La Ceratizit Challenge by La Vuelta ha sido un salto de calidad. La participación ha sido sobresaliente pese a la influencia de que el Mundial fuese tan lejos y estuviese tan cerca en las fechas. La misma Grace Brown, sin ir más lejos, además de las consabidas. Ha supuesto un paso adelante porque ya no hemos estado en una sola Comunidad Autónoma, sino que la carrera ha estado presente en tres, ya está más cerca de lo que es una Vuelta a España.
El balance tiene que ser bueno, pese a las fechas, que son un tanto limitantes si me apuras no ya por el Mundial sino por la propia coincidencia con la Vuelta masculina. Para el pelotón femenino luchar por el arco iris es muy importante porque te aporta mucha visibilidad.
En cuanto al recorrido, yo soy de las que digo que me falta una contrarreloj individual, aunque entiendo que en este formato de cinco etapas sea difícil meterla. Para mí faltaba una, que es una demanda que también se ha tenido en Giro y Tour de forma pública por parte de las corredoras. También vino demasiado pronto para mi gusto la etapa de montaña, que dejó la carrera decidida a falta de varios días. Es verdad que con Van Vleuten te iba a dar igual, pero con ese día dejas la carrera vendida. Hubiese preferido que esa etapa dura hubiese sido el sábado en la antesala a la etapa de Madrid para dejar la Vuelta abierta y con lucha. La superioridad de Annemiek creo que es un problema porque condiciona mucho las tácticas de los otros equipos, que están a la expectativa de lo que vaya a hacer. Ella arranca en subida y ya no hay nada que hacer, es muy superior.




Sobre las fechas, nunca coincidiría con la Vuelta masculina porque le haces sombra directamente. Por ejemplo, muchos medios no tienen capacidad para cubrir ambas al mismo tiempo. Este año aún no había comenzado la conferencia de prensa de Remco y Carapaz en Navacerrada y quedaban diez kilómetros para que las ciclistas llegasen a Segovia.
En 2023, que será un año atípico, será en mayo, por separado y como una prueba independiente. Es buen momento porque justo habrán terminado las clásicas y aún queda tiempo para preparar Giro y Tour. Lo que hizo el Tour este año ha sido muy positivo porque la prensa se queda ahí, has generado ya expectativa, etc. En septiembre los equipos están cortos de plantilla.
Lo hemos visto en Romandía, con equipos de cuatro corredoras. Por ello, que aunque sea por la redistribución a la que obliga que el Mundial sea en agosto, es una prueba. Es la primera grande, todavía hay fuerzas. Creo que funcionará. Sería interesante saltar a las siete u ocho etapas desde ya. Y ahí entra bien todo tipo de etapa, hasta las contrarrelojes que tanto se tiende a obviar hoy en día. No soy muy objetiva yo con las cronos, que era mi terreno, pero al igual que existen etapas para el sprint, tendrá que haber para que las especialistas luzcan.
Escrito por Dori Ruano
Fotos: Unipublic / Lino Escuris