Historia

Jean Pierre Monseré, un campeón trágico

Jean Pierre Monseré nacía el 8 de septiembre de 1948 en Roeselare, Bélgica, y fue considerado como un nuevo Eddy Merckx, al menos en clásicas y mundiales, pero no tuvo opción de demostrarlo.

Era una joven promesa, paisano de otro profesional belga de la época, Patrick Sercu (que fue un notable pistard y un buen corredor en ruta).

Jempi (como era conocido) pasó a profesionales con el mítico equipo Flandria en 1969, año en el que todo el mundo hablaba de Eddy Merckx, especialmente en Bélgica. Realizó grandes actuaciones y llegó a imponerse en un monumento: el Giro de Lombardia, tras la descalificación del vencedor, Gerben Kaerstens, por positivo en el test antidopaje.

En 1970 demostró estar en una gran forma, ganando dos etapas en la Vuelta a Andalucía y acumulando puestos de honor en las clásicas de primavera (8º en Gante-Wewelgem, 6º en De Ronde, 10º en Paris-Roubaix y 8º en Flecha Valona). Además, terminó tercero en el nacional belga, detrás de Merckx y Van Springel.

Pero el momento de entrar en la historia del ciclismo estaba todavía por venir, en agosto, en Leicester, donde se disputaría el Campeonato del Mundo.

Era un circuito llano, y los favoritos eran los corredores italianos Gimondi y Dancelli, el alemán Altig, el francés Guimard, y el potente equipo belga liderado por De Vlaeminck, Merckx y Godefroot, Monseré era solo uno más en aquella gran selección.

Domingo 16 de agosto, Leicester. 270 kilómetros, con 18 vueltas a un circuito plano en un día ventoso y muy nuboso. Las primeras vueltas se tomaban con tranquilidad. En la cuarta vuelta, Eddy Merckx aceleraba el ritmo.

Comenzaba así una sucesión de ataques y contraataques, obligando al equipo italiano a tomar el control con peligrosos ataques en los que incluirían a Dancelli, Motta y Gimondi. En la décima vuelta se formaría una escapada importante, en la que no estaba Merckx, pero sí Monseré.

El tiempo iba pasando y la ventaja de la fuga fluctuaba entre los treinta segundos y los dos minutos. En la vuelta 13, Felice Gimondi, insatisfecho con el ritmo de la escapada, lanzaba un nuevo ataque que haría la selección definitiva.

Gimondi, Vasseur, Mortensen, Monseré, Roussel y West iban a ser los que lucharían por el arcoíris. Por detrás no había entendimiento y los esfuerzos de Gimondi habían hecho posible la fuga. A una vuelta de meta, la ventaja era de un minuto.

Un furioso Gimondi marcaba el ritmo en cabeza sin que nadie le diera relevo. Y Monseré aprovechó su momento a dos kilómetros de meta. Su ataque sorprendió y no hubo movimiento por detrás. Mortensen reaccionaba finalmente lanzando el sprint, pero solo para ser segundo.

Teníamos un nuevo Campeón del Mundo. El segundo más joven de la historia, solo por detrás de otro belga, Karel Kaers, vencedor en 1934.

Alegría para Monseré y enfado monumental de Felice Gimondi. El propio Jean Pierre acusó al italiano de haber intentado comprarlo durante la carrera. Mercx finalizaría en un discreto 29º puesto, y De Vlaeminck 8º.

Jempi ya era uno de los grandes, y en 1971 empezó a lo grande, venciendo la Vuelta a Andalucía. Pero la tragedia iba a destrozar la carrera del gran talento belga.

El 15 de marzo se producía el atropello mortal, durante la disputa del G.P. Rètie, carrera belga de preparación a la temporada de clásicas. Un coche que circulaba en dirección contraria dentro del circuito cerrado para la carrera impactaba contra el campeón del Mundo, segando su vida a la edad de 23 años.

El funeral fue multitudinario y emotivo. De Vlaeminck estaba devastado, Zoetemelk no pudo contener la emoción, y Merckx pidió a los periodistas que lo dejaran solo. El propio Gimondi dijo que había sido un verdadero campeón. Durante la temporada de 1971 se sucedieron los homenajes a Jempi en el pelotón mundial.

Pero la tragedia no dejó de perseguir a la familia Monseré. Cinco años después, su hijo Giovanni fallecía tras impactar con su bicicleta contra un coche. Una bicicleta que había sido un regalo de otro gran campeón, Freddy Maertens.

Maertens nunca pudo olvidar esa doble tragedia, y las dos veces que se proclamó campeón del Mundo, en 1976 y 1981, dedicó sus éxitos a Jempi y a Giovanni.

Trágica historia de uno de los mayores talentos de la historia del ciclismo, que no pudo llegar a mostrar todo su potencial. Mañana se cumplen 50 años de su fallecimiento, y nosotros le rendimos nuestro particular homenaje, pues su figura será eterna.

Artículo cedido por Pedro García Redondo

Publicado originalmente en inglés en CyclingHistory

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