuera imprescindible en la mayor parte de los recorridos de las carreras por etapas. En 1991, la Volta Ciclista a Catalunya se celebraba en el mes de septiembre, por esa época la temporada ya afrontaba su parte final y la Volta se perfilaba como una de las últimas citas de importancia de la misma. En este caso el recorrido contaba con dos etapas de lucha contra el crono, la primera por equipos, de diecisiete kilómetros en Manresa, y otra de ellas individual de veinticinco kilómetros por las calles de Tarragona, y ambas contaban como decisivas para el resultado en la clasificación general final. En líneas generales, el trazado de la ronda catalana ha cambiado mucho con respecto a esas ediciones, con apenas una jornada montañosa, y además de las contrarrelojes citadas, los otros parciales estaban destinados a un sprint masivo.
En esa 71 edición de la Volta un nombre propio brillaba por encima de los demás en la salida de Manresa. Nada menos que el reciente vencedor del Tour de Francia, Miguel Induráin, que ya había conseguido tres años antes vencer en tierras catalanas y que según declaraba a la prensa veía como propicia la carrera, sobre todo teniendo en cuenta el recorrido. Al navarro le acompañaba en Banesto la figura del carismático Pedro Delgado, otrora líder indiscutible de la estructura de José Miguel Echavarri, ahora obviamente un paso por debajo de Induráin.
Al comenzar con una crono por equipos, las miradas estaban puestas en los neerlandeses del Panasonic, escuadra de potentes rodadores y experimentada en esas lides. Sin embargo, un solo segundo separaba en la clasificación al equipo de Maurizio Fondriest del conjunto ONCE. El equipo de Manolo Sainz también se defendía de forma magistral en la especialidad, y colocaba a Marino Lejarreta vencedor en la Volta un par de años antes, con el maillot blanquiverde de líder. El equipo español que además de Lejarreta contaba en su alineación con el actual vencedor de la Vuelta Ciclista a España, Melcior Mauri, en la prueba de su tierra, se postulaba como favorito y posible rival para el Banesto de Miguel Induráin, no obstante, el catalán venia afectado por unas quemaduras sufridas en el mes de agosto y el mismo no estaba seguro de su rendimiento.
Los siguientes parciales, no tuvieron excesiva historia con respecto a la resolución de la clasificación general. Especialistas en las volatas fueron los protagonistas, como Mathieu Hermans vencedor en la segunda jornada, o el italiano Fondriest, que se impuso en los dos sectores de la tercera etapa, cogiendo el liderato por un segundo y a sabiendas que le iba a durar hasta la crono de Tarragona, ya que no tenía intención de disputar la general. Por medio otra etapa con final al sprint, esta vez con meta en Mollerussa y victoria para el cántabro del Paternina Alfonso Gutiérrez.
El primer día clave de aquella Volta había llegado. La etapa contra el crono tenía como salida y meta la ciudad de Tarragona con un recorrido plano y con pocas curvas pasando por Salou y donde en un principio se temía de la aparición del viento. Miguel Induráin no iba a dejar ningún cabo suelto y culminó una actuación sensacional, rodando con mucha potencia en un kilometraje bastante inferior a lo que solían por aquel entonces tener las contrarrelojes de las grandes rondas por etapas. Ni Melcior Mauri, Ni Mottet, ni otros ciclistas llamados a tener buenos tiempos en la etapa estuvieron a la altura, de hecho, los siguientes por detrás del navarro en la clasificación, fueron tres ciclistas soviéticos, Vassilichenko y Manouylov, ambos del conjunto Lotus y Pulnikov de Carrera. Incluso Manolo Saiz fue siguiendo en el coche a Joan Llaneras, entonces en las filas de la ONCE, en vez de a Mauri o a Lejarreta, dejando claro que no contaba en exceso con sus dos líderes.
La etapa denominada reina finalizaba en la cumbre del Mont Caro, esta fue la única etapa de perfil montañoso de toda la Volta en aquella edición. Las posibilidades de remontar la ventaja a Miguel Induráin eran prácticamente remotas. No obstante, la ascensión a la cumbre tarraconense no iba a defraudar, con un magnifico duelo entre dos de los mejores escaladores que concurrían en la ronda catalana, Pedro Delgado y Lucho Herrera. Segoviano y colombiano brindaron un buen espectáculo, siendo la victoria para el ciclista sudamericano. El líder no sufrió para llegar a pocos segundos de la cabeza y certificar su segundo triunfo en la Volta a Catalunya, a la espera de la etapa tramite de la siguiente jornada. El segundo en la general fue Delgado, y el tercer puesto en el cajón lo ocupó un neoprofesional suizo del equipo ONCE llamado Alex Zulle, en la primera vuelta por etapas que disputaba como ciclista profesional.
El epilogo lo puso otro final al sprint, con victoria del entonces soviético Abdoujaparov en Tortosa, recuperado de la fuerte caída que sufrió unos meses antes en los Campos Elíseos de Paris.
Escrito por Alberto Díaz Caballero (@Sincadenablog)