Ciclistas Profesional

Jonathan Lastra. Rendirse no es una opción

Pelear, retorcerse sobre el manillar hasta la extenuación, fijar la mirada en la rueda trasera del que te precede y concentrarse en que la distancia no se agrande, sufrir agónicamente por el objetivo, no rendirse jamás. Eso es el ciclismo. Y de esto sabe mucho el corredor de Caja Rural Jonathan Lastra. Un ciclista que ha vuelto por sus fueros en esta temporada dejándose ver en la pelea por las generales y agarrándose a sus sueños con firmeza y sin ambages.

El de Bilbao, clase 1993, pasó al profesionalismo en 2016 de la mano del conjunto navarro tras una gran actuación con el filial verde en la siempre exigente Volta a Portugal do Futuro. Para este vasco con corazón teñido de azul asturiano, el país luso enmarca varios hitos de su carrera.

Sin embargo, el nombre de Jonathan Lastra ya sonaba fuertemente en los oídos de los aficionados al pedal. Habitual de las campas en el otoño e invierno, se hizo un nombre en el barro, llegando a ser doble campeón de España sub23 en ciclocross. Miembro de una gran generación de crossmen, decidió finalmente apostar por la carretera, sin olvidar su amor por la disciplina invernal, de la que sigue disfrutando cuando puede.

Fiel a su manera de correr, su evolución a nivel de resultados ha sido constante en estos años. Paso a paso, con regularidad, mejorando cada temporada y sumando puesto destacados en generales y pruebas de un día a base de tesón y compromiso. De esta forma llegaría un gran año, 2019, en el que empezaron a dar frutos los sacrificios y el trabajo de las temporadas anteriores. Llegaba la primera victoria como profesional, en la Classica de Arrabida. De nuevo Portugal en el camino, en una prueba exigente y competida en la que llegaría en solitario después de un fantástico zafarrancho de combate organizado por el Caja Rural ante las potencias lusófonas.

Abierta la lata, se fueron acumulando actuaciones de nivel en vueltas de una semana hasta llegar al gran objetivo del año, la Vuelta a España. En su segunda participación en la gran vuelta de casa, Lastra demostró ser un pilar básico para su equipo, luchando en las fugas y dando presencia al verde en carrera. Se quedó a las puertas de una victoria que se merecía con creces. Si camino de Igualada logró entrar en la escapada buena, fue en Urdax donde rozó la gloria con la punta de los dedos. Ganó el sprint del grupo de escapados en la meta, en su tierra, pero solo le valió para ser segundo por muy escaso margen, pues Mikel Iturria entró en solitario para dar la gloria a los Euskadi Murias. Qué cerca.

Con una temporada tan buena, y en constante evolución, 2020 se presentaba cargado de moral y de ganas. Sin embargo, parece que todo se quiso poner en su contra. Una lesión en pretemporada le impide debutar en el inicio de año. Perderte el inicio de temporada no es plato de buen gusto, pero es aún peor cuando estalla una pandemia mundial y las carreras en las que ibas a comenzar tu sesión empiezan a desparecer como azucarillos en café caliente.

El anuncio del confinamiento le pilla en Sierra Nevada, concentrado para volver a la competición, y decide irse a casa de su pareja en Asturias, la brava ciclista de Movistar Alicia González. En una situación tan complicada, hay que ser creativos para entrenar y divertirse, y llegan a hacerse virales montando su propia campa de ciclocross en el jardín.

Llega el verano y la vuelta a las carreteras, pero el gafe sigue cebándose con Jonathan. Debuta en la Vuelta a Burgos y tiene que retirarse. En Limousin parece ir cogiendo forma y roza el top10 en el Campeonato de España, para llegar con ganas a las semiclásicas italianas. Sin embargo, una caída en el Memorial Pantani termina con una fractura de clavícula que vuelve a cortar de raíz su progresión. Logra tomar la salida en la Vuelta a España, la tercera consecutiva, y, como el verbo rendirse no sale en su diccionario, logrará terminarla de nuevo.

Un año para olvidar que no sirve para desanimar a este ciclista vasco que lleva la pura esencia del ciclismo en sus venas. Así lo demuestra en esta nueva temporada en la que está logrando demostrar su categoría. Otra vez cerca de triunfar en Arrabida, su carrera fetiche, solo detrás la joven promesa americana Sean Quinn; espectacular en la Volta al Algarve, terminando cuarto en la general y sabiendo agarrarse a los ataques de potencias como el Imperio Ineos Grenadiers o la versión portuguesa del martillo de Thor, el W52-Porto; y recientemente rozando de nuevo la victoria en Mallorca, llegando junto al vencedor Jesús Herrada en el Trofeo Serra de Tramuntana.

Jonathan Lastra ocupa un lugar destacado en nuestra galería de ciclistas que admiramos. Lejos de los focos del WorldTour siempre hay mucho ciclismo del que disfrutar.

Escrito por Víctor Díaz Gavito (@VictorGavito)
Fotos: @ACampoPhoto

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