Se acerca el verano ciclista y con él se irán disparando los movimientos de mercado. Se agolparán rumores, cábalas y especulaciones sobre el futuro de las grandes estrellas. Algunos empezarán a diseñar estrategias, puestómetros y cuentas para que no les vuelva a pillar el toro de los puntos o demás inventos UCI. Y algunos estaremos pendientes de dónde acaban encuadrándose esas pequeñas joyas de los equipos continentales que se van mereciendo el salto a las grandes listas. Es este el caso de Jason Tesson, una de las sensaciones del sprint en un ciclismo francés donde la estela del gran Arnaud Démare parece haber opacado a los Coquard, Bouhanni o Sarreau.
El ciclista de Angers cumple su segunda temporada en el modesto St.Michel – Auber 93, todo un clásico del ciclismo galo que acumula casi tres décadas en el pelotón. Quién no recuerda el patrocinio de BigMat o el paso por sus filas de ciclistas como Pascal Lino, Jeremy Hunt o Félix García Casas.
Como el héroe griego con quien comparte nombre, Jason ha superado no pocos obstáculos para brillar cual vellocino dorado en el pelotón profesional. Ciclista cocinado a fuego lento, consciente de que el camino al éxito no siempre es tan directo como el de los niños maravilla del deporte actual (véanse los Evenepoel, Pogacar, Bernal, etc). Quemando etapas de manera natural, paso a paso, apoyado por una familia que respira amor por el deporte de las dos ruedas. Del VS Valletais al Sojasun Espoirs, donde descollaría en su último año, 2020, pese a las turbulencias pandémicas. El sexto puesto en el Campeonato de Europa sub23 vencido por el noruego Hvideberg (en el que se midió en la volata a actuales WorldTour como Olav Kooij o Jordi Meeus) o el título nacional amateur, logrado también en embalaje, además de innumerables puestos de honor, le valieron la prestigiosa distinción del Vélo d’Or Espoirs. Además, fue contratado como stagiaire por el ProTeam Rally Cycling (actual Human Powered Health) de Stéphane Heulot, aunque las limitaciones de calendario esa temporada le impidieron competir la segunda mitad del año.
El salto a profesionales parecía evidente, pero tuvo que ser en la tercera categoría del ciclismo, con el equipo de Stéphane Javalet. Seguramente no tenga el glamour de los World y ProTeam franceses, pero asegura un más que interesante calendario gracias a la Copa de Francia (¡Quién tuviera algo así en nuestro país!). El inicio de temporada fue más que complicado. Malos resultados, problemas físicos… Pero a partir del mes de julio recobraba el golpe de pedal y su nombre empezaba a sonar, especialmente después de su primera victoria en el Tour Poitou-Charentes, donde se imponía al sprint nada menos que a Elia Viviani (aunque el Viviani de Cofidis no era precisamente una máquina de vencer en llegadas masivas). A partir de ahí, convertido en corredor bandera de la formación naranja, llenaría la saca de puestos de honor, y una nueva victoria en A Travers les Hauts de France, carrera .2 en la que también vencería la general.
Con esa hoja de servicios y con la demostración de ser un corredor capaz de dar puntos, puestos y triunfos, varios ProTeam llamaron a su puerta en 2022. Pero Jason Tesson sabe lo que cuesta hacerse un sitio, y aunque los incentivos salariales podrían animar al cambio, prefiere ser cabeza de ratón que cola de león. Está en un equipo que le valora, con corredores dispuestos a luchar por él (entre ellos veteranos con oficio como Romain Cardis, Anthony Maldonado, Tony Hurel o Stéphane Rossetto). Jason Tesson apostó por seguir queriendo ganar en vez de bajar perfil y tener que trabajar para otros y la apuesta está saliendo muy bien. Una etapa en Dunkerque, con maillot de los puntos incluido, y otra en Boucles de la Mayenne, dejando con el molde equipos WorldTour hambrientos de los dichosos puntos del trienio y, recientemente, otras dos victorias .2 en la siempre exigente Ronde de l’Oise.
El valor de mercado del joven velocista francés está subiendo cada semana. No deberían faltarle ofertas, y seguramente los muchos y buenos equipos franceses estén preguntando por él constantemente. Con 24 años, tiene mucho que ofrecer en el futuro. No pierdan de vista su próximo destino, porque a fuerza de tesón, Tesson se está ganando un nombre en el pelotón.
Escrito por: Víctor Díaz Gavito (@VictorGavito)
Foto: Ronde de l’Oise / Team Caja Rural – Seguros RGA