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Jonathan Milan, el relevo de Italia en las volatas

Primera jornada en línea del Giro de Italia 2023. Se esperaba el primer sprint tras más de 200 kilómetros de recorrido con meta en San Salvo. En aquella recta de meta, tras una imagen de esas horripilantes caídas masivas que eliminaron, entre otros, a Mads Pedersen, quizá el gran favorito, se impuso Jonathan Milan, el velocista del Bahrain Victorious para esta carrera. No podía haber sido mejor el debut del sprinter en su primera gran vuelta. Primera etapa en línea, primera victoria. Además con toda la significancia que tiene dar primero, que demuestra que ese punto de velocidad superior a sus rivales le llevarán seguramente a cosechar alguna que otra victoria más en esta misma edición del Giro.

Es un corredor muy espigado, de más de metro noventa (1,94 metros), delgado, y juventud a raudales. Nacido en el año 2000, está en la flor de su carrera ciclista para brillar y despuntar, justo lo que ha conseguido hacer en una sola etapa. En un equipo falto de este tipo de referencias como es Bahrain Victorious, ha venido a encajar como anillo al dedo. Sin un equipo especialmente diseñado para él ni para sus características, ya ha ganado a las primeras de cambio, lo cual aumenta su caché y le mete de lleno en esa terna de grandes velocistas que se citarán en próximas carreras.

Además de ser un ciclista de ruta bastante prometedor, el corredor nacido al pie de los Alpes Cárnicos, en el entorno de Udine, comenzó a destacar en el Giro Baby, el girino donde se descubre a la mayoría de ciclistas jóvenes que después acaban protagonizando las batallas del profesionalismo en la élite. Allí venció en una etapa de su edición 2020 y desde entonces su caché no ha dejado de subir y subir, ganando dos etapas en el Tour de Croacia y, también conviene señalarlo, una medalla de oro olímpica junto a Filippo Ganna en pista, en la modalidad de persecución por equipos.

En el Campeonato del Mundo de esa misma modalidad triunfó el mismo año, pese a que no ha vuelto a prodigarse en exceso en la disciplina. Más centrado en carretera, parece que 2023 será su despegue definitivo como ciclista. Su victoria de etapa en el Giro de Italia no es, sin embargo, su primer éxito del año, ya que en el Saudi Tour logró cosechar un triunfo de etapa valiosísimo por haberlo conseguido ante Dylan Groenewegen, uno de los sprinters más en forma del mundo. Llegó a vestir la camiseta verde de líder de la carrera, cediéndola ante la etapa reina y los escaladores.

Si junto al mar fue capaz de ser el más rápido, con todas las fuerzas intactas, quiere decir que el potencial de este ciclista tiene que ser bastante elevado. A partir de ahora comienza una nueva era para él, ya que será el centro de atención de más medios, de más miradas de aficionados que ya se habrán aprendido su nombre. Ganar al inicio de una carrera tan mediática como el Giro en Italia hace que su nivel de popularidad se dispare. Una alegría también para Bahrain Victorious, que ya puede afrontar la carrera sin tener la presión de la victoria.

La tradición italiana del sprint tendrá relevo, al menos durante un tiempo. Nizzolo ganó el Tro Bro Leon y fue uno de los últimos exponentes de un tipo de corredor que en el ciclismo italiano aportaba mucho. Véase Bontempi, Cipollini o Petacchi, por poner tres ejemplos de los más representativos para varias generaciones. Con el bajo rendimiento de Viviani en las volatas, la irrupción de Milan es una magnífica noticia para un ciclismo que no atraviesa precisamente su mejor momento.

Escrito por Lucrecio Sánchez

Fotos: RCS / LaPresse

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