El ciclismo polaco es recordado, sobre todo, por dos ciclistas (en este caso masculinos) que tenían la regularidad por bandera. Zenon Jaskula fue el primero de ellos, con una fama tomada del podio en el Tour de Francia de 1993 junto a Tony Rominger y Miguel Induráin que valió por toda una carrera. Sumada a una victoria de etapa en los Pirineos. También se recuerda al ex campeón del mundo Michal Kwiatkowski, que es otro adalid de la fiabilidad y la regularidad. El todavía corredor del Ineos Grenadiers es uno de los gregarios mejor valorados no ya sólo en términos de prestigio, sino de sueldo. Dos ciclistas emblema de la marca polaca de ciclistas.
¿Y en el ciclismo femenino? En ciclismo femenino tenemos a Katarzyna Niewiadoma, una corredora nacida en Limanowa, al sur del país, en 1994 y que aproximándose a su madurez como ciclista está encontrando el top de su rendimiento. No es una corredora excesivamente ganadora, aunque algunas victorias habitan en su selecto palmarés. Se ha llevado, por ejemplo, The Women’s Tour, la Amstel Gold Race, Ardeche, entre otros, hasta completar un total de diecinueve triunfos, si bien aún no ha ganado ninguna carrera en época post pandémica. Su último éxito se fechó en 2019, aunque no sus méritos, que no han dejado de tener lugar.

Desde 2020 ha subido el nivel, irónicamente, pese a que las victorias no hayan acompañado. Niewiadoma ha conseguido subir al podio del Giro y del Tour, las dos mejores carreras por etapas del calendario internacional femenino. En Italia lo logró precisamente en su edición del año 2020, en plena pandemia de coronavirus. Una edición que fue vencida por Anna Van der Breggen y en la que la neerlandesa sólo pudo aventajar en algo más de un minuto a la polaca. Hablamos, sin lugar a dudas, de una de las mejores corredoras de la historia, lo que da idea de su potencial.
Pese a todo, el Giro Donne ha sido siempre una carrera muy amable para Niewiadoma, dada su dureza y selección por el fondo, por los esfuerzos prolongados. Y ahí la ciclista del Canyon/SRAM tiene mucho que ganar y poco que perder. Una auténtica máquina fiable que no se ha quedado ahí y junto al estreno del Tour Femmes ha subido al siempre prestigioso podio de la mejor carrera del mundo, siendo tercera tras la imbatible Van Vleuten, fuera de concurso. Vollering fue la primera clasificada entre las mortales, y Katerzyna la segunda, lo que da idea de su momento actual.

Se ha perdido las dos últimas ediciones del Giro, pero en la Vuelta Femenina cerró con un top ten una clasificación que mejorará seguro en 2023 con la ampliación de los días de competición, no cabe duda. Entre los podios en Giro y Tour estuvo su bronce en el Campeonato del Mundo de Flandes. Tercera clasificada ante auténticas bestias como Elisa Balsamo (oro) o Marianne Vos (plata). Casi nada.
La polaca tiene dos años de contrato aún con su equipo, por lo que parece que ese camino hacia la madurez lo vivirá en las filas del Canyon/SRAM y los éxitos que consiga serán bajo estos colores. Una ciclista diez que estando ahí acabará rematando la jugada por uno u otro lado. Si coincide con los mejores escenarios, además, esas buenas actuaciones llevarán a la corredora a cosechar grandes victorias, no cabe ninguna duda. Cambiará esa fase de los podios para transformarlos en trofeos, en levantar los brazos. Como antes de la pandemia…
Escrito por Lucrecio Sánchez
Fotos: ASO / Maheux / Boukla