Íñigo Elosegui, ciclista nacido en Bilbao regresa a casa. Formó parte del Lizarte en su época como sub-23 y regresa a los colores de la Sociedad Deportiva Galibier, que evidentemente también está ahí detrás de alguna forma del Kern-Pharma. Un corredor que, recordemos, en sus temporadas como amateur tuvo muy buenos resultados. En el año 2018 Íñigo Elosegui gana el Campeonato de España en categoría sub-23, donde se impone a ciclistas como José Félix Parra o Roger Adriá, con los que compartirá equipo a partir de la temporada 2023. También ante Oier Lazkano, que también estaba por allí. Parecía, daba la sensación de ser un corredor diferente, que trotaba mucho, sin definir claramente el tipo de recorrido que le iba mejor. Parecía que le valía todo, aunque su especialidad y donde andaba mucho era en grandes cabalgadas.
Tras un 2019 donde también se dejó ver en ese Nacional que le dio tanta gloria, o en el Giro Ciclístico de Italia, entre otras carreras, ganando por ejemplo el Memorial Valenciaga o la prueba de Altsasua, dos pruebas muy importantes en el calendario español. Se ganaba por fin el paso a profesionales con la consecución de estas victorias y terminó de fichar por Movistar, dejando atrás esa época de Lizarte, que posteriormente se convertiría en la lanzadera hacia el Kern-Pharma por el que ahora ficha.
Antes de pasar a Lizarte en 2017 corrió en la Fundación Euskadi, dicho sea ya de paso. Otra de las fuentes inagotables de talentos que terminan de instalarse por aquí y por allá. Casi todos con una gran prestación y desempeño en profesionales.

Una vez fructifica su paso al Movistar, vive unos años muy irregulares, con las secuelas que el Covid-19 dejó en el cuerpo del ciclista, que no le han permitido disfrutar del ciclismo ni le han dejado mostrar a los demás el tipo de corredor que es. Él habla incluso de que no ha podido ni siquiera definirse como corredor, lo que anteriormente comentaba, porque no ha podido expresarlo en la carretera. Ha aprendido, obviamente, mucho con el paso por un equipo de élite como este, pero a la hora de la verdad cree que tiene más dentro de lo que ha podido mostrar.
Tras tres temporadas, Movistar ha decidido no darle más oportunidades. Es cierto que en este periodo de tiempo no hemos visto mucho de Íñigo Elosegui. Habría muy pocas carreras que mencionar. Casi ha sido en 2022, en la Vuelta a Castilla y León cuando le hemos visto más adelante, en puestos más cabeceros, siendo top 15 de la clasificación general final.

Ahora vuelve a casa, a un Kern Pharma que desprende un nivel de ilusión impresionante, y un equipo donde puede sentirse a gusto, puede crecer y puede ser por fin él. El bilbaíno ya tiene 24 años y es hora de que al fin encuentre un momento de madurez. Es cierto que no hay una edad prestablecida para ello, como estamos viendo en tantos talentos que despuntan antes de tiempo. Pero por qué no puede ser el año de Íñigo Elosegui, por qué no ver por fin al Íñigo Elosegui que esperábamos antes de dar ese salto al Movistar.
Un corredor que, por cierto, es muy querido. No sólo por el paso de Lizarte a Movistar y las expectativas que generó su talento, sino también por lo que muestra en las redes sociales, con ese amor hacia todo, que acercan si cabe más a los aficionados. Da la sensación de estar viendo a un corredor diferente, más culto, más trabajado, recordando en parte a otros ciclistas como Tao Geoghehan Hart, que hablan con un verso muy propio.
Escrito por Sergio Fernández Yustos
Fotos: Sprint Cycling Agency