La Cubilla es uno de los puertos de montaña más altos de la cordillera Cantábrica, está situado en el Parque Natural de las Ubiñas – La Mesa, Reserva de la Biosfera de Asturias, alcanza una cuota máxima de 1683 metros y es un paso de unión entre las provincias de Asturias y León. Es un puerto tipo Tour de Francia, santuario del ciclismo asturiano y más aun desde que en el 2019 fuera final de etapa en la Vuelta a España.
Comienza en la localidad de Campomanes, concejo de Lena y subimos unos 1300 metros en 28 km. Los primeros kilómetros son bastante cómodos, con pendiente ascendente pero muy suave, ideal para que vayan calentando las piernas y prepararlas para afrontar lo que nos vamos a encontrar. A lo largo del recorrido tenemos varias fuentes. Es una subida larga y dependiendo del nivel que se tenga puede ser de varias horas con lo que recomiendo aprovechar esas fuentes para hidratarse.
A partir de kilómetro 9, al llegar al pueblo de Los Pontones, nos encontraremos las primeras rampas al 10% de pendiente. Aquí es donde nuestras piernas empiezan a percibir que comienza el puerto. La pendiente es bastante constante, sobre el 6 %, y vamos a través de frondosos bosques donde podemos ver hayas, carbayos y castaños que irán desapareciendo según vamos ascendiendo para dar paso a un precioso paisaje rodeado de enormes moles rocosas.
Es a partir de Tuiza donde, para mí, las vistas se convertirán a lo largo del recorrido en un continuo disfrute. El paisaje es de tal belleza que nos hará la subida un poco más liviana. En este punto, si echamos la mirada atrás podemos ver todo lo que hemos hecho. Seguimos y vamos acercándonos a las curvas de herradura; una, otra, otra, un verdadero espectáculo. Desde aquí es frecuente encontrar ganado suelto por la carretera. A cualquier lado que mires verás un paisaje sacado de un cuento.
Finalmente llegamos a la Cubilla, un puerto tremendamente espectacular que os recomiendo, con pendientes llevaderas en el que lo único que debéis tener en cuenta es la longitud, porque como os cebéis puede acabar mal.
Normalmente, en los puertos para tener una recompensa hay que llegar a la cima. En este, todo el camino es la recompensa.
Texto y fotos: Vane Arranz (@vanearranz)
¡Qué pasada de subida…!